Hoy en día la pregunta que muchos seguidores de Vaqueros Laguna se hacen, es sobre los malos resultados del equipo naranja en casa, a diferencia del balance positivo que se tiene en gira. No es la intención de estas líneas referirse al aspecto deportivo, aunque se han señalado repetidamente los problemas del pitcheo, departamento que impide tener al equipo los resultados deseados.
Existen además de la directiva, dos aspectos fundamentales que influyen, positiva o negativamente, en el desempeño de la novena, cuando se juega en casa: la actitud de los aficionados y el trabajo de los medios de difusión de la localidad, encargados de invitar a la afición a asistir al Estadio de la Revolución.
En cuanto al público, desde hace algunos días prácticamente ha abandonado al equipo, cuando éste más necesita el apoyo de sus seguidores, la existencia de una racha perdedora no es motivo para alejarse del estadio, porque quien es en realidad buen aficionado, se da cita en el escenario, para dar al pelotero una sensación de apoyo y obligarlo a la vez a ofrecer su mejor esfuerzo en el terreno de juego.
Actualmente el jugador de Vaqueros Laguna actúa desmotivado cuando está en casa, por la escasa respuesta de aficionados en la tribuna y peor cuando algunas de esas personas agreden verbalmente con gritos de "burro" o "foul", si el equipo rival conecta un batazo sólido por el jardín central o bien el local comete un error; este tipo de burlas y ofensas perjudican notablemente al pelotero, que lejos de sentir el apoyo de su gente, se siente agredido.
Algunos aficionados hacen comentarios que el jugador escucha y al tratarse de aspectos negativos, suelen crear una carga pesada, cuya presión es mayor por lo que se dice de su desempeño y en general del equipo. No es posible que en la casa propia se den burlas en contra del equipo, por "aficionados" que gozan con las derrotas de la novena lagunera y sólo toman el teléfono para comentar: "se los dije, yo tenía razón y una serie de comentarios hirientes que tienen como finalidad ser el centro de atracción. Jorge Luis Lechuga, con su acostumbrada amabilidad escucha con respeto, sin embargo, Armando Cobián Lafont ya explotó para enfrentar, a través de la línea telefónica, al personaje en mención. Felicitaciones sinceras a Armando Cobián por asumir esta actitud, porque quienes en verdad queremos al beisbol no podemos permitir que situaciones como la que se menciona perjudiquen el accionar del equipo de casa, de por sí afectado con problemas en el aspecto deportivo.
De parte de la afición se escuchó ya el primer comentario en contra de la salida de Antonio Isabel Girón, pero también se hace sin conocimiento de causa; Girón no se fue por ser un mal lanzador, sino por cuestiones de carácter que mucho perjudicaron en la integración de un grupo unido, como hoy en día es el de Vaqueros Laguna.
Se minimiza una investigación minuciosa que se hace en torno a los Toros de Tijuana, cuando el tema ocupó cuatro horas a los directivos de la Liga Mexicana, en la pasada junta celebrada en Torreón, el seis de mayo. La situación de este nuevo equipo es muy delicada por los manejos internos que se han hecho y no es exagerado decir que la franquicia de Tijuana está en peligro de perderse; sin lugar a dudas, ese será uno de los temas principales de los presidentes de los 16 equipos en los próximas reuniones.
En cuanto a la prensa, es irresponsable hablar sobre aspectos del beisbol que no se conocen, pero es triste y lamentable que eso se haga en tono de mofa, porque hay verdaderos aficionados que escuchan los comentarios y se sienten agredidos. En lo particular es algo que duele, porque viene de una persona estimada, pero el haber recibido varios comentarios al respecto, sí torna la situación en delicada, porque nadie que no simpatice con el beisbol, tiene derecho a agredirlo; es válido que el futbol sea el deporte favorito, pero si no se quiere ayudar al Rey de los Deportes, lo mejor es no meterse con él.
El trabajo de una directiva es fundamental en la buena o mala marcha del equipo Vaqueros Laguna, pero también lo es el apoyo de la afición y de los medios de difusión, quienes en la región brillan por su ausencia, porque si son patadas, el mínimo detalle es motivo de una gran cobertura.
Antes que aficionados al futbol, basquetbol, beisbol, tenis, ciclismo o cualquier otro deporte, quienes nacimos y habitamos esta tierra somos laguneros y es un deber ineludible defender lo que nos corresponde, en este caso al tratarse de la actividad deportiva.
Y cerramos con un gran abrazo a Adolfo Fernández , de Oir Laguna, por su atinada intervención en defensa del beisbol cuando nuestro deporte era agredido; qué bueno sería tener muchas más personas como Adolfo Fernández.
