BUENOS AIRES (AP).- A River Plate le pasó lo que más temía: tener que ir a México para visitar a Santos Laguna en la segunda ronda de la Copa Libertadores, a un par de días del superclásico con Boca Juniors en el fútbol argentino.
"Lo que más me preocupa son los viajes y Santos Laguna es el más lejos", dijo el técnico de River Leonardo Astrada tras el empate de su equipo 2-2 ante Táchira de Venezuela, en la noche del jueves en Buenos Aires.
River ganó el Grupo 6 y en esa condición deberá medirse en la nueva etapa con el segundo mejor segundo de los nueve grupos, en este caso los mexicanos del Santos Laguna.
"Hubiese preferido al Cruzeiro o a Liga de Quito, en ese orden", subrayó Astrada, en alusión a esos equipos de Brasil y Ecuador, respectivamente, que también se asomaban en el horizonte como potenciales rivales de River.
El problema de los "millonarios" es que el choque de ida está previsto para el 5 ó 6 de mayo en la sede del Santos Laguna, en Torreón, lo que demandará a los argentinos un largo viaje, además de la batalla que en sí representará medirse con ese equipo que marcha invicto en la Libertadores.
River deberá jugar el 9 de mayo con Boca, su histórico archienemigo, en un partido que podría ser crucial para la definición del campeonato. Y aunque no lo fuese, un River-Boca es un duelo aparte.
"Para pelear en los dos frentes (Libertadores y el Clausura argentino) hay que acostumbrarse a jugar cada tres días", dijo Astrada.