México, (EFE).- En medio de la espléndida selva tropical del Caribe mexicano, en una zona donde proliferan los tesoros de la cultura maya, los nudistas más exigentes del mundo han encontrado un rincón de deliciosos lujos.
Es el único centro hotelero de México donde los turistas se despojan de todas sus ropas desde que llegan a la recepción, y donde sólo puede permanecer vestido el personal de servicio.
La habitación cuesta 440 dólares por noche, en el sistema de todo incluido, pero el menú incluye langosta, salmón y otros manjares, y las bebidas más finas.
Las 42 suites del lugar, único en América Latina y el Caribe, están siempre ocupadas, por lo que para la Segunda Semana Nudista que se celebrará en mayo próximo y, que traerá el segundo vuelo nudista de la historia, se habilitará un hotel aledaño de la misma cadena con otras 175 lujosas habitaciones dobles.
Un vuelo privado, vendido hace meses en su totalidad, partirá con 270 personas desde Miami a Cancún el 2 de mayo.
Cuando el avión alcance la altura de crucero, los pasajeros se despojarán de sus prendas para ir recreando el ambiente que compartirán por una semana en las tropicales tierras del Caribe.
Son viajeros muy exigentes, dispuestos a gastar hasta 5.000 dólares en una semana, casi todos estadounidenses y canadienses que han hecho de este lugar un paraíso hasta en la manera de vestir.
Según el gerente del Hidden Beach de la Riviera Maya, Rubén Becerra, los exclusivos huéspedes que llegan al hotel buscan tranquilidad, naturaleza, comodidad, privacidad, exquisitez y buen servicio.
Las reglas son rigurosas y claras: no se aceptan niños, ni sexo explícito, ni intercambio de parejas, ni curiosos que incomoden a los demás y menos voyeurismo o exhibicionistas.
Los clientes son, en su mayoría, profesionales, empresarios y ejecutivos de alto poder adquisitivo y con edades comprendidas entre 40 y 60 años, acostumbrados a frecuentar este tipo de playas con el ánimo de disfrutar de su desnudez y no la de los otros.
El mayor complejo nudista de México es un paraje de belleza exhuberante, de vegetación vigorosa, frente a un mar en reposo, de varias tonalidades, y un silencio que sólo interrumpen las olas que se diluyen en la playa.
Para los turistas, tantas bondades no tienen precio, o por lo menos justifican el dinero que pagan, pues ni siquiera son incomodados por los entrenados empleados que atienden a cada huésped de manera personal y que sólo miran a los ojos.
El entrenamiento, explicó Becerra, es muy riguroso y desde que se abrió el hotel, hace ocho meses, no se ha registrado ninguna queja, pese a que son conscientes de que los mexicanos están formados en una cultura diferente y tienen profundas convicciones religiosas.
Para la graduación del curso de preparación, el examen final fue atender a un grupo de modelos que vino expresamente a eso y "los resultados fueron muy buenos", aunque en el hotel no explicaron como pudieron comprobarlo.
"Aquí tenemos lo mejor de lo mejor. El mejor servicio, la mejor comida, la mejor atención; estamos cerca a Cancún, que tiene las mejores conexiones internacionales; los terrenos aledaños son del hotel, las suites son de superlujo, cuentan con jacuzzi, frutas y champaña; es cien por ciento naturista y es lo mejor del mercado en el mundo", afirmó Becerra.
Además de restaurante, piscinas en cada suite que desembocan en una más grande donde está el bar y amplias sombrillas playeras de madera y hojas de palmera (palapas), el lugar cuenta con discoteca, gimnasio, salón de juegos, biblioteca, sala de Internet y masajistas.
Para los principiantes también hay opciones.
Si llega del hotel vecino de la misma cadena, paga 65 dólares por diez horas en la primera visita y 95 dólares en la segunda.
Para los que llegan de otros lugares, la entrada al lugar cuesta 250 dólares por ocho horas.
El mercado del nudismo, enfatizó Becerra, es un nicho que acaba de comenzar en México y que tiene un potencial de tal envergadura que ya existen proyectos de este tipo en otros balnearios mexicanos como Loreto, Puerto Vallarta y Los Cabos.