Roma, (EFE).- Una custodia de oro del siglo XVI, adornada con diamantes, amatistas y topacios y valorada en torno al millón de dólares fue robada de la iglesia de santa María, en el centro de Roma.
Este caso ha vuelto a abrir la polémica de la seguridad de las obras de arte, que en muchas ocasiones -según los expertos- brilla por su ausencia. Y es que la valiosa custodia se encontraba en un armario de la sacristía que estaba abierto.
Según fuentes policiales, la pieza fue robada después de un oficio religioso, ya que las religiosas declararon que la habían visto poco antes de la celebración.
Además, se cree que el autor del delito sabía perfectamente dónde se encontraba este objeto, ya que en la dependencia no había desorden alguno.
La Policía considera que el ladrón era consciente del valor de la custodia, ya que en la sacristía había otros objetos de valor que no fueron robados.
No se descarta que el robo se cometiera a petición de un coleccionista.