EFE
ZARAGOZA, ESPAÑA.- Un grupo de 160 militares españoles permaneció durante ocho horas retenido en el aeropuerto de Zaragoza en espera de ser enviado a Irak, como estaba previsto, debido a las discrepancias entre el Gobierno en funciones de José María Aznar y el futuro presidente, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Los militares de la unidad de apoyo logístico debían haber partido ayer a las 15:00 horas de Zaragoza (a 320 kilómetros al noreste de Madrid) rumbo a Kuwait pero, en el último momento, recibieron del Ministerio de Defensa la notificación de que el viaje quedaba “pospuesto hasta nueva orden”.
El teniente coronel Pedro Vallejo, jefe del destacamento, trasladó la noticia a los militares en el aeropuerto y les ordenó que regresaran al acuartelamiento Capitán Mayoral de Zaragoza.
Los militares tenían previsto desplegarse en la Base España de Diwaniya, en Irak, para realizar labores de abastecimiento, transporte y despliegue a la Brigada multinacional “Plus Ultra”, integrada también por soldados centroamericanos y dominicanos y bajo mando polaco.
Aunque en los primeros momento el Ministerio de Defensa mantuvo que el retraso se debía a problemas “técnicos”, horas después trascendió que el jefe del Gobierno en funciones, José María Aznar, estaba a la espera de que Rodríguez Zapatero “autorizara” el traslado.
El líder socialista, que ganó las elecciones del pasado día 14, había anunciado que los mil 300 militares españoles en Irak serán repatriados a partir del primero de julio si la ONU no asume el control del país.
La semana pasada, Aznar exigió personalmente a Zapatero que ratificara por escrito esa decisión, así como su eventual respaldo al relevo de las tropas, previsto para finales de marzo y abril, que ya estaba programado antes de las elecciones.
Tras ser informado del retraso, Zapatero aconsejó a Aznar que iniciara los trámites para que todos los soldados regresaran a España “si no está en condiciones de cumplir con su obligación” de relevar a las tropas.
El líder socialista señaló que los soldados tienen derecho a ser relevados periódicamente y que, en consecuencia, se debe producir la rotación del contingente cada cuatro meses, tal como estaba previsto por Defensa.
Este derecho, dijo, es una obligación para Aznar y su Gobierno, “que no pueden discrecionalmente ni interrumpir ni suspender”.
“La decisión de enviar tropas a Irak -añadió Zapatero- es consecuencia de su posición como presidente del Gobierno de España y fruto de su propia estrategia en política de defensa y seguridad”.
Aznar remitió otra carta al líder socialista en la que se felicitó de que “haya decidido fijar su posición de manera explícita, sin margen para equívocos o interpretaciones posteriores, como corresponde a un asunto de tanta importancia.”
El presidente en funciones señaló que los inconvenientes generados a los militares retenidos en Zaragoza “sólo son achacables a la tardanza en fijar su criterio” por parte del “responsable del Gobierno inmediatamente entrante”, en alusión a Rodríguez Zapatero.
Tras este cruce de cartas, el Ministerio de Defensa autorizó la salida de los 160 militares de Zaragoza y, simultáneamente, el regreso de otros 70 que aguardaban en Kuwait para volar a España tras concluir su misión en Diwaniya.
Los soldados partieron finalmente de Zaragoza a las 23:00 horas, a bordo de un avión civil, ocho horas después de lo previsto.
El relevo de fuerzas españolas en Irak, si se mantiene el plan inicial, continuará el próximo cinco de abril con el envío de otros 44 militares.
