Una estudiante alemana se hizo acreedora del título de "La lengua más larga del mundo" del libro Guiness de los Records. Debido a su reciente popularidad, según dice, está obligada a mostrarla día y noche.
Anikka Irmler sometió su lengua a las mediciones oficiales de la publicación que recopila los récords mundiales en innumerables categorías. Esta bella joven de tan sólo doce años es capaz de abarcar todo el largo de un cono de helado con su prodigiosa lengua.
Según explicó Anikka "estoy orgullosa de que todo el mundo sepa de mí. El único problema es que en el camino al colegio estoy obligada a sacarle la lengua a todos para no decepcionarlos". "Mis amigos dicen que tengo un don y que un día me hará millonaria", bromea.
"Mientras mis amigos tienen que comerse el cucurucho de los helados para poder tomarse el que queda en el fondo yo puedo llegar hasta el final del cono de una sola lamida", agregó.