Monterrey, (Notimex).- El diferendo territorial entre Bolivia y Chile, rompió la armonía de la sesión de clausura de la Cumbre Extraordinaria de las Américas, cuando el presidente de México, Vicente Fox se disponía a clausurarla.
Los presidentes de los dos países, Carlos Mesa y Ricardo Lagos, tuvieron un breve pero sustantivo intercambio de palabras sobre el diferendo, cuando Fox se disponía a turnar la atención al cierre de la Cumbre, en el Parque Fundidora de esta ciudad.
Mesa aprovechó la tribuna, fuera de programa, para refrendar el reclamo añejo de los bolivianos para tener el acceso al mar, y pese a que Fox intentó cerrar la sesión, Lagos interpeló, y con el micrófono reiteró la oferta chilena para solucionar el asunto vía diplomatica.
"Lo lamento señor presidente (..) pero esto no puede quedar así", se disculpó Lagos, ante la sorpresa del resto de los mandatarios presentes en la sala.
"Reitero aquí y ahora la oferta para abrir negociaciones diplomáticas" y discutir el tema, cualquier otra vía es inaceptable, señaló Lagos.
Fox, quien como presidente del país huésped presidía la sesión, relajó entonces al ambiente y dio la palabra al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) César Gaviria, para que procediera al discurso final de la sesión.
El último orador de la cumbre fue, segundos después, el presidente de Argentina, Nestor Kirchner, como presidente del país de la próxima Cumbre (2005) de las Américas y de la nación que ostenta la Secretaria del proceso de las cumbres hemisféricas.
La sesión sería clausurada con la adopción de la Declaración de Monterrey, a la que Venezuela tuvo una "reserva". El presidente Hugo Chávez, señaló minutos antes de la adopción, que su país se opone al concepto de modelo neoliberal que impulsa la declaración.
Chávez indicó que la inclusión de la fecha del 1 de Enero del 2005 como límite para la entrada en vigor del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es prematura.
Brasil, que se había opuesto a ello desde hace meses, terminó aceptando su inclusión a cambio de realizar modificaciones en otras áreas del documento.
Los dos días de la cita de Monterrey terminarían con la fotografía oficial de sus participantes y con una comida con los 34 presidentes participantes.
