Cuando doña Luisa Ibarra de Zuloaga y sus acreedores, los señores Agustín Gutheil y Compañía, decidieron ceder terrenos del rancho El Torreón para que por ellos se tendieran las vías del Ferrocarril Central Mexicano, lo hicieron pensando en aprovechar ese servicio para trasladar los productos agrícolas que en la hacienda de San Antonio del Coyote se cosechaban. El Torreón era un rancho dependiente de la mencionada hacienda y sus algodones eran enviados a otras partes de la República y al extranjero. Las partes involucradas firmaron un convenio el 24 de agosto de 1883 cuando ya el tendido de las paralelas férreas habían llegado a La Laguna de Durango. En el documento se estipuló que la empresa ferroviaria se comprometía a ?construir una estación bastante amplia para recibir y descargar pasajeros, grandes cantidades de algodón y cualquiera otra clase de mercancías; proveerla de bodegas suficientes, del número competente de empleados y de una oficina telegráfica?.
El tiempo pasó, y la dichosa compañía ferroviaria no cumplió lo dispuesto en el contrato firmado por ambas partes entre los que estaban, Andrés Eppen representante de Agustín Gutheil y Compañía e Ignacio S. de Aguayo, representante de la señora de Zuloaga. La alevosa Compañía sólo construyó frente al Torreón una especie de paradero al que nombró Nazas; en éste había un cambio de vía donde se podían estacionar vagones para cargarlos con algodón, pero bodegas, empleados y parte de lo prometido, nada. Aún más, no había un local propiamente dicho para que los pasajeros esperaran el tren. Si acaso un empleado para bajar o subir la señal o bandera cuando había que hacerlo.
Los intereses económicos de la empresa ferroviaria la habían llevado a construir una estación en los terrenos de doña Luisa; pero distante, del casco del rancho El Torreón, por más de 15 kilómetros, rumbo oriente. El paradero Nazas estaba en el kilómetro 1,136 y la estación Matamoros en el 1,120, de tal manera que la construcción de la estación Matamoros obedeció a consideraciones únicamente de lucro.
Matamoros era entonces la cabecera municipal y estaba rodeada por un enorme espacio de terrenos algodoneros (el Cuadro de Matamoros), así mismo contaba con una población numerosa que requería hacer uso de ese transporte. Por eso se creó esa estación a donde empezaron a transportarse productos desde octubre o noviembre de 1883 y pasajeros desde abril del siguiente año.
No hubo otra opción más que demandar a la compañía del ferrocarril por incumplimiento pues el algodón de la hacienda de San Antonio del Coyote, incluido el del rancho El Torreón, sufría mermas cuando tirado en el paradero Nazas, llovía o azotaban las fuertes tolvaneras, perjudicando a la fibra. Era más fácil para los propietarios de los terrenos torreonenses entonces lo era la empresa Rapp, Sommer y Compañía, embarcar sus productos en la estación Lerdo (kilómetro 1,150).
Después de un largo juicio los argumentos de los agricultores prevalecieron viéndose la compañía ferroviaria en la obligación de construir la estación al gusto de los reclamantes y frente a la finca de El Torreón.
Pero no fue el único litigio que se dio entre algodoneros y empresarios de la compañía de ferrocarriles. Otro de ellos fue el causado por la gran avenida de agua, en 1885; el ocho de octubre de este año el puente para el ferrocarril fue arrastrado por la corriente, los postes de madera que lo sostenían provocaron una abertura, de 30 ó 40 metros de longitud, en la represa que servía para la irrigación de los ranchos algodoneros de la Rapp, Sommer y Compañía, entonces dueña de los terrenos aquí tratados. La represa había sido destruida por la fuerza del río en 1868 y fue reedificada en 1878.
La compañía ferroviaria había cometido la imprudencia de colocar un puente de 300 metros de longitud sobre simples estacas, apenas enterradas en el lecho de arena inestable y movediza, de un río tan caudaloso y torrencial en sus crecientes como el Nazas. Eso también fue motivo de fuertes reclamos de la empresa Rapp, Sommer entablándose un largo litigio que los favoreció y cuyo alegato judicial, al igual que el anterior, el de la estación, se publicaron en El Foro, periódico de Legislación y Jurisprudencia, editado en la Ciudad de México y disponible para consulta en la Hemeroteca Nacional.
PIE DE FOTO:
Vista panorámica, de la villa de Torreón, desde el cerro de la Cruz en el Álbum de la Paz y el Trabajo de Irineo Paz. Archivo Histórico de la UIA-Torreón.