(Tercera de tres partes)
Miembros y descendientes de las cuatro generaciones siguientes
de Marqueses de San Miguel de Aguayo y Santa Olalla. 1679-1825
Mencionábamos el domingo pasado que fue doña Francisca de Valdés Alcega y Urdiñola bisnieta de Francisco de Urdiñola, quien se casó por segundas nupcias en 1667 con don Agustín de Echéverz y Subiza, a quien el monarca Carlos II ?El Hechizado? le concedió el título de Marqués de San Miguel de Aguayo y Santa Olalla, siendo éste el primer marqués de que nos habla la historia.
Doña Francisca y don Agustín procrearon a Ignacia Xaviera Echéverz y Valdés, quién nació en Patos en 1679. Dicha señora tuvo tres matrimonios, el primero con Francisco de Sada y de Garro Navarra Javier Alarcón, vizconde de Molina y tercer conde de Javier, con quien procreó una hija de nombre María Isabel Aznares de Sada y de Echéverz. Después casó con Pedro Enríquez de Lacarra, segundo conde de Ablitas, vizconde de Valderro y Espleta. Y su tercer matrimonio fue con don Joseph de Azlor y Virto de Vera, caballero mesnadero de Aragón, gentil hombre de la Cámara de su majestad y Mariscal de campo de sus reales ejércitos; matrimonio llevado a cabo en Pamplona el 26 de abril de 1704. En el mundillo social de la época se decía que ella era el marqués y él la marquesa por el origen del título, convirtiéndose ambos en los segundos marqueses de San Miguel de Aguayo y Santa Olalla.
En 1711 los segundos marqueses Ignacia y Joseph en compañía de la viuda de Echéverz, doña Francisca, regresaron a su hacienda de Patos, y don Joseph de Azlor fungió como gobernador y capitán de la provincia de Coahuila y Texas de octubre de 1719 a octubre de 1722. En 1724, el matrimonio se trasladó a la Ciudad de México en donde permanecieron hasta 1733, año en el que retornaron de nuevo a Patos.
En 1731 estando en México el segundo marqués de Aguayo logró adquirir las tierras de La Laguna que llegaban hasta el partido de Mapimí. Don Joseph de Azlor murió el nueve de marzo de 1734 y fue sepultado en la capilla de San Francisco Xavier en el templo del Colegio de la Compañía en Parras. Allí mismo fue sepultada en 25 de noviembre anterior la marquesa doña Ignacia Xaviera.
De este matrimonio hubo dos hijas: doña María Josefa y doña María Ignacia de Azlor Echéverz. La primera de ellas casó con don Francisco Valdivieso y Mier, conde de San Pedro del Álamo en 1735, cuya boda se efectuó en el Santuario de Guadalupe de Parras. ?Matrimonio que significó la fusión más espectacular de la antigua y nueva riqueza de la época?.
María Josefa y Francisco se convirtieron en los terceros marqueses de San Miguel de Aguayo y Santa Olalla. Para don Francisco éste fue su segundo matrimonio ya que anteriormente fue casado con doña María Luisa Sánchez de Tagle, quien murió en 1727. Por su parte doña Ignacia se trasladó a España y se internó en el Convento de María de Tudela, Navarra; y regresó a la Nueva España como religiosa de dicha orden y fundó en México el Convento de Nuestra Señora del Pilar, conocida como La Enseñanza.
El cuarto marqués de Aguayo fue don Pedro Ignacio Valdivieso y Azlor, hijo de Francisco Valdivieso y de Josefa de Azlor. Éste fue casado primero con doña Gertrudis Sánchez de Tagle y después con doña Ana Gertrudis Vidal y Lorca con quien procreó trece hijos. En 1811, don Pedro fue acusado de participar en una conspiración dirigida a tratar de liberar a Hidalgo por medio del secuestro del virrey Venegas, sin embargo todo quedó en eso sin consecuencias mayores y el virrey Calleja lo absolvió de toda culpa.
A don Pedro más que nada se le vinculaba con aquella organización secreta independentista que comandaba Ignacio López Rayón, llamada los Guadalupes. Ya en este tiempo el marquesado de Aguayo estaba en plena bancarrota la cual se acrecentó con la guerra de Independencia y don Pedro se declaró en quiebra en 1815. Logrando sobrevivir hasta el diez de octubre de 1820, fecha de su muerte.
Como quinto marqués figuró don José María Valdivieso Vidal y Lorca, hijo de don Pedro Ignacio, casado primero con Teresa Zagarzorrieta y después con Antonia Villamil Rodríguez de Velasco -la famosa ?Güera Rodríguez-. El 27 de septiembre de 1821, don José María fue uno de los signantes del Acta de Independencia.
Con los cambios políticos habidos en el país, en 1824, se empezó a desmembrar aquel inmenso latifundio y las propiedades fueron divididas entre el quinto marqués José María Valdivieso, la condesa de San Pedro del Álamo y nieta del cuarto marqués don Pedro Ignacio, doña Dolores Valdivieso y los acreedores del marquesado.
El nueve de septiembre de 1825, se firmaron las escrituras en donde se vendían las haciendas de Patos, Parras y Bonanza, la de Cuatrociénegas, los 127 sitios de La Laguna y la viña del Rosario de Parras a las casas inglesas que figuraban como acreedoras del marquesado Baring Hermanos y Cía. y Staples y Cía.; empresas que vendieron posteriormente las propiedades a la familia de los Sánchez Navarro
El próximo domingo hablaremos de: Los Sánchez Navarro.