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Salud| El enemigo silencioso

YOLANDA RÍOS RODRÍGUEZ

EL SIGLO DE TORREÓN

Presión laboral genera problemas físicos y emocionales.

El ritmo de vida actual cobra un alto precio .

TORREÓN, COAH.- “¡Qué injusticia!”, expresa llorosa y desolada María del Carmen Argumedo, quien después de más de treinta años de darle literalmente su vida al trabajo que desempeñaba en la Secretaría de Hacienda como auxiliar de Auditoría, una fría mañana de noviembre del año pasado, le dijeron que no la necesitaban más y que firmara su renuncia.

De lo contrario, fue la advertencia de representantes de la dependencia federal, sería reubicada en sus funciones en una lejana ciudad del sur del país, con el mismo sueldo e igual volumen de responsabilidades. La decisión le correspondía a ella.

Para cuando esto ocurrió, habían pasado algunas semanas desde que comenzaron los rumores de que habría un despido masivo de trabajadores. Al cabo de ese lapso, la angustia, el miedo, la ansiedad, un alto nivel de estrés y luego depresión, habían hecho mella en su salud, que se vio quebrantada severamente.

La misma situación la enfrentaron cerca de cuarenta de sus compañeros. Todos fueron despedidos, sin indemnización alguna, ni aguinaldo en diciembre y hasta una quincena les quedaron a deber. Pasaron una Navidad amarga, muy diferente a aquellos lejanos años en que la burocracia federal gozaba de las mieles del presupuesto, traducidos en estatus, infinidad de prestaciones y sueldos muy por encima del promedio general. Al llegar Vicente Fox a la Presidencia, todo se acabó.

El hilo se rompe por lo más delgado y eso ha sucedido con miles de empleados federales repartidos en infinidad de dependencias que van estrangulando gradualmente. Viven diariamente el pánico de perder su trabajo y por lógica, eso los limita en la posibilidad de acomodarse en otro lugar. Además, pocos saben hacer otra cosa, confiados en que nunca perderían su añejo trabajo pensando en que los protegerían sus sindicatos.

Crece el estrés laboral

De acuerdo con la hipnoterapeuta, Blanca Gutiérrez Jáuregui, el fenómeno del estrés laboral crece día con día, se le ha llegado a identificar como el “enemigo silencioso”, incluso más devastador que el cáncer y con igual flagelo se manifiesta tanto en el trabajo como en la vida del hogar y en las situaciones más íntimas. No perdona jerarquías ni edades, abarca un cuadro de alcance relativamente general.

El temor a perder el empleo y una mayor carga de responsabilidades está generando problemas físicos y emocionales entre la gente en edad productiva, afirma la especialista.

El estrés laboral y el estrés depresivo, causados por la pérdida objetal de un trabajo o de una pareja, representan los de mayor porcentaje de atención médica psicológica en la consulta privada.

A causa del estado de angustia, cientos de trabajadores que se sienten inseguros en sus puestos se quejan de dolores musculares, fatiga extrema y crónica, úlceras, gastritis, colitis y hasta se han visto en la necesidad de buscar terapias para revitalizarse y alejar así a ese nocivo elemento que propicia gran desgaste y merma la salud y la expectativa de vida.

Para la especialista en hipnosis clínica son síntomas característicos del estrés: el cansancio emocional, la pérdida progresiva de la energía, despersonalización, irritabilidad, ausencia de motivación, incompetencia, falta de realización personal y actitudes negativas hacia sí mismo y con respecto al trabajo que se desempeña.

Una persona que no sabe manejar su tiempo, ni sus emociones, es más fácil que ceda a las presiones y se afecte cuando sus jefes inmediatos le exigen más. Para tener este tipo de control sugiere las terapias psicológicas a fin de conseguir una estabilidad emocional que se logrará paulatinamente. Destaca que la ayuda profesional es importante y decisiva, para proporcionarles las herramientas de apoyo que le permitan lograr el cambio anhelado hacia una madurez emocional y mejorar la autoestima de la persona.

El adaptarse al mundo acelerado de hoy, a los cambios que se dan en los centros laborales y particularmente a las cargas mayores de trabajo que se dan lo mismo a personas en puestos gerenciales y altos ejecutivos que a cobradores y agentes de relaciones públicas, ponen en la balanza qué tanto está preparada la persona para tener una rápida capacidad de respuesta.

Hay gente que al sentirse “desgastada”, envuelta en un trabajo rutinario, sin perspectiva de crecimiento profesional y económico, acaba por menospreciarse y hacer su trabajo repetitivamente.

Blanca Gutiérrez Jáuregui destaca la importancia de atender las señales de estrés laboral, ya que el trabajo excesivo, el esfuerzo mayor que demanda la actividad laboral actualmente desarrollada en un marco de gran competencia, es realmente peligroso.

Sin calidad de vida

Al respecto, el especialista en Traumatología y Ortopedia, Jothsman Calderón Flores, coincide con Gutiérrez Jáuregui y añade: “el estrés laboral y cualquier tipo de estrés, es capaces de provocar graves desequilibrios en los sistemas musculares y óseos que se manifiestan en severas contracturas musculares y deformidades de los huesos”.

Destaca que la fatiga causada por el estrés es un factor de peligro para la salud.

Calderón Flores, miembro de la Sociedad de Médicos Ortopedistas de la Laguna, certificado por el Consejo Mexicano de Ortopedia y Traumatología A.C., precisa de manera contundente: “las malas posturas pueden llevar a una persona a tener deformidades físicas, por el poco cuidado que se tiene en el sentarse y hasta en caminar.

“Cuántas veces observamos a personas que caminan como llevando una pesada carga en sus hombros y al igual que al estar sentados, se encorvan y la que sufre es la columna vertebral con todas las repercusiones que ello implica”.

Añade que los dolores en la parte baja de la espalda, en las piernas, en la región lumbar o cintura, así como en el cuello, constituye la mayor parte de los casos que él atiende.

El traumatólogo, quien se especializa en tratar los padecimientos musculares provocados por altos niveles del llamado “estrés malo” y sus repercusiones en la salud, así como en el estado emocional y afectivo, considera que “una persona agobiada, preocupada por problemas personales, es fácil que adopte malas posturas, desde ligero encorvamiento al caminar, hasta jorobarse al sentarse y es propenso a sufrir problemas articulares”.

Otro problema igualmente grave es el sedentarismo. Según el especialista, éste es fiel reflejo de la vida moderna desarrollada en la “selva de asfalto”, cada vez más alejada de la naturaleza y empeorada porque los mecanismos de escape que se proveen los individuos tienen que ver mucho con el alcohol y el tabaquismo, nada relacionado con mejorar la calidad de vida a través de hábitos más sanos.

Las personas que trabajan, poco cuidado ejercen en sus posturas físicas, “les parece que no es importante mantenerse erguidos y con la espalda derecha, tan difícil e innecesario les resulta, que si en determinado momento se enderezan, se cansan y automáticamente vuelven a lo acostumbrado”.

Una persona con malas posturas y una asidua vida sedentaria, es muy frecuente que sufra jaquecas, problemas de circulación, dolores en la región de los omóplatos y tienda a la obesidad.

Opina que pasar horas y horas sentados frente a una computadora, no sólo propicia el encorvamiento sino un marcado desgaste en el órgano de la vista y a consecuencia de ello, fatiga, dolores de cabeza, irritabilidad, várices, hemorroides y estreñimiento. En suma, la falta de movimiento corporal trae consecuencias serias en el estado general de salud.

Desde la perspectiva del médico, quien se especializa en el uso de las medicinas alternativas como métodos de curación para las diversas patologías que atiende, cada vez son más frecuentes y serios los problemas físicos derivados del estrés laboral que afectan lo mismo a ejecutivos que a funcionarios, mujeres y hombres que tienen en común un trabajo bajo fuertes presiones, poco ejercicio y mucho menos tienen tiempo para el esparcimiento al aire libre y en contacto con la naturaleza.

Señala también otro problema que repercute en la estructura ósea, la descalcificación, provocada por el sedentarismo, una alimentación deficiente, así como la poca exposición al sol y la nula ingesta de complementos alimenticios que enriquezcan las comidas ordinarias por los nutrientes que demandan las personas de alto rendimiento intelectual y gerencial.

Dice que una vida laboral puede ser muy exitosa y satisfactoria, sin embargo, cuando se dedica a pasar el tiempo en una silla ejecutiva y operando computadoras, planos, proyectos y la tecnología más avanzada, de nada sirve si la persona se desarrolla profesionalmente a costa de su columna vertebral y las tazas de café, los ceniceros, refrescos de cola, se convierten en sus compañeros inseparables de las jornadas laborales.

Es alta la factura que cobra en la salud la vida laboral de hoy, sujeta a fuerte competencia, a la toma de decisiones en situaciones arriesgadas y un clima de relaciones frías e impersonales que van mermando todo intento por autocuidarse.

La comida chatarra

La proliferación de hábitos nocivos de alimentación está devastando gradualmente la calidad de vida de la gente y lo mismo sucede con los pequeños que van a la escuela, que con los adultos en las maquiladoras, en las oficinas o grandes empresas, según opina Humberto Flores Muñoz, titular del Área de Epidemiología de la Jurisdicción Sanitaria Número Seis de la Secretaría de Salud.

Y es que conforme abunda la promoción para el consumo de alimentos cada vez más procesados, con elevados niveles de conservadores, sumamente condimentados y de escaso valor nutritivo, la gente lo único que hace es comer y se olvida de alimentarse. El consumo de grandes cantidades de harinas en sopas instantáneas, grasas en tacos, gorditas y lonches que constituyen el almuerzo diario de quienes trabajan, se ve “variado” a veces por unos pastelillos, churritos y un refresco de cola.

Por lo general, la gente come lo que le ofrecen a través de la televisión, porque está de moda y se lo promocionan de manera exquisita y antojable para que llene con ello su despensa y refrigerador.

Ya en el trabajo, come lo que puede y no lo que quiere, aunque si se pone hacer cuentas, gasta más comiendo de lo que se vende en la calle, que si llevara a su trabajo alimento preparado en casa que puede ser una ensalada de atún, un sandwich, yogurt o cereal con fruta o hasta sopa y guisado seco.

Humberto Flores Muñoz indica que el poco cuidado que se presta a este renglón provoca que la gente engorde y tienda a la obesidad, porque además consume muchas calorías en dulces, golosinas, refrescos y café que luego no quema porque no hace nada de ejercicio.

En las mujeres, los embarazos favorecen las hinchazones de pies y manos, problemas de circulación y desde luego la gordura y en los hombres el cuadro es similar, sobre todo si se le añade la frecuente ingesta de cerveza.

Observa que los famosos “mercaditos automáticos” o maquinitas que expenden refrescos, cafés, pastelillos, dulces, chocolates y botanas, significan una gran trampa para los buenos deseos de las personas por cuidar su salud, ya que “los estados de nerviosismo o de tensión en el trabajo pueden generar arranques de hambre compulsiva”.

La Secretaría de Salud alerta contra enfermedades como las causadas por el elevado índice de colesterol o de ácido úrico, por el alto consumo de carnes rojas y sugiere a la población que se realice su examen de hipertensión y diabetes, ya que son los padecimientos más frecuentes de quienes pasan largas horas de su vida sentados frente a una computadora, en un escritorio en donde sólo mueven los pies para ir al sanitario y de regreso.

La angustia

Si tener trabajo estresa y angustia, el no tenerlo resulta más desastroso aún, de ahí que una expectativa de esta naturaleza bien podría servir de estímulo y factor para buscar el equilibrio, opina Elizabeth Murra Remusat, gerente general de conocida Agencia de Colocaciones y que señala los estados de angustia y desesperación que advierte entre muchas de las personas que acuden buscando ayuda para encontrar un empleo “de lo que sea”.

Y es que hay tanta oferta de gente vacante y es muy poca la demanda de los centros laborales, que es mucho mejor cuidar lo que se tiene, advierte, por modesto, rutinario o competitivo que sea el empleo, es terapéutico en sentido ocupacional y proporciona un medio de vida finalmente.

Laguna Chamba es una de las empresas con mayor demanda en solicitudes de empleo para las más diversas actividades laborales y dice Murra Remusat que se busca acomodar lo más pronto posible a los solicitantes.

Ella describe que el cuadro general de las personas que acuden a llevar su solicitud de trabajo es de desesperanza, las que más tiempo tienen en inactividad refieren cierta angustia y ha habido casos específicos de agresividad, ante el hecho de no ser elegidos para ocupar determinado puesto, sin embargo, todo es consecuencia del estrés y como resultado, emociones fuera de control.

Analiza que el mercado laboral está hoy en día más competido y tiene razón mucha de la gente que actualmente trabaja y se estresa ante al temor de perder su puesto. La demanda de los empleadores es de gente de 20 a cuando mucho 35 años, con excelente presentación, experiencia, audacia, salud, profesionalismo y que domine los sistemas de cómputo más nuevos.

¿Qué sucede pues con la gente que pierde su trabajo? Es generalmente del perfil de burócrata federal o municipal, gente que durante su vida se dedicó hacer encuestas, a contestar el teléfono, a desarrollar procesos administrativos muy sencillos y ahora se ve rebasada por los nuevos procesos.

La expresión “ayúdeme a conseguir trabajo de lo que sea”, tiene muchas lecturas y denota el grado de desesperanza que tiene la gente necesitada.

La depresión es algo característico de quienes en más desventaja se sienten para conseguir un trabajo, sobre todo la gente mayor de 35 años, peor aún la que llega los 70,que no es profesionista o que toda su vida se la pasó trabajando solamente en un esquema de productividad y que no se preparó para los nuevos retos del devenir de los tiempos. “Para las personas así, sólo queda tolerarlas y establecer el principio de empatía”.

Elizabeth Murra Remusat expresa que el estrés por la falta de un empleo va en aumento. Los empresarios no ayudan mucho, porque ante la fuerte oferta de mano de obra, pagan poco y propician mucho la rotación.

Focos rojos

Según la hipnoterapeuta, Blanca E. Gutiérrez Jáuregui, uno de los síntomas principales que presenta una persona con estrés laboral es la pérdida de sueño. Es el caso de una persona que trabaja tanto, que se siente muy agobiada, de manera que pierde el sueño por las noches, lleva sus problemas a la cama y esto no le permite conciliar lo que debiera ser un sueño reparador.

Lo que sucede pues es que en las mañanas, se levanta mal, deprimida, cansada, sin perspectiva de nada bueno o agradable y sucede entonces que empieza a percibir su panorama negativamente.

Esta pobre visión de las cosas se refleja en un gran cansancio físico, falta de apetito, caída del pelo, síntomas prematuros de envejecimiento, frustración encubierta ante los demás, carencia de líbido, alcoholismo, pero lo peor es que a solas cae en procesos depresivos que de no ser atendidos a tiempo por profesionales en la materia, pueden caer en situaciones de severidad y complicaciones hasta llegar al suicidio.

Otro de los síntomas importantes son las depresiones, explica Blanca Gutiérrez. Generalmente una cosa lleva a la otra. Una persona con elevados niveles de estrés, lo más seguro es que caiga en procesos depresivos desde temporales hasta permanentes y de leves a severos.

El cuadro es muy sencillo: tristeza, cansancio, aislamiento, sentimientos de minusvalía, soledad, lágrimas constantes, irritabilidad, negatividad para todo y relaciones interpersonales y familiares que se deterioran poco a poco, partiendo de la misma causa.

El individuo piensa que ya no puede más con la carga de trabajo, que pese a la capacitación no podrá enfrentar los procesos de presión de sus jefes o de la competencia con el resto de sus compañeros o hasta personas de recién ingreso.

El trabajar bajo presión es todo un reto de sobrevivencia y en la misma dimensión se pueden presentar períodos de frustración de no cubrir los niveles de productividad, rendimiento y hasta reconocimiento de los superiores.

El cultivar, con el apoyo de los mecanismos profesionales la idea de reeducar el pensamiento, reprogramar las ideas y por lo tanto las acciones y sus resultados, es el paso más importante a dar.

Decir “yo quiero”, “yo necesito esto”, es el primer paso para un cambio de actitud, pero lo más importante y contundente es llegar a las afirmaciones: “yo puedo” lo voy a lograr y así será, aplica a lo laboral, a la vida personal y forma parte de un esquema de reprogramación general tendiente a lograr una mejor calidad de vida.

“La calidad de vida no es cuestión de un concepto, sino cuestión de realidades”.

Causas y precauciones

La Organización Mundial de la Salud define el estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”.

FACTORES QUE CAUSAN EL ESTRÉS LABORAL

* Sobrecarga en el trabajo.

* Relaciones Interpersonales.

* Conflicto de roles: Ocurre para un empleado cuando una persona de su medio ambiente de trabajo, le comunica unas ciertas expectativas de cómo él debería comportarse y esta expectativa dificulta cumplir con otra.

* Conflicto personal.- Cuando hay una incompatibilidad entre los valores del individuo o sus creencias y expectativas. Esta forma de conflicto pone al individuo en directa oposición a las conductas que otros esperan.

* Entre algunas de las consecuencias que se reflejan en lo laboral, para una persona estresada son: Ausentismo laboral, tardanzas a la hora de entrar, rotación de personal, cantidad de la productividad y accidentes.

LA MANERA DE EVITARLO

* Tener una alimentación balanceada, dormir lo suficiente y realizar ejercicio.

* Aprovechar los tiempos de descanso.

* Aprender a administrar el tiempo en forma organizada.

* Establecer límites. Si usted no lo hace, otros no lo harán por Usted.

* Evitar discusiones y no actuar al primer impulso.

* Formar amistades en el trabajo y fuera de el.

* Si finalmente concluye en que las anteriores herramientas no son efectivas para evitar o controlar el estrés, es importante buscar la ayuda profesional.

FUENTE: Organización Mundial de la Salud

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