Notable deterioro en la calidad del servicio .
Segunda de tres partes.
Comarca Lagunera.- La profunda crisis financiera por la que atraviesan las instituciones de salud en México, pone en riesgo el sistema de seguridad social y podría detonar en un estallido si las consecuencias siguen deteriorando la calidad de la atención que se brinda a la población.
A nivel nacional, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha reconocido que la situación es cada vez más insostenible, como resultado de un pasivo laboral generado por la fuerte carga económica del pago de pensiones y jubilaciones de sus propios trabajadores.
El Gobierno Federal le apuesta a la modificación del Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) y a impulsar nuevas reformas a la Ley del Seguro Social para aumentar las aportaciones patronales, de los trabajadores y de la propia Federación. Aun así el problema no se resolvería en forma inmediata.
Durante este año el Instituto estima registrar pérdidas por 37 mil millones de pesos a causa de este pasivo. En los niveles “macro”, el Seguro Social está operando con números rojos.
En la Comarca Lagunera, el IMSS registra gastos superiores a sus ingresos y la Subdelegación tiene que recurrir al subsidio de otras delegaciones para cubrir los costos de operación.
Según el titular de la dependencia, Héctor García Gutiérrez, los recursos que aportan los patrones mediante el pago de cuotas de sus trabajadores no alcanzan ni para satisfacer los gastos que genera el funcionamiento del Hospital General de Zona Número 16.
Como ejemplo, contra los 188 millones de pesos que la Subdelegación gastó durante el mes noviembre de 2003, ingresaron cerca de 128 millones de pesos, es decir que registró un déficit de 60 millones de pesos, casi de un 47 por ciento. Estas cantidades se acercan al promedio de ingresos y gastos que se maneja mensualmente.
En cambio, Saltillo ingresó 163 millones 867 mil y gastó 118 millones de pesos, con un remanente de 46 millones de pesos.
La dependencia en la región tiene una emisión promedio (recuperación de cuotas) de 89 millones de pesos mensuales, pero sólo en la prestación de los servicios de enfermería y maternidad, invalidez y vida, riesgos de trabajo y guarderías; prestaciones sociales gasta poco más de 47 millones de pesos, más la nómina de los trabajadores.
El funcionario atribuye la descompensación a un solo factor: la deslealtad del sector patronal para cumplir con el pago de sus cuotas de acuerdo con los ingresos de sus trabajadores.
En este sentido, detalla que La Laguna cotiza con un salario de 3.31 veces el salario mínimo (VSM), menor a la media delegacional de 3.9 y la establecida en todo el país que es de 4.10 VSM, lo que constituye una evasión parcial, es decir que los afiliados están registrados con un ingreso que no corresponde a su realidad.
A su consideración, existe una interpretación errónea del Artículo 27 de la Ley del IMSS referente a la integración de salarios base de cotización, pues las empresas parten de un salario mínimo para hacer sus aportaciones de las cuotas de los trabajadores y no como un incentivo para que éstos tengan mejores percepciones.
Otro dato importante es que hasta noviembre pasado, la Subdelegación tenía registro de una Población Económicamente Activa (PEA) de 404 mil 677 personas, de las cuales sólo el 37.22 por ciento están dadas de alta ante el IMSS. Según García Gutiérrez, es una cifra baja aun considerando que algunos están afiliados al ISSSTE u otra institución.
“Se tiene la percepción de que la Comarca Lagunera es una región próspera pero en los números esto no se refleja”, expresa el funcionario.
Todas estas razones hacen que las expectativas de crecimiento sean poco favorables y que, desde luego, el servicio a los derechohabientes sea afectado.
Reducido presupuesto
Según el director del Hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Raúl Mendoza Morquecho, la institución ha ejercido el mismo presupuesto anual, de 11.5 millones de pesos en los últimos tres años, lo que ha obligado a restringir las guardias y suplencias para destinar los recursos a los servicios subrogados y mantenimiento hospitalario.
Por criterios de la Secretaría de Hacienda las partidas para la subrogación son inamovibles, de tal forma que se destina un mayor recurso a servicios como el traslado de pacientes, cuando éste podría quedar cubierto al 100 por ciento si se dotara a la institución de la infraestructura y los vehículos necesarios.
De las cinco unidades hospitalarias que existen en Coahuila, la de Torreón absorbe el 30 por ciento del total del presupuesto que el ISSSTE destina a la entidad; pero el recurso no alcanza para extender los servicios.
Sobra mencionar que las tres ambulancias disponibles son insuficientes, que por lo menos se requieren otras dos.
Altos costos
Con saldo negativo desde hace varias administraciones, sin escapar de la realidad nacional, el Hospital Universitario se ha visto obligado a privilegiar la cobranza de los servicios que presta sobre la importancia de procurar la salud en la población que los solicita.
A diversas instancias de gobierno han llegado casos respecto de la inflexibilidad de los directivos para aplicar descuentos en las cuotas de recuperación y de las duras políticas de cobro; incluso, que se ha recurrido a la retención de los cuerpos de quienes llegan a fallecer por algún padecimiento hasta que la cuenta sea liquidada.
El director de la institución, Ernesto René Pérez Verti, señala que “tratamos de concientizar a la gente de que esto no es un hospital de beneficencia, y que las cuotas de recuperación son necesarias para la atención de los propios pacientes”.
Reconoce que las condiciones económicas del país en general son difíciles, que la gente deja de tener fuentes de trabajo y por lo tanto queda descubierta en la seguridad social.
A través del departamento de Trabajo Social se ha detectado que un 40 por ciento de la gente que recurre a la institución no tiene la capacidad económica para cubrir los gastos de hospitalización y otros servicios médicos, pues carece de empleo y de un ingreso fijo. Sin embargo, hay quienes tienen recursos suficientes pero practican la cultura del no pago.
“Aunque la salud es un derecho constitucional, proporcionarla genera un alto costo a las instituciones”, considera.
El Universitario arrastra un pasivo de dos millones de pesos de adeudos a proveedores (un déficit de 250 a 350 mil pesos mensuales), lo que según Pérez Verti, se generó con la suspensión de los subsidios que se tenían de la Secretaría de Salud, instancia que optó por canalizar recursos a la infraestructura en crecimiento. La asistencia pública también dejó de hacer donativos.
Según el directivo, las cuotas de recuperación constituyen la única fuente de ingresos al hospital y suman un promedio de 1.1 millones de pesos mensuales, contra gastos muy superiores si se toma en cuenta que sólo en medicamentos y material se invierten cerca de 800 mil pesos, más 350 mil de servicios (agua, luz, teléfono, oxígeno), además de otros rubros.
Sin embargo, asegura que no hay un presupuesto definido, pues “es difícil presupuestar con un adeudo tan importante” y refiere que no se tienen subsidios ni del Gobierno Estatal ni Federal, salvo la Universidad Autónoma de Coahuila que absorbe la nómina hospitalaria.
El edificio del Hospital Universitario fue construido hace 30 años y presenta un marcado deterioro, aunque se han destinado recursos estatales para remozamiento y compra de equipo.
Para el director, la alternativa es recurrir al altruismo, por lo cual la Rectoría de la UA de C sigue contemplando la necesidad de constituir un patronato y fideicomiso que genere aportaciones, sin que el hospital deje de pertenecer a la institución universitaria.
Aunque el hospital dispone de recurso humano suficiente y especializado, no tiene posibilidades para ampliar y mejorar los servicios.
La comparación obligada
Existen enormes diferencias entre la infraestructura hospitalaria de la ciudad de Saltillo con la que se dispone en Torreón, así como en los recursos que se destinan al funcionamiento de cada institución.
Dependientes de la Secretaría de Salud, en la capital del Estado se cuenta con un Hospital de la Mujer, un Hospital del Niño y el Centro de Salud Mental (Cesame), los que por manejar especialidades ejercen un mayor presupuesto en comparación con el Hospital General de esta ciudad.
En el primero de los casos, la Secretaría de Salud de Coahuila autorizó un presupuesto de dos millones 239 mil 700 pesos para ejercer este año; en el Hospital del Niño se aplicarán recursos por el orden de los siete millones 659 mil pesos, mientras que al Cesame se destinará un millón 570 mil pesos. En estos dos últimos no se está considerando el pago de la nómina.
Para el Hospital General Torreón hay un presupuesto contemplado de dos millones 546 mil pesos, pero hasta los últimos meses recibía cerca de 190 mil pesos mensuales para sufragar el gasto corriente, contra los 850 mil pesos que había reportado, producto de las cuotas de recuperación, las más altas en el funcionamiento de la institución en los últimos años.
Por otra parte, el Hospital Universitario de Saltillo guarda una enorme diferencia en infraestructura y equipo con el Universitario de Torreón, pues el primero brinda una atención hasta de tercer nivel (con tomografía, bomba de cobalto, Cardiología y Neurocirugía) e incluso cuenta con equipo para litotripsia.
Ernesto René Pérez Verti refiere que la participación de la Iniciativa Privada saltillense ha sido importante para que el Universitario de la capital esté en condiciones ejemplares.
EN QUIEBRA
La crisis financiera por la que atraviesan las instituciones de salud en el país, mantienen en riesgo la seguridad social. En la Región Lagunera el problema se puede resumir de la siguiente forma:
· El Seguro Social está trabajando con números rojos, pues la Subdelegación enfrenta un déficit aproximado al 47 por ciento que supera con los subsidios de otras delegaciones. Los ingresos que registra ni siquiera alcanzan para cubrir el costo de operación del Hospital General de Zona Número 16.
· El hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), opera con el mismo presupuesto desde hace tres años, de 11.5 millones de pesos, el cual se redujo considerablemente en comparación con el ejercido en 2000, que fue de 14 millones de pesos.
· El Hospital Universitario arrastra un pasivo de dos millones de pesos desde hace varias administraciones, como resultado de la cancelación de subsidios de la Secretaría de Salud y los gobiernos Estatal y Federal y donativos de la asistencia pública.
· El Hospital General Torreón, dependiente de la Secretaría de Salud, carece de la infraestructura necesaria y contra los 850 mil pesos que reporta mensualmente por las cuotas de recuperación, sólo se le reintegran 190 mil pesos para gastos de operación.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón