Siete oficiales del Ejército estadounidense han recibido la más alta amonestación oficial por los sucesos en diferentes centros penitenciarios de Irak.
03 de mayo de 2004.
BAGDAD (AP) .- Siete soldados estadounidenses han recibido reprimendas en relación al supuesto abuso de prisioneros de guerra iraquíes, dijo una fuente militar el lunes.
Por órdenes del teniente general Ricardo Sánchez, comandante de las fuerzas de Estados Unidos en Irak, todos los oficiales y oficiales no activos involucrados han recibido el nivel más severo de reprimenda oficial dentro del ejército norteamericano, dijo el funcionario bajo condición de no ser identificado.
Un séptimo militar recibió una sanción menor.
Entre estos mandos estadounidenses, se encuentra la general Janis Karpinski, que era la encargada de supervisar el sistema penitenciario iraquí como comandante de la Brigada 800 de la Policía Militar.
El portavoz militar que realizó estas declaraciones indicó igualmente que la investigación sobre los seis oficiales estaba terminada y que no se esperaba su comparecencia ante un consejo de guerra.
De todas formas, las amonestaciones podrían acabar con sus carreras en el Ejército estadounidense.
La fuente militar dijo creer que las investigaciones sobre el caso habían finalizado y que los soldados no enfrentarían mayores sanciones o un juicio militar. Sin embargo, las reprimendas podrían significar el fin de sus carreras en el ejército.
Otros seis policías militares norteamericanos están en espera de juicio por actos semejantes.
Los señalamientos de abuso en la cárcel Abu Ghraib, en los límites occidentales de Bagdad, acapararon la atención mundial luego de que el programa "60 Minutes II", de la cadena CBS, transmitió imágenes supuestamente de iraquíes desnudos, con las cabezas cubiertas, mientras eran atormentados por sus guardias estadounidenses.
El Consejo de Gobierno Iraquí, cuyos miembros fueron elegidos por las autoridades estadounidenses, se unió a las voces de la crítica internacional sobre el supuesto abuso de los prisioneros, y lo consideró una violación a las leyes internacionales y a la Convención de Ginebra.
En un comunicado del lunes, el consejo demandó a las autoridades norteamericanas que permitan que jueces iraquíes participen en los interrogatorios de prisioneros, y que abran los centros de detención a inspecciones de funcionarios iraquíes, "para estar seguros de que no se cometan abusos contra los prisioneros".
La brigadier general Janis Karpinski, que supervisó la prisión, declaró al canal de televisión ABC que no tuvo conocimiento de los abusos.
"Fueron actos despreciables", manifestó Karpinski el lunes. "Si hubiera sabido algo sobre eso, con seguridad habría reaccionado con prontitud", sostuvo.
Karpinski dijo que en una fotografía tomada en la cárcel, parecía que más de seis militares estadounidenses participaron en los supuestos abusos.
"Realmente, una fotografía lo mostró. No se veían completamente las caras, pero la fotografía mostraba 32 botas", expresó Karpinski refiriéndose a la cantidad de soldados que habrían participado en los abusos.
No quedaba claro si eso incluiría a los siete soldados que fueron sancionados el lunes, además de los seis policías militares.
Condena del CG
EFE.
El Consejo de Gobierno (CG) interino de Irak condenó hoy con firmeza el trato vejatorio que sufren algunos presos a manos de varios de sus carceleros norteamericanos y británicos.
En un comunicado hecho público en Bagdad, el CG afirmó que "ha recibido, discutido, y condenado lo que varios medios de comunicación internacionales han señalado, en la última semana, en relación a un grupo de soldados de la Coalición que han torturado y demostrado su falta de humanidad".
"Estos horrendos actos criminales se contradicen con las leyes internacionales, así como con la Convención de Ginebra sobre derechos humanos", añadió el escrito.
Golpe moral
AP
Los supuestos abusos contra prisioneros iraquíes por parte de soldados estadounidenses amenazan con socavar una parte del razonamiento esgrimido por el presidente George W. Bush para derrocar a Saddam Hussein: el que Washington había puesto fin a un régimen que torturaba a su pueblo.
La información deteriora la autoridad moral proclamada por Estados Unidos, en un momento en que sus fuerzas tratan de combatir una insurgencia creciente y ganarse el apoyo internacional en Irak.