“Herodes... mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos
sus alrededores”. Mateo: 2:16
La Biblia alberga muchas historias de horror, pero ninguna me generaba tanto miedo en la infancia como la matanza de los Santos Inocentes.
Mateo, el único evangelista que toca este episodio, refiere que el rey Herodes había pedido a los magos que buscaban al recién nacido “rey de los judíos” que regresaran con él para decirle en dónde se encontraba y así rendirle homenaje. Alertados de las malas intenciones de Herodes por una revelación, los magos prefirieron regresar a su tierra por otro camino. Mientras tanto, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y lo conminó a huir a Egipto. “Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores conforme al tiempo que había inquirido de los magos”.
El que un rey, por muy cruel que fuera, matara a todos los infantes de un pueblo se me hacía impensable. El que Dios hubiese decidido salvar a Jesús, pero no a los demás niños de Belén, me parecía inaceptable. Ése fue mi primer encuentro con el problema del origen del mal, uno de los más complejos de la teología.
La Iglesia primitiva consideró tradicionalmente a estos niños como los primeros mártires de la fe. Pero el hecho de que murieran siendo judíos inquietó desde siempre a los teólogos que consideraban que la salvación sólo se encuentra en el seno de la Iglesia. Quizá por eso se ha ido perdiendo el recuerdo de los hechos que aparentemente generaron la fiesta. Hoy casi nadie conmemora a esos niños mártires. En la cultura mexicana no hay relación aparente entre los engaños y payasadas de este día con la tragedia de los Santos Inocentes.
Pero ¿de verdad existió la matanza? Es muy probable que no. Si bien Herodes tenía una muy bien ganada fama de crueldad, el homicidio de todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores seguramente habría generado un gran escándalo en la Judea de aquellos tiempos. Sin embargo, ni una sola fuente aparte de Mateo registra los hechos. El historiador judío romano Flavio Josefo dejó descripciones en detalle de los horrores de Herodes, pero no menciona la matanza de los niños. Ni siquiera los otros evangelistas se ocupan del hecho.
Aquéllos en la Iglesia que mantienen que la Biblia es la palabra revelada de Dios, y que afirman que todo lo que contiene ésta ocurrió literalmente, han refutado el argumento de la falta de otras fuentes diciendo que Herodes cometió tantas crueldades que la matanza de unos cuantos niños ocurrida en el crepúsculo de su reino no fue suficientemente importante para ser registrada. Pero es difícil pensar realmente que una matanza de infantes habría sido considerada como cosa de todos los días.
En realidad Mateo, como los demás evangelistas, estaba preocupado en relacionar a Jesús con las viejas escrituras judías para demostrar que se trataba realmente del Mesías. En el pasaje de los Santos Inocentes Mateo hace referencia a Jeremías (31:15) quien describe a Raquel “que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron”. La lamentación es en vano, dice Jeremías, porque vienen días en que Dios hará un “nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá” (Jeremías 21:31).
Cierto o falso el episodio, no hay duda que durante siglos inspiró el mismo horror que me provocaba a mí en la infancia. Muchos artistas, entre ellos Duccio di Buoninsegna, Giovanni Pisano, Fra Angelico y Pieter Brueghel el Viejo, trataron de reflejar en sus obras la angustia de la matanza.
La historia de los inocentes, por otra parte, ha sido utilizada a menudo como instrumento para condenar otras matanzas. Se utilizó, por ejemplo, para cuestionar a quienes permitieron y azuzaron la trágica cruzada de los niños de 1212. Se recordó también con la matanza de judíos, miles de los cuales eran niños, durante la segunda guerra mundial. Hoy la Iglesia Católica la emplea como fundamento para combatir el aborto.
Poco importa en realidad si alguna vez tuvo lugar esa matanza de niños. El episodio no deja de tener fuerza moral. Lo relevante es que a más de dos mil años de distancia sigue habiendo gente que piensa con horror en esa historia y entiende que una de las más importantes funciones de cualquier comunidad es proteger a sus niños.
HERODES
Herodes el Grande gobernó Judea del 37 al cuatro antes de Cristo, lo cual significa que Jesús nació antes de lo que tradicionalmente se pensaba. Herodes fue un gran constructor y hábil administrador, pero su crueldad está ampliamente documentada. Desheredó e hizo matar a su propio primogénito, Antipater. Quizá de esta acción surgió la historia de la matanza de los inocentes.
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