TORREÓN, COAH.- Los rayos del sol aún se sentían con gran intensidad sobre la grama del Estadio Corona, mientras que la porra de los Tigres la “Libres y Lokos” aguardaban pacientemente su entrada al estadio, la cual se realizó en forma tranquila y pacífica.
El ambiente de los aficionados era de expectación, después de la reciente derrota ante River Plate, en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Inclusive varios seguidores expresaban: “A lo mejor es el último partido de los dos torneos”.
Los “Libres y Lokos” cantaban, bailaban e inclusive brincaban continuamente durante varios minutos. Todos enfundados en su playera amarillo canario con sus vivos en azul que resaltaban en la tribuna de Zona Norte.
Inclusive a pesar del golazo de izquierda de Rodrigo “Pony” Ruiz, la porra no se inmutó y siguió alentando y apoyando a su equipo, tal y como sucede cuando los felinos reciben una anotación en el “Volcán” de San Nicolás de los Garza.
La entrega de Matías Vuoso en cada jugada, la recuperación de la pelota como si fuera medio de contención o zaguero, arrancaba el aplauso de los seguidores santistas, conocedores de lo que estaba en juego: el mantenerse con vida en el futbol mexicano.
El argentino Walter Gaytán lució en la cancha y mientras que Carlos Cariño buscaba robarle el esférico, la gente se metía con Federico Domínguez por algunas imprecisiones, sin importarles que el también pampero estaba lastimado desde el pasado juego contra los millonarios del River Plate.
Parecía (debido a la actitud mostrada por los Guerreros), que se encontraban dormidos, inclusive contagiaron al público, que pasó inadvertida la presencia de las Guerreritas, que al ritmo de lambada trataron de emocionar a la gente, aunque su actuación fue sin pena ni gloria.
Mientras que la afición gritaba “Mumo, Mumo”, para que entrara de relevo el talentoso jugador, en la cancha Denis Caniza mostraba su temple y su recuperación de pelota, que lo ha llevado a participar con su selección paraguaya en dos Copas Mundiales de Futbol.
La gente no entendió y se molestó cuando el técnico santista Eduardo “Yayo” de la Torre sacó de cambio a Matías Vuoso por Sixto Peralta, por lo que la gente de Sol Plateas se metió fuerte con él, adelantándole el Diez de Mayo.
Las condiciones estaban dadas para los aficionados, que llegaron bien vestidos con planes posteriores al partido: “Después de aquí al antro, que al cabo ya andamos entrados, ojalá que el Santos jugara así como local”, comentaban varios jóvenes.
La hombrada que hizo Carlos Cariño prendió a la gente, el resultado parcial era 2-1 y las aspiraciones por calificar se mantenían, pero un minuto después llegaba el empate que dejaba helado a los laguneros, incluso caló más que el gol de Cristián Tula del River Plate el martes pasado.
Posteriormente, cayó el 2-3 ya cerca del final y la cara desencajada del “Yayo” De la Torre decía todo, sumergido en la banca daba las últimas indicaciones, mientras que “El Pity” aventaba las espinilleras y Gaytán salía de cambio, pidiendo calma a sus compañeros. El árbitro central ordenó a Altamirano ponerse de nueva cuenta la protección, auxiliado por Ricardo Luna al que le decía: “Pero si me estoy acalambrando”.
El nazareno Arredondo se dirigió al centro del campo y pitó el final del partido, inmediatamente el sonoro abucheo retumbó en todo el Corona, mientras que los seguidores regiomontanos se abrazaban por la heroica victoria conseguida con dos hombres menos.