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Satiricosas/9-11: un misterio que no lo es

Manú Dornbierer

“Las cosas están mal para la gente, pero buenas para los negocios”, dice, en un momento clave para entender una de las (sin)razones del atentado a las Torres Gemelas, uno de los personajes reales del fascinante documental, el más visto de la historia: “Fahrenheit 9-11”, escrito y dirigido por esa mezcla estupenda de realizador cinematográfico y de agudísimo periodista que es Michael Moore. La barbaridad neoliberal sale de la boca de un empresario sonriente, quinta esencia del más descarnado capitalismo, después de escenas dantescas de niños iraquíes descuartizados por los más cobardes y sofisticados bombardeos...

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Botón de muestra mexicano

El comentario en cuestión me recordó otro recientemente escuchado en el vibrante noticiero de mi joven amigo Carlos Loret de Mola, éste de boca de un gurú neoliberal autóctono al que invitó a hablar de la elección presidencial de USA el dos noviembre, que determinará el destino del imperio y del planeta. El protagónico Rafael Fernández de Castro, miembro preclaro del ITAM, ese remedo hiperneoliberal de Harvard (“Nido de espías”, en opinión y datos de José Ramón Jiménez y en la mía, una universidad que le ha hecho más daño a México que todas las invasiones gringas juntas), volcó en el micrófono sin rubor ni análisis su pasión por Bush: “El mejor para México”, dijo e insistió.

No parecía tener en mente más que el argumento “negocios”, pero sin reflexionar un átomo, ya que ni para los negocios le ha servido Bush a México ni a USA ¿O acaso es Irak negocio para su país cuando le está costando trillones de dólares y miles de vidas al pueblo estadounidense, especialmente al que tiene piel de diversos colores y pertenece a una clase social de pocos recursos, sólo para que se enriquezcan más las asociadas familias Bush y Bin Laden y los halcones, una docena de sinvergüenzas compañías de ellos mismos, como la Halliburton de Cheney?

En el ITAM -como entre los más ignaros electores gringos- para juzgar al grotesco monstruo que es W, desechan cualquier argumento moral, humanitario y sicológico, pero desconocen o minimizan también el fracaso económico que representa Hitler Bush.

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“Bush en el diván”

se llama el libro del sicoanalista Justin Frank, catedrático de la universidad George Washington, profesor de psicoanálisis en el Instituto Sicoanalítico de Washington, que ha estudiado a W desde el punto de vista freudiano y ofrece su diagnóstico sobre el caso: “George W. Bush es un hombre con una mente enferma, alcohólico sin cura (sin haber sido tratado), con un falso sentido de omnipotencia, megalómano, sádico al punto de disfrutar con la crueldad y posee tendencias paranoicas”.

Cuando Bush gobernó Texas, en dos períodos, un corresponsal en Austin me tenía al tanto de las veces que el Gobernador asistía a su “distracción preferida”: Las ejecuciones. Al respecto, dice en su libro el Dr. Frank: “Tiene una larga historia de infancia que demuestra sadismo. Por ejemplo, mataba ranas insertándoles cohetes en el cuerpo para hacerlas explotar. Como Presidente de su fraternidad en la Universidad de Yale, utilizaba un hierro de marcar ganado para herir a los nuevos aspirantes. Como Gobernador de Texas fue observado sonriendo tontamente sobre las ejecuciones en el corredor de la muerte...”.

Es pues evidente que las torturas y humillaciones de todo tipo a los prisioneros iraquíes o a los que sigue manteniendo en la incomprensible base de Guantánamo, son parte de lo mismo, es decir del sadismo presidencial, alentado y compartido por sus halcones.

Por su parte, el periodista James Petras, en su artículo “La Casa de los Horrores: Tortura y Genocidio” escrito originalmente para “ Rebelión” dice: “Entre los principales ideólogos que defienden la tortura se encuentran los más prestigiosos académicos sionistas y estrategas políticos de Estados Unidos. El catedrático de Derecho de Harvard Alan Dershowitz, el catedrático de Princeton, Bernard Lewis, William Kristol, catedrático de Yale, Robert Kagan, catedrático de la John Hopkins, Elliot Cohen, por nombrar sólo algunos de los ideólogos totalitarios sionistas que defienden el terrorismo israelí y el uso de la fuerza imperial estadounidense...

Dentro del Pentágono, los altos mandos Rumsfeld, Wollfowitz y Feith ordenaron expresamente el uso de la tortura mientras los Departamentos de Justicia y Defensa insistían en que el Presidente pudiera anular cualquier Ley Internacional o Nacional y la Constitución estadounidense, en defensa del imperio. En otras palabras, la tortura fue vista como un poder especial presidencial más allá de cualquier barrera legislativa o legal...”.

Si éste no es un Gobierno de locos peligrosísimos, que recuerda muy bien a Hitler y al nazismo, entonces quién sabe qué sea.

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Sábado “de Torres”

El 9-11 tuvo especial significado por la próxima elección. Desenmascarar a Bush es tarea de todo terrícola consciente, antes que lo vuelva a elegir la ignara masa gringa a la que le gusta, dice el Dr. Frank, un personaje arrogante, un fanfarrón, aunque mentiroso cowboy del oeste, que se planta ante la ONU y le dice “No necesito tu permiso para atacar Bagdad”...

Para tener más información, vi en la mañana la gran película de Michael Moore, Palma de Oro del Festival de Cannes, espléndida bajo todos conceptos, pero que no llega a la conclusión franca que muchos sentimos clara: El propio Bush, aliado a su amigo Bin Laden, al que nunca encontró, planeó el atentado del 9-11. Por la noche, resistí el ambiguo “maratón” de las ocho a las 12 del canal argentino “Infinito” con diversos documentales, muy bueno el de las relaciones Bush-Bin Laden, pero tibio en sus pronunciamientos el presentador principal, profesor Lejtman.

Al final sin embargo se dijo que el atentado de las Torres fue otro Pearl Harbor, un sacrificio terrible impuesto a su pueblo por un Gobierno imperial que quiere ¡Guerra! En Hawaii pactó Roosevelt con los japoneses para que la población que No quería guerra, la aceptara. El atentado a las Torres fue un ardid atroz para “justificar” una demente guerra contra el terrorismo En ambos casos murieron tres mil víctimas oficiales...

www.manu-dornbierer.com

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