Se reconciliaron los vaqueros ¡qué ternura! Magnánimo, Bush invitó a Fox al “barbecue” en su rancho. Oh, honor de los honores. Estuvo encantado el “mono blanco” ya que esta vez en la breve Cumbre de Las Américas, versión de “extraordinaria” (aunque fue la misma vaina), que convocó la lambiscona OEA, pagó el soberanísimo México y la progresista ciudad de Monterrey, obedecieron su orden de evitarle la afrenta de pisar el mismo suelo americano que Fidel Castro, dictador de una isla sólo grande por su dignidad frente al imperio. George W. Bush rodeado de una “seguridad” despreciativa de toda ley local, nacional, mundial, quiso ser y fue solar centro de la reunión oficial (así en en la calle globalifóbica el odio universal se manifestó a todo volumen), indiscutible rey, emperador de los dictadores de América y del mundo. No tenía porqué un viejo barbón caribeño venir de bulto a hacerle sombra al “Megadictator”, violador de la ONU, destructor del pecaminoso Afganistán y del peligrosísimo Iraq, remodelador de USA, país otrora libre aunque menos de lo que se cree, al que impuso por su 11 de septiembre, el Patriot Act, muy similar a las leyes que en Cuba coartan las libertades de los ciudadanos.
Pues sí. Qué bueno que Bush perdonó a Fox, no por haberse opuesto a la invasión de Iraq, algo que nunca hizo el buen Vicente que hasta al hospital se fue a guarecer con tal de no tener que pronunciarse, sino por el pecado de no haber saltado sobre la primera ocasión para aplaudir y apoyar como el faldero Blair, el gangster Berlusconi o Mr. Rebuznar. tan humana, necesaria y pacífica invasión para “liberar” al pueblo de Iraq.
Pobrecito de nuestro culto y valiente Presidente, él nunca hizo nada directamente para enojar a su querido amigo. Así que justo es que Bush lo acoja de nuevo en su intimidad. Todo sea para bien de México ya que Fox nos asegura que está haciendo “un trabajo serio y profesional, que él no es lacayo” y que su reencontrada amistad servirá a los 25 millones de mexicanos que se encuentran en USA.
Lo que no dijo es cómo, pues el acuerdo migratorio-electorero que le obsequió Bush a guisa de perdón, no pasará en el Congreso gringo, como dicen 14 legisladores republicanos que se oponen a él y todos los demócratas en masa. México va a tener que gastar lo que no tiene para el “lobby”, es decir mordida para comprar a sus opositores.
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El “Abismático” Hugo Chávez, antigringo presidente de Venezuela, que me cae rebién siempre y cuando se abstenga de cantar “México Lindo y Querido”, pasará sin duda a la historia por la frase que pronuncia cada vez que lo invitan a las augustas cuanto carísimas e inútiles sesiones cupulares que dizque deciden los destinos de seis mil millones de seres humanos, a saber: “Nosotros andamos de cumbre en cumbre, mientras nuestros pueblos van de abismo en abismo”. Lo malo es que le va a pasar lo que Castro: Ya no lo van a invitar, sea cual sea el resultado del referéndum que insiste en patrocinar George W. Bush dentro de la propia Venezuela para que la parte progringa del pueblo venezolano opine si quiere que se quede Chávez como presidente o que sea revocado.
Según ciertas fuentes podría tener México la desvergüenza de colaborar al democratiquísimo “referéndum venezolano de Washington”, con diez millones de dólares, obsequiados por Derbecito nuestra digno canciller. ¿Para cosas como éstas quiere Fox gravar con impuestos las medicinas y los alimentos del pueblo de México? Si nuestro país tiene diez millones de dólares, probablemente de sobra del petróleo, para acabar con la doctrina Estrada que preconiza la no Intervención de México en asunto ajenos, quizás igual tenga una sobrita la también petrolera Venezuela -con la que México tanto colaboró en tiempos pasados dentro de un justo americanismo, para surtir de petróleo accesible a países centroamericanos, sobre todo a la Nicaragua castigada en el siglo pasado por liberarse de Somoza, dictador largamente sostenido por USA.
¿Nos podría por favor patrocinar Chávez aquí un plebiscito para saber si los mexicanos queremos o no que Fox se quede, antes de que nos amarre al ALCA (pone) para escriturar la esclavitud de América Latina?
De igual forma, sería bueno pedir una colaboración al presidente Lulla de Brasil y a Kirchner de Argentina (aunque sea moral, ya que el FMI dejó a ese país en los huesos). Ese apreciable par de presidentes parecen también estar avergonzados como Chávez y millones de mexicanos del lacayismo de Fox ante un Bush tan demente que se atreve a manifestarse contra la corrupción latinoamericana cuando es el dueño de “Enron”, que osa hablar de “democracia” cuando ya la destruyó hasta en su propio país.
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Un alto a la locura debe poner Marta Sahagún a sus ilusiones y a sus lambiscones que le aseguran una popularidad que tronará como burbuja cuando su marido deje el poder. Pero en vez de meter el freno, le da alas a ver si pega su femenina condición y aprovecha para destaparse como la candidata presidencial del PAN para la presidencia que hoy ocupa de traslecho. Hace poco un colaborador de mi página web envió a las ondas la pregunta ¿Cuáles son los méritos de Marta Sahagún para querer ser presidenta? No le supe contestar y estuve de acuerdo con él en que si hoy Fox desapareciera, Marta no existiría ya que no tiene experiencia ni carrera propia, como Hillary Clinton, por ejemplo.
Estamos aún viendo su estruendoso fracaso cuando quiso hacer política con Gordillo. Marta es sólo la mujer del Presidente y no tiene ni para aconsejarlo la menor idea de cómo hacer las cosas.
Creían ambos tener en sus manos la Reforma Fiscal y todos los Ivas por su alianza con una mujer inmoral, por favor. Los priistas no son imbéciles. Otro ejemplo de su incapacidad fue la manera vanidosa e ingenua como manejó el asunto del libro “La Jefa” que la exhibió ante toda América. Ya déjese de cumbres borrascosas, señora. Si no puede detener su ambición, sea clara, madrúguele al PAN como le madrugó su incompetente marido. Aguanta el blanquiazul, quien quite y pegue.
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