Cuauhtémoc Cárdenas, al que el PRD reconoce como su líder moral, señaló recientemente un muy grave retroceso de la dirección de su partido. La alianza con el PAN contra el PRI en Oaxaca y en Chihuahua. En ambos estados perdieron sus candidatos.
Pero no fue la derrota mancomunada la que inspiró la crítica a Cuauhtémoc sino algo más profundo: El PRD se está aliando con un PAN que va en contra de las grandes causas del perredismo. Y tiene razón. Los muchos ciudadanos que simpatizamos con el PRD, sin ser estar afiliados a partido alguno, creemos en esas grandes causas.
En lo personal lo que me atrae del PRD es su auténtico nacionalismo. El PRI y el PAN, en cambio, le han abierto de par en par las puertas al coloniaje, aduciendo que “no se puede” ir contra la corriente mundial esclavizante, a sabiendas que de Miguel de La Madrid a Zedillo y de Zedillo a Fox todos han vendido al país y es evidente que Washington se adueñó de la economía y de la política mexicana.
Si no ha podido lograr más entreguismo, es precisamente por la oposición del PRD, pero también palpable y constante en millones de mexicanos. Hugo Chávez en Venezuela, con toda la sucia ingerencia gringa en el reciente referéndum (departamento de Estado, CIA, Carter, etc.), exigido por cierto por la Oposición, acaba de demostrar que el nacionalismo no ha muerto ni debe morir. Se preguntó a la ciudadanía si quería o no que siguiera siendo su Presidente. Con todas las amenazas y presiones, casi el 60 por ciento de los venezolanos votó por Chávez por la excelente razón de que quieren seguir siendo venezolanos, con globalización o sin ella. Sí se pudo y se puede y lo mismo dirían los mexicanos si les preguntaran, pero nuestro país no cuenta con ese instrumento hiperdemocrático que es el referéndum, por el que rezo en este espacio todos los sábados. Y Fox no tiene lo que le sobra a Chávez para cumplir su promesa electorera al respecto.
Y los senadores y los diputados tampoco se la recuerdan. En fin, algunos otros tumbos da el PRD de Leonel Godoy...
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¿No se ha enterado
Cuauhtémoc de lo que
pasó en Guerrero?
La elección interna del PRD (no tan interna) fue un relajo que disfrazan de democracia. El PRD se alió con algo peor y más poderoso que cualquier partido político: El cacique Rubén Figueroa, vigente y exitoso, ya que su compadre Zedillo, actual big shot de la Union Pacific le dió un contrato de 150 millones de dólares para recoger en la frontera con sus camiones la carga de sus trenes, ya que en México no tenemos. Él los vendió. Rubén y su familia siguen haciendo los grandes negocios en su feudo guerrerense...
Por ejemplo, el de los fertilizantes. Como siempre los victimados campesinos de la Sierra del Sur dependen de él. En fin cuando menos le quitaron al clan el Centro de Convenciones de Acapulco. Pero volvamos al tema. El relajo “electoral” sucedió el domingo 15 de agosto, en una votación anunciada por la que lucharon los otros concursantes a la candidatura perredista, Armando Chavarría y Ángel Pérez Palacios. El cuarto, Félix Salgado Macedonio, sin duda ya había recibido alguna... amable visita, pues se retiró semanas antes para obsequiarse apasionadamente a Torreblanca. Por su parte Zeferino manifestó nerviosismo en muchas ocasiones su oposición a una votación organizada.
Quería ser nombrado candidato por “encuestas” ergo por dedazo. Estaba tan asustado de la elección que en un programa de radio de Jorge Zamora, en MVS, insultó al promotor de dicha elección, su contrincante Chavarría, ex rector de la Universidad Autónoma de Guerrero. De pena ajena estuvo Torreblanca. Y por fin se da la elección y Zeferino cuyo lema de campaña para la gubernatura de Guerrero es Z005 -con zeta de Zorro y de Zedillo- paradójicamente la gana de calle. Lo grave es que el PRD aceptó y promovió el sainete consistente en suspender públicamente la elección el día 14 y en echarla a andar de nuevo a las 12 de la noche del mismo día casi en privado.
Las huestes de Zeferino organizaron en la madrugada el madruguete, en tanto que los otros, que se quedaron con la noticia de la suspensión, ya no tuvieron tiempo de conjuntar a sus fuerzas y montar su propio operativo.
De los dos burlados, el precandidato Pérez Palacios será el único que (dijo) impugnará la elección. Chavarría por el momento clavó el pico. Pérez Palacios dijo al periódico “El Sur” (16 de agosto de 2004): “Hemos comprobado que hay carruseles, que hay vehículos llenos de priistas que están votando en Chilpancingo y Tierra Caliente, con banderolas, haciendo propaganda, cuando la regla decía que se detuviera la campaña el jueves”. Cuando denuncia “irregularidades”, pregunta el reportero “-¿A favor de quién? A favor de Zeferino en Acapulco y de Chavarría en otros lugares... Nos parece muy sospechoso que lleguen priistas muy conocidos en las colonias a votar.
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“¿Quién puede mover
a priistas para una elección perredista?
Alguien que lo hizo ya en 1999 para hacerle ganar la alcaldía de Acapulco a Zeferino (impulsado entonces por Fox y Cuauhtémoc), Rubén Figueroa, defenestrado, mas no tocado ni procesado como se debía después de la contundente investigación de la matanza de Aguas Blancas, que hizo pública el entonces ombudsman Jorge Madrazo.
En el momento de nombrar el PRI su candidato, Figueroa se enojó porque el partido (o René Juárez) no aceptó a su protegido Rubén Robles Catalán y en cambio designó a Ernesto Rodríguez Escalona. Ah ¿sí? dijo el cacique, ahora verán. E hizo votar a sus huestes figueropriistas por Zeferino, que ganó la alcaldía. Hoy sigue el método.
La actual elección interna del PRD la gana la dupla Torreblanca-Figueroa. El muy popular Zeferino, amigo de todos hasta de Acosta Chaparro y el verdugo de Aguas Blancas, hijo del promotor de la Guerra Sucia.
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