A Rodrigo Ugarte, pintor de vanguardia, en su cumpleaños, por su constante preocupación ciudadana y social
“Todo acto de corrupción tiene nombre y apellido, personas en particular, señaló Vicente Fox ante líderes del Congreso del Trabajo (que ahora le aplaudieron largamente en lugar de chiflarle como los de la CTM). En efecto, así es. Tiene razón el Presidente. ¿Se trató de una encomiable aceptación de la responsabilidad de su esposa, de nombre Marta y apellidos Sahagún de Fox, en el asunto de las sucias finanzas de “Vamos México”, actualmente bajo investigación? ¿O acaso fue más allá y se trata de una “mea culpa” al recordar la transa del “Amigosgate”, que se diluyó en la impunidad por el puesto que tiene? O a lo mejor él mismo ya se arrepintió de los contratos bajo el agua que en Pemex estableció con el bandido de Dick Cheney. ¿Qué no habrá por ahí un video que nos ilustre?
En fin, esperemos que el objetivo del Presidente al pronunciar tan sabias palabras haya sido el de un análisis global -sin excluirse- de las muchas erupciones de corrupción del sistema político mexicano que estamos viendo. Ojalá sea capaz de no perder de vista la viga en la niña de sus ojos para denunciar las pajas, o también vigas, en ojo ajeno.
Partidos podridos
1.- PRI, PAN, PRIAN. Todos los partidos de México están podridos. 71 años de corrupción del PRI contaminaron la vida política de este país ¿sin remedio? De esa corrupción “madre” es superfluo hablar (me tomó siete libros hacerlo), pero sí vale la pena recordar que el ascenso del PAN al poder arrancó bajo el ala del PRI de Salinas, creador con Diego Fernández, Carlos Castillo Peraza (por más que hoy lo endiose Scherer en el último “Proceso”) y Luis H. Álvarez diseñaron el PRIAN, en 1989. Salinas, tildado justificadamente de ilegítimo por haber asaltado la elección de 1988 ganada, mas no defendida, por Cuauhtémoc Cárdenas, en un robo electoral similar al que se aventó George W. Bush en 2000, compró su legitimación al PAN, cubriéndolo, entintándolo forever con el manto de la corrupción partidaria y personal “con apellido”, el del hipermillonario Fernández de Cevallos, por ejemplo.
2.- PAN-Yunque. Desde luego el PAN de hoy no ha dejado de ser PRIAN, así como Salinas (dueño de varios periódicos y varios prestanombres), no ha dejado de ser íntimo amigo de Diego. Pero además tiene otro elemento generador de horror. El PAN de Fox enfrenta una descomposición muy especial y una lucha intestina que se acaba de manifestar con un caso policíaco que podríamos llamar “El Yunque versus El Yunque”. El poblano fundador de esa “siniestra cofradía de extrema diestra”, acusa a los miembros de Yunque que están dentro del Gobierno de Fox del asesinato hace unos años de otro miembro del Mexican Ku Klux Klan. El asunto quedó un poco eclipsado por los videos, pero no hay que olvidarlo.
3.- El Verde. Esas megacorrupciones producen por supuesto casos como el del cínico muchacho senador, aunque casi imberbe júnior del que fuera durante su campaña un aliado al que Fox le alzaba la mano y con el que formaba la V de la victoria, Jorge González Torres, inventor del Partido Verde el mejor negocio -político- familiar al que el muy ciudadanizado y pulcro IFE dio precisamente verde luz.
4.- El IFE es el culpable de la existencia de ése y otras fenecidas transas partidistas familiares que despilfarran nuestros recursos. México es quizás el país en que más se gasta en política y más tiempo se le dedica, lógicamente porque “produce”. Pero no para mejorar la democracia sino para personas, diría Fox, con nombre y apellido. El IFE siempre fue sospechoso para algunos escépticos, en tanto que otros lo endiosaban y le daban las gracias. Hoy ven que no era para tanto ¿o no? Y el actual IFE está integrado por cada ficha que hay qué ver, entre otros un consejero Verde.
5.- El PRD. Salinas parece ser el titiritero de esta exhibición explosiva de corruptelas -porque no se habla de grandes corrupciones mancomunadas con Zedillo, como su Robaproa, por ejemplo, ni todos los inmensos negocios que aún posee el genial y malvado pelón en minería, en carreteras, en telefonía, etc. y que lo hacen uno de los hombres más ricos del mundo con sendos prestanombres- en perverso acuerdo hasta con antiguos enemigos que podrían tener apellidos como Fox o Cárdenas y que están especialmente interesados en acabar con AMLO que debe ponerse cuanto antes más pilas y explicar lo inexplicable: ¿Por qué tuvo siempre a su lado a la pareja Bejarano-Padierna de la que se ha hablado siempre en relación con negocios de fraccionamientos, de leche y hasta de “tolerancia”. Pero además lo que es incomprensible es la inclusión en su equipo de ese “experto en corrupción”, que era su secretario de Finanzas, Gustavo Ponce de León Meléndez, que ya se le escapó al procurador Bernardo Bátiz, para acabarla de amolar. En cuanto a Rosario Robles da pena. El argentino, Carlos Ahumada, no está mal, pero caramba, entregarle el guardadito... Con todo, en lo personal y en estos momentos más por intuición que por otra cosa, espero que el candidato que todos quieren destruir, se vuelva a levantar y si lo logra que barra la casa.
Lo que no hay qué hacer
Un comentarista de radio dijo que la consecuencia de los escándalos sería el aumento del abstencionismo y la indiferencia de los ciudadanos. Si así fuera seríamos un país de emasculados (valga el epíteto) mexicanas y mexicanos, lo que fuimos durante 71 años, pero ya no. Cambiemos leyes, exijamos referéndum y plebiscito, manifestemos, escribamos, gritemos, pero rescatemos el país, nosotros, los ciudadanos.
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