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Satiricosas/Los ahumados

Manú Dornbierer

Para la opinión pública, Carlos Ahumada nació en el pasado marzo con el primer video escandaloso de un Bejarano, director de Gobierno del DF, metiéndose paquetes de dólares a los bolsillos tras rellenar una petaquilla hasta el tope. Pero el seductor de Rosario Robles, no obstante sus 40 años (nació en Córdoba, Argentina, en 1964 y llegó a este país en 1975) es en realidad un viejo lobo de los procelosos mares de corrupción de varios Gobiernos de México. Su jugosa historia empieza a los 18 años cuando gana El Premio Nacional de la Juventud por un proyecto para la explotación del nopal en Milpa Alta. Y aquí empieza el surrealismo pues su manera de ponerlo en práctica es fundando una fábrica de muebles en la colonia La Nopalera, en Tláhuac y obtener pedidos de Aurrerá.

Su carrera de negociante de contratos de Gobierno empieza en la regencia priista de Manuel Camacho Solís en tiempos de Salinas y el superpapi Joseph-Marie Córdoba, extranjero que aparentemente le consigue a Carlitos la nacionalidad mexicana. Y el flamante compatriota se pone a hacer negocios con los delegados políticos del momento, especialmente con Óscar Levín Coppel en la Delegación de Álvaro Obregón y como, dice “La Carpeta Púrpura” que ha vuelto a recuperar su color con creces, como Levín Coppel es cercano a Labastida pues es posible que nuestro hombre haya ahumado la campaña de 2000, pues para entonces ya movía mucha lana suya o de quién sabe quién. A partir de entonces Ahumada entregó dinero a gente de los tres principales partidos políticos, PRI, PAN y PRD. Entre los delegados del PAN, trató con Luis Eduardo Zuno, delegado en Álvaro Obregón y socio del ex procurador Ignacio Morales Lechuga (notario de Carlos Ahumada). Zuno fue detenido por la PGR en Toluca por introducir un verdadero arsenal en un avión del propio Carlos, pero el procurador Macedo de la Concha “lo devolvió”, pues por lo visto le cae muy bien y hasta jugaba futbol con él y con los trabajadores de “El Independiente”, diario propiedad de nuestro misterioso personaje. Todo esto lo vimos en TV en videos normales. Otros cuates suyos panistas son evidentemente Diego Fernández de Cevallos y el nerviosísimo diputado Federico “Doping”, ambos odiadores profesionales del actual jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador. “Los hijos de Marta”, que salieron igualmente buenos negociantes, también han tenido qué ver en este sexenio con Carlos Ahumada. Y no olvidemos al útil Cisen... Pero a todos éstos no los videograbó...

¿Por qué a los del PRD sí? En el PRD Carlos Ahumada, sabido hasta el cansancio es, trató mucho con Rosario Robles, pero ya pululaba por el Zócalo en el Gobierno de Cárdenas. Y de ahí p’al real. Ramón Sosamontes, un hombre que según diversos testimonios nadaba en dólares en efectivo, lo introdujo con todo y sus aviones a ese círculo rojo. Todo iba muy bien. Carlos no tenía esa fea manía de grabar en su oficina a los que compraba. ¿Qué le hizo hacerlo? Pues naturalmente Andrés Manuel. “Lo cierto es que Ahumada dejó de hacer negocios con el Gobierno del DF desde que llegó Andrés Manuel, el cual ya no le dio entrada, le canceló varios contratos y lo sacó de otros como fue la construcción del Distribuidor Vial de San Antonio y del segundo piso del Periférico, el cual se construye en su tramo de San Jerónimo precisamente en la Delegación Álvaro Obregón, zona donde está la sede del Grupo Quart y donde Ahumada ha venido haciendo negocios con los últimos delegados”, afirma la analítica y citada Carpeta. Pero no sólo AMLO dejó de darle obras sino que empezaron a retrasarle y congelarle pagos lo que le hizo mucho daño a la empresa de tres mil empleados que tiene. Según mi fuente, eso fue aprovechado por Bejarano para sacarle dinero “para aceitar la máquina” sin que en realidad le reportara nada a Andrés Manuel.

Todos por lo visto están ahumados y no se ven al espejo. El presidente Fox el primero. ¿Acaso hay corrupción en el PRD? ironizó recientemente y Leonel Godoy, presidente del partido se enojó en lugar de simplemente señalar: Sí pero con cantidades mucho más modestas que las sospechosas de “Vamos México” o que los 2.5 millones de dólares de los que hablaba en su propio video “El Niño Verde”, refrendado presidente del partido familiar, e infinitamente menos, decía Guillermo Farber que los miles de millones de dólares que Zedillo le birló al pueblo de México con el Robaproa, o que los 500 y tantos millones fraudulentos de los “Amigos de Fox”, o que los mil millones que le extirparon a Pemex los priistas, etc. El que roba una pluma, roba una fortuna, dice el dicho. Pero en este país no se mete a la cárcel a los truhanes de cuello blanco, aunque sí a un pobre diablo que roba un pan, no un PAN. A un Bejarano hay que meterlo ya, pero a un Zedillo también. Por cierto, desde su puesto de alto ferrocarrilero en USA le acaba de dar un contrato de 150 millones de dólares a su compadre -chómpira Rubén Figueroa, para que con sus camiones recoja en la frontera las mercancías que le lleve su tren. Él sabe que en México ya no hay ferrocarriles puesto que nunca posó un kilómetro de vía como presidente y vendió los ferrocarriles que teníamos. La corrupción son todos ustedes, los políticos, señor Fox, sin que importe el partido. No nos hagamos bolas.

www.manu-dornbierer.com.mx

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