14 de mayo de 2004
México, D.F., (SUN-AEE).- El presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Sergio García Ramírez, celebró que se halla conmutado la pena de muerte al mexicano Osvaldo Torres, a cambio de cadena perpetua, pero dejó en claro que en éstos casos “de lo que se trata no es que sean actos de gracia, sino de atenerse a una resolución de la Corte Internacional de Justicia”.
En entrevista indicó que éste y otros casos de reos en Estados Unidos, en los que se ha señalado violaciones a sus garantías procesales, dejan en claro que “esto es un problema severo de un sistema procesal que no se ha puesto al día y que no toma en cuenta las garantías derivadas del orden jurídico internacional”.
Por ello, confió en que la decisión del gobernador de Oklahoma, Brad Henry, de modificar la sentencia a cambio de cadena perpetua, “ojalá siente un precedente saludable de que hay que respetar los derechos en el curso del procedimiento y que respetando los derechos se puede imponer una sanción grave inclusive, espero que no la de muerte, porque no soy partidario de ella, pero sí una grave”.
Así reiteró que “esta conmutación me parece que ha sido una decisión acertada”, luego de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya, manifestó que al menos en 50 casos hubo violaciones a derechos de los implicados en el curso del procedimiento por no habérseles permitido el acceso a sus representantes consulares.
Recordó que la Corte de La Haya resolvió que debían revisarse los procesos y las sentencias, para ofrecer las garantías a los inculpado, y consideró que “esto puede resolverse de una u otra manera, como la anulación de los procesos y la emisión de nuevas sentencias, como fue la posición del gobierno mexicano como demandante”.
Al ser cuestionado sobre la lectura que podrían darle los organismos internacionales de Derechos Humanos al incumplimiento de Estados Unidos a la resolución de la Corte, García Ramírez indicó que “en este caso con cierta reticencia ya que de alguna manera un tanto sesgada se atendió al clamor de la opinión pública, y se tomó en cuenta lo que en el fondo se postuló en esa sentencia internacional”.
Señaló que “es muy inquietante desde luego que no se de cumplimiento puntual a la sentencias de los órganos internacionales, ante los cuales se someten soberanamente, no son órganos impuestos a los estados, son aceptados por ellos”.