MÉXICO, DF.- Entre gritos de apoyo, pancartas y un ambiente de satisfacción, las seleccionadas mexicanas regresaron de Costa Rica, con el boleto a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 en las manos.
Esbozando grandes sonrisas y recibiendo numerosas muestras de afecto por parte de sus seres queridos, las 18 mujeres, hoy calificadas como heroínas, se dieron tiempo para asegurar que gran parte del éxito se debe a que, por fin, el representativo femenil contó con el suficiente apoyo económico y moral para salir adelante en la justa rumbo a Atenas.
"Creo que todo ha mejorado, no nos podemos quejar, porque hemos tenido el fogueo gracias al apoyo de la Federación", aseguró la veterana mediocampista Mónica Vergara. "Los federativos se están dando cuenta que todo el apoyo que nos brindan está rindiendo frutos", dijo.
Confundidas entre el mar de abrazos y de medios de comunicación que las acechaban, algunas futbolistas se dieron tiempo para reconocer la valía del trabajo táctico de Leonardo Cuéllar.
"Leonardo hizo un gran trabajo táctico, estudió muy bien a los rivales y sin lugar a dudas se sacó un diez", afirmó la atacante Iris Mora. "Todos en este viaje, empezando desde el utilero, se comprometieron a dar lo mejor de cada quien y cuando se trabaja en equipo los resultados son éstos", dijo.
Después de marcar diez tantos y proclamarse campeona goleadora del torneo, era lógico que la más asediada sería Maribel Domínguez, quien aseguró no importarle si el equipo recibirá o no un premio económico por la clasificación.
"Yo trabajé muy fuerte en la cancha y lo que pueda venir después, sobre posibles incentivos, pues bienvenidos", señaló la número nueve de la selección. "Hago esto de corazón por México", comentó Domínguez.
Por primera vez en la historia, México participará en ambas ramas dentro del torneo preolímpico de futbol, algo que, al parecer, llena más de orgullo a ellas.
"Habla muy bien del futbol mexicano que tanto la selección varonil como la femenil hayan clasificado a los Juegos Olímpicos", apuntó Vergara.
Añadió que "en el momento del silbatazo final (en el partido semifinal contra Canadá), sabíamos que estábamos en Atenas, fue una alegría que no puedo describir, es algo que no te da ni la escuela".
Después de unos días de vacaciones, Cuéllar y sus dirigidas regresarán al trabajo, pues ahora tienen ante sí el reto de tener una buena actuación en la justa griega... Aunque por ahora pueden darse el lujo de descansar y disfrutar los halagos, que desde las dos de la tarde del miércoles pasado, han recibido sin cesar.
