Llegan a 'visitar' a sus difuntos a la víspera del Día de Muertos
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GÓMEZ PALACIO, DGO.- Cuando la puerta del Panteón Municipal se abre sigilosa y como temerosa de dejar escapar algún recuerdo, penetra la luz tenue que confunde de pronto la vida con la muerte.
Ella, deambula con el viento suave y melancólico e ilumina el camposanto de amarillo cempasúchil, observa el ritual mágico de velas y altares, pero también aguarda junto con aquella aglomeración de rostros tétricos para que inicie el festín de los difuntos.
La muerte de sonrisa irónica y de rostro pálido permanece ahí, observándolo todo, sentada en su pequeño espacio que le desliga del resto de la tierra y celebra con vivos un ritual mortuorio los dos primeros días del mes de noviembre.
La Comarca Lagunera no escapa a esta celebración, aunque sus raíces indígenas no son tan arraigadas aquí como en otras zonas del país.
Aquí, son pocos los que decoran sus casas con flores y ofrendas ante la imagen de algún ?muerto chiquito?, o ?santo inocente?, que de acuerdo con la tradición cada primero de noviembre retorna a su casa por espacio de 24 horas, para luego partir después de haber comido lo que en vida le gustaba.
Al igual que en otras entidades del país, el dos de noviembre está destinado a la conmemoración o recuerdo de los Fieles Difuntos, y los habitantes de la ciudad y de los pueblos circunvecinos acuden a visitar los panteones donde dejaron enterrado algún recuerdo.
Llegan cargados de flores, en su mayoría de esas que son tradicionales en esta época como ?mano de león?, ?espuela? o ?margaritas? y que provee el municipio de Ciudad Lerdo a través de sus ejidos cercanos a la ribera del río Nazas, como Sapioriz, La Loma, La Goma, Villa Juárez, Carlos Real, Álvaro Obregón y otras pequeñas localidades.
Acogida como amiga, la muerte aquí se abraza, se adula y se festeja, pero además se convierte en azúcar y se disfruta con chocolate convertida en pan.
Esta tradición de Día de Muertos hace poco tiempo parecía que agonizaba en esta región, pero este año intentó recobrar su valor, pues desde el pasado 29 de octubre comenzaron a erigirse altares en diversos paseos, edificios públicos, en escuelas, en casas de la cultura.
También otros, los fieles católicos, salieron a marchar pidiendo a la comunidad que evite celebrar el Halloween, o Noche de Brujas en víspera del Día de Muertos, por ser un festejo proveniente del vecino país del norte y no de la cultura de Hispanoamérica.
En ese contexto la directora de la Casa de la Cultura de Gómez Palacio, Rosina Guerrero de De Alvarado, expuso que se trata de recobrar la identidad del pueblo y evitar la transculturación que invadió a quienes radican en la zona norte del país.
Igualmente, las panaderías luego de muchos años sin efectuarlo, ahora elaboraron cientos de calaveritas de azúcar y hasta pedidos especiales recibieron para obsequiarlas a amigos, familiares y hasta políticos.
Se quedan sin ?ángel?
Por su parte, los visitantes que llegaron al camposanto de Ciudad Lerdo se llevarán este año una sorpresa, ya que el llamado Ángel del Amor ha muerto, ya que le cortaron las alas y lo arrumbaron a un sitio donde es imposible verlo.
Resulta que en estas fechas de conmemoración de los difuntos, hay quienes aprovechan para agradecerle a ese ángel los favores recibidos, a veces desde el extranjero, pero sobre todo de Texas, Jalisco, Chihuahua, Zacatecas y otras regiones, pues aseguran les concedió alguna dicha, particularmente la de contraer matrimonio.
Esta figura fabricada en una sola pieza de mármol de Carrara, Italia, es el símbolo del amor que un esposo (Jesús Gámez) mandó elaborar para adornar la tumba de su esposa Enriqueta Gabtree de Gámez, quien falleció víctima de la fiebre española, cuando gestaba su segundo hijo.
La figura fue trasladada en barco desde Italia a México, y el ángel fue colocado en la tumba de Enriqueta y su bebé, y se localiza dentro del Panteón Municipal de Ciudad Lerdo desde el año 1918, y se erige como una verdadera obra de arte.
Además, sin asegurar que ese ángel es realmente milagroso, ya forma parte de un sentimiento tan grande y propio del ser humano como es el amor.
Sin embargo, ahora esa bella imagen de ángel se ha ido del panteón obligado por la autoridad municipal y la familia de Enriqueta; ya que los que lo visitaban le causaron deterioro y ya no volvió a su lugar, sino que fue dejado en el abandono a un costado de una iglesia local.
La población dice que el esposo de Enriqueta llora porque el ángel que la cuidaba murió y su tumba quedó hoy tétrica y en el peor abandono.
