Habitantes de El Arenal tienen sus casas en zona de riesgo, pero dicen estar preparados para enfrentar las contingencias como cada año
El ARENAL, DGO.-En la derruida barda de adobe de la calle principal de este poblado, localizado a media hora de la capital, pueden leerse unas borrosas instrucciones de lo que la población debe hacer ante una inundación.
1.-No dejar a los niños solos.
2.-Durante las lluvias, almacenar agua y ropa.
3.-Tenga disponible un radio portátil y lámpara.
4.-Si tiene vehículo tenga tanque lleno de gasolina.
Firma la clínica de El Arenal.
Estas indicaciones se pusieron hace un mes, y así como esta vieja tapia hay otras dos bardas más en el pueblo con una intención similar. Dentro de la Clínica de Medicina Rural No. 7 hay más cartelones.
Esta población cuyos adultos y niños son cerca de mil, según un censo realizado en noviembre del año pasado, surgió entre las faldas de un cerro y los cauces de dos ríos: El Tunal y el Santiago Bayacora, que en este punto se entrelazan, y es lo que provoca las constantes inundaciones durante la temporada de lluvias.
Las 246 viviendas que conforman esta comunidad se van diseminando a lo largo de una angostura que dejan libre el cerro y el río. Las más cercanas distan alrededor de 20 metros. También podría llamarse el pueblo de las casas con escalones, porque casi todas tienen, y es precisamente en prevención a las crecidas de los ríos que se pueden presentar principalmente en la temporada de lluvias.
La vida en este lugar es tranquila como en cualquier otro poblado rural. Para llegar hay que atravesar un puente de material de unos 100 metros y recorrer alrededor de cuatro kilómetros de camino rural pavimentado. Hay pollos, cerdos, guajolotes, becerros y gallos sueltos.
También pueden observarse jóvenes con cañas de pesca en varios puntos del río. Hace tres días éste creció por los desfogues de las presas Guadalupe Victoria y Santiago Bayacora, y dejó encharcamientos en el acceso principal y en algunas partes el agua está verdosa.
La señora Socorro Rocha Rocha vive en el primer sector del poblado. Su casa tiene cuatro escalones. A pesar que su vivienda está a desnivel, el agua ha llegado hasta el tercer escalón.
Reconoce que en estos momentos no se ha tenido ninguna situación de emergencia, ni ningún aviso de la Comisión Nacional del Agua. ?Lo que sí sabemos es que estamos en una zona de riesgo?, explica.
De antemano señala que sí sabe qué hacer en caso de inundación porque se lo ha dicho el personal de la clínica. Lo primero que hay que hacer, dice, es tener lista la papelería importante en un veliz; cuando está el río crecido hay que tener un radio, ropa lista, comida enlatada y agua embotellada.
Detalla que cuando crece el río el pueblo dura varios días incomunicado porque el nivel alcanza al puente y solamente es posible salir por la vía aérea.
La enfermera de la clínica de este lugar, Teresa López Ramírez, señala que hace días el río creció un poco, pero que ayer había amanecido apacible. Sin embargo, la población está atenta para cuando se presente alguna crecida.
Indicó que ella está al pendiente de las noticias de la radio, sobre todo de lo que ocurre en las presas Guadalupe Victoria y Santiago Bayacora, si están a su máxima capacidad o si están derramando o desfogando.
Reconoció que no sabía qué estaba pasando en estos momentos, pero que tenía entendido que a la presa Guadalupe Victoria no la dejarían llena a su capacidad sino que le dejarían un margen de llenado para prevenir alguna emergencia.
Indicó que cuando el personal de la Comisión Nacional del Agua suelta el agua se nota inmediatamente en el caudal del río. Por ejemplo en días pasados subió un poco, pero ya regresó a la normalidad.
Explicó que un censo realizado por esta Unidad de Medicina Rural No. 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social, hay 963 pobladores, entre niños, adolescentes y adultos. Hay también 246 viviendas, con un promedio de 2.8 cuartos cada una. Del total de las viviendas, hay 228 cuyos techos son de viga y tierra. Y a excepción de una, todas tienen agua entubada.
Por su parte la señora Leonor Burciaga López dijo que el año pasado el agua casi tapó los escalones de su casa. Señaló la marca que dejó la subida de agua, también una casa vecina en donde el agua tumbó una barda que fue reconstruida con material.
Dijo que su principal preocupación es que se remoje la pared de uno de los cuartos donde se queda un hijo. El año pasado, agregó, hubo necesidad de colocar piedras y costales de tierra para evitar que las olas que provoca el viento golpearan la casa.
A diferencia de otras personas que les dieron bultos de cemento, a ella no le dieron ningún apoyo.
Hay otros habitantes del poblado que opinan que la Comisión Nacional del Agua debe realizar una mejor planeación en el control de las aguas de las presas. Señala un agricultor que en ocasiones se pierden las cosechas porque la CNA tiene guardada el agua, y en otras la suelta en grandes cantidades inundando los cultivos y perjudicando a los habitantes del poblado.
No dan sus nombres porque temen alguna represalia, pero reiteran que las inundaciones al poblado se pueden prevenir y evitar, si se tiene un buen manejo de las salidas del agua. Dejaron entrever que a la dependencia federal solamente le interesa asegurar el agua para los riegos, y que por eso han ocurrido las inundaciones, porque en ese afán, ante una emergencia como una fuerte lluvia en las partes altas que dejan escurrimientos considerables a las presas, lo único que hacen es soltar el agua, sin importar cuáles van a ser los perjuicios aguas abajo.
Nota relacionada.-
De acuerdo a los datos estadísticos de la Comisión Nacional del Agua, el río El Tunal tiene una capacidad de cauce de alrededor de 250 metros cúbicos por segundo (m3/seg.), y en días pasados se desfogaron más de 20 m3/seg. de la presa Guadalupe Victoria.
El 17 de agosto la CNA reportaba que esta presa estaba al 86.4 por ciento de su llenado; que el propósito era mantenerla en alrededor del 85 por ciento, para así tener un margen para captar algún escurrimiento fuerte provenientes de las partes serranas.
El 20 de agosto la presa subió al 88.1 por ciento de su capacidad y las autoridades de la CNA determinaron una extracción de 4.1 m3/seg. Para el lunes 23 de agosto la presa bajó al 87.8 por ciento, pero la extracción subió a los 21.9 m3/seg., lo que impactó en el crecimiento del río, notado por los habitantes de El Arenal.
La presa Guadalupe Victoria tiene una capacidad de 81 millones de metros cúbicos de agua y la Santiago Bayacora de 100 millones de m3, y está casi a su máxima capacidad.
Nota relacionada 2.-
Un tramo de 300 metros del camino rural pavimentado que conduce a la población de El Arenal presenta una serie de fallas, baches y desprendimiento del material asfáltico.
En un recorrido realizado por este lugar se pudo constatar que aproximadamente a la mitad del trayecto hay pequeños hoyancos, debido al exceso de humedad que ha habido en los últimos días por las lluvias y el paso de vehículos.
Asimismo, es fácilmente observable el bacheo en algunos puntos de este camino que inicia en la carretera a México y se interna hacia el norte. Cabe destacar que este camino no aparece en la propuesta de rehabilitación de caminos rurales que presentó la Dirección Municipal de Desarrollo Rural de esta capital.
Anexo
Referencias/ medio rural
Características
El Arenal es una pequeña población que surge entre un cerro y los cauces de dos ríos, por lo que es susceptible de inundaciones, por la crecida de los ríos.
Punto de convergencia de dos ríos: El Tunal y Santiago Bayacora
963 habitantes
446 viviendas
La mayor parte de las casas tiene escalones
La mayoría de la población sabe qué hacer en caso de inundación.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
Numeralia
250 m3/ seg. soporta el cauce del río El Tunal
21.9 m3/ seg. soltó la Comisión Nacional del Agua de la presa Guadalupe Victoria
