EFE
GUATEMALA, GUATEMALA.- Más de 300 campesinos que hace tres días ocuparon de nuevo una finca en la costa sur de Guatemala, desalojada violentamente el 31 de agosto pasado con el saldo de 11 muertos, reclamaron ayer justicia y el pago de una recompensa.
El grupo, que invadió la finca Nueva Linda, ubicada en Champerico, departamento sureño de Retalhuleu, está armado de machetes y exige que se encuentre al dirigente Héctor Reyes, presuntamente desaparecido desde el cinco de septiembre del año pasado.
También demandan justicia por la muerte de siete campesinos durante el desalojo de agosto y el pago de una recompensa por la destrucción de sus cultivos de maíz y de cinco vehículos a manos, según ellos, de la policía.
“Sólo queremos justicia, no la finca, queremos a don Héctor”, reclamaron los invasores, según la prensa, mientras las fuerzas de seguridad se encuentran a un kilómetro de distancia, en espera de que se dé una orden de desalojo.
El representante legal de la finca, Carlos Sandoval, ya solicitó a los tribunales una orden de desalojo, pero todavía no se ha autorizado.
Los campesinos han solicitado la integración de una comisión de diálogo que incluya a diputados, la Procuraduría de Derechos Humanos, la Iglesia Católica, periodistas, el Ministerio Público y dirigentes indígenas.
El presidente de Guatemala, Óscar Berger, en declaraciones a la prensa local, advirtió de que los campesinos serán desalojados con una orden judicial.
Sin entrar en detalles, el Mandatario aseguró que los intereses de los campesinos no tienen nada que ver con la demanda de tierra.
El presidente de la Cámara del Agro, Carlos Zúñiga, calificó como una “provocación” la nueva ocupación de la finca Nueva Linda y aseguró que los campesinos son manipulados y buscan una reacción violenta para provocar desestabilización en el país.
Durante el desalojo del pasado 31 de agosto murieron siete campesinos y cuatro miembros de la Policía Nacional Civil (PNC), mientras que unos tres periodistas fueron agredidos.