EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- A la tumba se llevó José Luis Contreras Martínez, las razones que tuvo para quitarse la vida la noche del pasado viernes. El cuerpo sin vida del infortunado suicida, lo encontró su mujer con quien vivía en unión libre, pendiendo de un cable eléctrico atado a una de las vigas de su cuarto en la vivienda ubicada en la colonia J. Luz Torres.
De 37 años de edad, de oficio obrero y sin problemas aparentes, José Luis comenzó a ingerir bebidas embriagantes desde el jueves anterior además de consumir mariguana a la que era adicto y fue durante la borrachera que decidió quitarse la vida, por lo que comenzó a decir a sus familiares: ?ya me voy?, sin embargo nadie le hizo caso, pues pensaron que era cosa de borracho.
Cuando José Luis se encerró en su habitación de la vivienda ubicada en calle Agustín Gurrola No. 1600 de la colonia J. Luz Torres, donde continuó consumiendo cerveza, nadie pensó que era la última vez que lo verían con vida.
Dentro de su recámara, el infortunado occiso encendió el estéreo al que subió el volumen y por espacio de algunas horas nadie se acordó de él.
Fue hasta eso de las 23:30 horas cuando su concubina, Graciela Hidrogo Agüero, de 39 años de edad, que acudió al cuarto de José Luis para decirle que se fuera a cenar cuando al abrir la puerta se encontró con una escalofriante escena. Su pareja se hallaba muerto, sujeto del cuello con un cable eléctrico cuyo otro extremo estaba atado a una de las vigas del techo de la habitación.
Rápido pidió ayuda a uno de los vecinos que acudió de inmediato a bajarlo de la vigueta donde pendía su cuerpo inerte, pero ya no podían hacer más nada por él, por lo que dieron aviso a las autoridades del Ministerio Público cuyo personal se constituyó en el lugar del fatal acontecimiento, encabezado por la secretaria abogada, María del Socorro Ramírez García.
La representante social dio fe del cadáver y ordenó su traslado al anfiteatro para que se le practicara la necropsia de Ley, estimando como probable causa de la muerte: asfixia por ahorcamiento.
Graciela, su pareja y su cuñada Socorro, ambas de apellidos Hidrogo Agüero, hicieron la identificación judicial del cuerpo del desventurado suicida.