EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- Agobiada por una larga enfermedad que la obligó a someterse a una mastectomía, Alma Esperanza Reyes Cabrales, quiso poner fin a su sufrimiento y ayer al mediodía lo consiguió, colgándose se una viga en el patio trasero de su domicilio ubicado en el fraccionamiento San Felipe IV.
Con 38 años de edad, profesora de profesión, Alma Esperanza venía soportando el dolor de saber que padecía de cáncer, enfermedad que provocó que se le practicara una mutilante cirugía, desde hace tiempo, lo que aumentó más su pena y frustración.
Debido a ello, con frecuencia caía en profundas depresiones que incluso la hicieron pensar en la muerte como punto de escape para su padecimiento y de ello habló en varias ocasiones con su esposo, Martín Licerio Ceniceros, de 41 años de edad.
La mañana del 23 de julio del año en curso, se levantó más deprimida que de costumbre y tras realizar algunos quehaceres domésticos, se decidió a llevar a cabo su plan de quitarse la vida. Las manecillas del reloj marcaban las 11:50 horas.
Para ello esperó la oportunidad y cuando se vio sola en el domicilio conyugal, sito en calle Punta Rocosa No. 1185 del fraccionamiento San Felipe IV, tomó un cable eléctrico y con él se encaminó hacia el patrio trasero.
Ya ahí, buscó dónde amarrar el cable y al encontrarlo no titubeó. De inmediato lo sujetó y del otro extremo enlazó su cuello.
Sin pensarlo más se dejó caer, permaneciendo colgada por espacio de varios minutos hasta que uno de sus hijos menores llegó y la vio, dando aviso a sus demás familiares y vecinos. Eran ya las 12 horas con cinco minutos.
La ambulancia 293 de la Cruz Roja, acudió hasta el sitio al igual que la unidad 35420 de Seguridad Pública, abocándose de inmediato a trasladar a la mujer a la clínica del Magisterio, con el objeto de que se le brindara atención médica de urgencia. Pero los esfuerzos del personal médico fueron en vano, tiempo después Alma Esperanza dejó de existir a consecuencia de la falta de oxígeno provocada por el ahorcamiento. Sus deseos se cumplieron. Dejó de sufrir.
