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MÉXICO, DF.- El deporte mexicano vive hoy en sus propias ruinas y los malos resultados no son sino, en parte, consecuencia de una completa desorganización, duplicidad de funciones y falta de profesionalidad, en todos los niveles.
Ejemplos concretos: La Federación Mexicana de Atletismo (FMA), donde deberían funcionar 14 comisiones, sólo lo hacen cuatro y la persona que tiene el puesto de Director Técnico, Alfredo Carmona, no tiene oficina, vaya, ni siquiera un escritorio. De hecho, generalmente se le ve conduciendo la camioneta de la federación que dirige el tamaulipeco Mariano Lara.
En la Federación de Boxeo de Aficionados sólo tres personas despachan en sus oficinas y su presidente, Ricardo Contreras, con 14 años en el cargo, dobletea además como secretario del Comité Olímpico Mexicano (COM).
En la Federación Mexicana de Ciclismo su ex presidente, Guillermo Gutiérrez, renunció antes de los Juegos Olímpicos en medio de acusaciones de malversación de fondos. Además, Gutiérrez es esposo y entrenador de la principal becaria de esa disciplina, Nancy Contreras.
En la natación, otro ejemplo: los competidores que representaron a México en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 no son producto de los planes, si los hay, de los encargados del alto rendimiento, sino del trabajo de las universidades estadounidenses que los han becado.
Cuatro ejemplos del fracaso administrativo del deporte en el país. Disciplina por disciplina cada una cooperó con argumentos que superan a la imaginación.
En las medallas de Ana Guevara y Belem Guerrero, sus respectivas federaciones no tuvieron nada, absolutamente nada qué ver.
La propia Guevara acusó a la FMA de desorganización total y advirtió que nadie tenía derecho a colgarse de su medalla de plata.
El que quizá sea el caso más increíble es el de la medallista de plata Belem Guerrero, la ciclista a la que ni su federación, ni los organismos deportivos federales, ni el Comité Olímpico Mexicano, le proporcionaron una bicicleta para competir. Y eso que el gobierno federal destinó más de 840 millones de pesos al deporte para el 2004.
La estructura administrativa del deporte es peculiar: el gobierno federal da el dinero, pero una asociación civil, el Comité Olímpico Mexicano, controla las únicas instalaciones para el alto rendimiento que han en México y recibe un jugoso presupuesto.
Y ahora se encuentran enfrascados en una lucha por endosarle al enemigo la culpa del fracaso.
Atletismo mexicano sin rumbo
Es triste el panorama en la recién remodelada Federación Mexicana de Atletismo.
Sola, con apenas cinco oficinas ocupadas mientras que el resto se mantienen a la espera de que alguien ocupe las comisiones vacantes, por las que no hay salario alguno. Entre ellas, la médica, jurídica y de asuntos juveniles.
¿Dónde está el presidente?, es la pregunta entre atletas y medios de comunicación, pues son pocas las ocasiones en las que el ex titular de la Asociación de Atletismo de Tamaulipas, Mariano Lara, se presenta en su oficina, en las entrañas del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM).
Cansados de buscar respuestas, los seleccionados optan por la indiferencia ante la falta de interés de sus representantes.
Falta de información, carencia de personal y extraños nombramientos complementan el cuadro de desorganización de la dependencia cuyos resultados se vieron reflejados en las malas actuaciones de los tricolores.
De 28 representantes, apenas cinco atletas lograron colocarse en las semifinales, mientras que en Sydney lo hicieron tres más, con 22 seleccionados. Sólo se obtuvo una medalla de plata, producto de un esfuerzo individual, mientras que en la edición pasada se cosecharon dos.
En general, un saldo de lesiones, descalificaciones y quejas, sobre todo quejas, fue lo único que los representantes del atletismo nacional consiguieron en la capital griega.
Ni hablar de la marcha, cuyas altas expectativas nunca se cumplieron, ni de las pruebas de fondo donde los representantes nacionales se ubicaron en los últimos lugares, o los maratonistas cuyo mejor puesto fue el sitio 55 de Procopio Franco. Un capítulo para olvidar en la historia del atletismo nacional, uno de los más bajos registrados en los libros de la Federación.
Otra de las anomalías: resulta extraño también, que siendo Alfredo Carmona director técnico de la institución, no cuente con oficina propia y desconozca asuntos básicos de los atletas. Además, fue acusado de llegar tarde por los seleccionados de marcha, quienes competirían en la prueba de los 20 kilómetros.
“No llegamos tarde al circuito, como dice (Bernardo) Segura. El se separó de Noé (Hernández) y de Omar (Segura) cuando llegamos a Oaka y quién sabe dónde se perdió”, fue la respuesta del dirigente.
A unos meses de la realización de la justa olímpica, hubo una constante: las quejas de los atletas.
Falta de apoyo para campamentos, carencia de atención y seguimiento al desempeño de alto rendimiento, fueron las principales variantes contra una federación que recibe un presupuesto aproximado de dos millones de pesos anuales.
Evasivas son ahora las respuestas de los dirigentes, quienes siempre argumentaron apoyo incondicional a los atletas.
“Se les apoya en todo lo que se puede para que estén entre los mejores de su categoría y puedan realizar un buen papel en Atenas”, dijo Mariano Lara.
“En esa federación no hay organigrama ni organización”, acusó apenas cruzada la meta en Atenas, Grecia la velocista Ana Guevara.
Ciclos olímpicos pasan, atletas vienen y van. Y la escena continúa siendo la misma: malos resultados, quejas y una interminable cadena de desorganización que pese a los cambios en la dirigencia no termina por tomar un rumbo benéfico para los seleccionados nacionales.
México va por más de 30
México aspira a ganar más de 30 medallas en los Juegos Paralímpicos que transcurrirán en Atenas del 17 al 28 de septiembre próximos, en los cuales el país tratará de conseguir su mejor actuación en esos certámenes.
José Luis Muñoz, presidente de la Federación Mexicana de silla sobre ruedas, explicó ayer que la idea es mejorar las diez medallas de oro, 13 de plata y 11 de bronce conquistadas hace cuatro años en Sydney.
"Llevamos 77 atletas que han recibido apoyos para prepararse; buscaremos medallas en atletismo, natación, tenis de mesa, arquería, baloncesto femenino y levantamiento de poder", señaló.
Los mexicanos ganaron los campeonatos panamericanos del año pasado con 256 medallas y en los Juegos Olímpicos de Atenas dieron un adelanto de sus posibilidades en los Paralímpicos con la medalla de plata de Saúl Mendoza en la prueba de exhibición de 1,500 metros sobre silla de ruedas.
“Aunque no contó, fue la primera medalla de México y sirvió para estimular a los integrantes de la delegación", aseveró Muñoz.
Mendoza, especialista en las pruebas de larga distancia del atletismo, es uno de los líderes del equipo que tendrá otras cartas fuertes en los velocistas Salvador Hernández y Perla Bustamante y en los fondistas Aarón Gordian y Ariadne Hernández.
En natación la principal figura es Juan Ignacio Reyes, quien tiene posibilidades de éxito en los 50 metros estilo dorso y en los 150 metros estilo combinado individual.
La mayoría de los atletas mexicanos se entrena en el país, aunque algunos han salido de la Ciudad de México como forma de aclimatarse en sitios con un clima similar al de Atenas, como Hermosillo y Veracruz (EFE).