Nueva Delhi, (EFE).- La víctima de una violación contrajo matrimonio con su agresor en una cárcel del estado de Orissa, en el este de la India, según un acuerdo alcanzado entre los familiares de ambos, informó el periódico local "Hindustan Times".
Ananta Jaipuria cumple sentencia en la cárcel de Jharsuguda por la violación, el pasado mes de febrero, de Jayanti Gardia, con quien se casó hace unos días.
Tras la detención de Jaipuria, su familia se puso en contacto con los familiares de Gardia para ofrecerles resolver el asunto casando a la pareja.
Una vez puestas de acuerdo las dos familias, Ananta solicitó al juez que lo dejara en libertad bajo fianza utilizando como argumento el compromiso matrimonial, pero el juez respondió que sólo podría atender su solicitud una vez presentado el certificado del enlace.
La normativa de prisiones no permite la celebración de bodas en las cárceles indias, pero el director de la penitenciaría, A.K. Routray, solicitó a la Administración permiso especial para celebrar el casamiento al entender que éste era "un paso hacia la rehabilitación del preso".
En otro caso parecido, el pasado mes de marzo, un tribunal de la ciudad de Luknow, en el norte del país, dejó en libertad a un violador que llevaba tres años y medio encarcelado después de que éste aceptara casarse con su víctima, que era deficiente mental.
En muchas zonas de la India, especialmente en las rurales y en el noreste del país, las víctimas de violaciones sufren el rechazo social y son condenadas al ostracismo.
Las mujeres violadas, cuya "moral" queda en entredicho, tienen muy pocas posibilidades de conseguir casarse tras la "humillación" y "pérdida del honor" que implica la agresión.
En la sociedad india, la mayoría de los enlaces matrimoniales son acordados por las familias, que se encargan de buscar pareja a los jóvenes, muchas veces a través de anuncios en suplementos especiales que se publican en casi todos los periódicos del país.
Aunque las mujeres indias han conseguido en las últimas décadas llegar a los más altos cargos de la política, la Administración y el mundo empresarial, su situación familiar, en la inmensa mayoría de los casos, suele ser de dependencia total del marido y su familia.
A pesar de estar prohibidas por la ley, se mantienen instituciones sociales como la dote, que debe pagar la familia de la novia a la del futuro marido, y las mujeres son en muchos casos víctimas de la violencia y la discriminación, sobre todo aquellas que pertenecen a las castas más bajas, llamadas "intocables".