La industria automotriz fue la más afectada y el consumo creció a una tasa de 1.6 por ciento.
Notimex
WASHINGTON, EU.- La economía de Estados Unidos creció a menor ritmo durante el segundo trimestre de este año, como resultado de una baja en el consumo y la confianza de los inversionistas, informó el Departamento de Comercio.
Indicó que el Producto Interno Bruto (PIB), el principal indicador económico, creció a un ritmo de 2.8 por ciento durante el periodo comprendido entre abril y junio pasado, en contraste con el 4.5 por ciento que se registró de enero a marzo.
El PIB se ubicó por abajo de las proyecciones de la dependencia, que había pronosticado un crecimiento de tres por ciento, además de que la baja en las exportaciones fue otro de los factores que contribuyeron al menor desempeño económico.
Los nuevos números no constituyeron buenas noticias para la administración del presidente George W. Bush, que tuvo que digerir apenas este miércoles las cifras que dieron cuenta del aumento de la pobreza en el 2003, añadió.
En su reporte, el Departamento de Comercio explicó que la desaceleración en el PIB reflejo a su vez la desaceleración en el gasto de los consumidores, inversión privada, sumado con un incremento en las exportaciones.
Los sectores de la producción más afectados fueron el de la industria automotriz, que se contrajo 0.76 por ciento, después de haber tenido un crecimiento de 0.30 por ciento en el primer trimestre.
El consumo creció apenas 1.6 por ciento, abajo del 4.1 por ciento que registró los primeros tres meses del año, mientras que el gasto en vivienda también creció a menor ritmo, el pasar de 7.6 por ciento el primero a 7.1 por ciento el segundo trimestre.
La caída en el consumo se dio a pesar de que los precios al consumidor crecieron a un ritmo de 3.2 por ciento, ligeramente abajo del 3.3 por ciento que registraron a principios de año.
Reacciones
La caída de dos décimas es más de lo que esperaban los analistas y, en consecuencia, las bolsas de Wall Street apenas tuvieron en cuenta este indicador económico en sus transacciones. A media sesión las bolsas tenían una tendencia alcista.
El candidato presidencial demócrata, John Kerry, aprovechó de inmediato la difusión del dato económico para destacar que no se ve por ninguna parte el repunte económico anunciado por el presidente George W. Bush.
Aunque algunos analistas consideran que hay signos de cierta revitalización de la economía en el actual tercer trimestre será difícil que ello suponga un inmediato crecimiento del empleo que beneficie a Bush en las elecciones del dos de noviembre.
Bush apoya buena parte de su campaña electoral en una visión optimista de la situación económica de EU, y sostiene que después de una recesión y de los ataques terroristas de 2001, el país se encamina a una reactivación robusta, gracias al efecto de los recortes de impuestos.
Pero el índice de desempleo se mantiene en el 5.6 por ciento y con el crecimiento de nuevos empleos estancado.
En julio, el Gobierno y los analistas esperaban que la economía creará unos 235 mil empleos, pero en realidad solamente se generaron 32 mil nuevos empleos.
Cuando en junio del año pasado Bush firmó la última reducción de impuestos aseguró que esta medida contribuiría a crear unos 300 mil empleos por mes. Desde entonces la economía ha creado 1.5 millones de empleos.
Para un incremento sustancial del empleo se necesita que el PIB crezca al menos a un ritmo anual de más del cuatro por ciento. En los cuatro trimestres hasta junio pasado el PIB creció un 4.7 por ciento, lo que incluye un crecimiento a un ritmo del 8.3 por ciento entre julio y septiembre de 2003.
La mayoría de los analistas considera que en el trimestre en curso la actividad económica está creciendo a un ritmo anual del 35 al 4 por ciento, pero algunos empiezan a preguntarse si el bajón registrado en junio se ha prolongado y atenuará el ritmo de este período.
En la corrección hecha por el Departamento de Comercio sobre las cifras de crecimiento económico del segundo trimestre uno de los factores principales fue el impacto del déficit del comercio exterior de EU, que sigue marcando cifras sin precedentes. Otro ingrediente fue el aumento de los precios del petróleo.
Si se excluyen los precios de energía y alimentos, que son los más volátiles, el índice de gastos en consumo personal -una medida de la inflación a la cual presta mucha atención la Reserva Federal- aumentó a un ritmo anual del 1.7 por ciento en el segundo trimestre, después de marcar un 2.1 por ciento en el período anterior.
Además de la ralentización del crecimiento del PIB, otros dos datos han ensombrecido esta semana las esperanzas de la Casa Blanca de un repunte que favorezca la reelección de Bush.
Por un lado, la Oficina del Censo informó de que, por tercer año consecutivo, aumentó el número y la proporción de personas que en Estados Unidos viven en la pobreza.
Al mismo tiempo, se han reducido los ingresos reales de las clases más desfavorecidas e incrementado el número de las personas que carecen de seguro médico.
La Universidad de Michigan, que elabora un respetado índice de la confianza de los consumidores informó que este indicador bajó del 96.7 en julio a 95.9 en agosto. En enero el índice había subido a 103.8.