El gasto del consumidor creció a una tasa del uno por en el ciento en el segundo trimestre del año.
Reuters
WASHINGTON, EU.- La economía de Estados Unidos se frenó más abruptamente de lo previsto en el segundo trimestre debido a que los compradores no gastaron con la misma intensidad de antes en medio de una drástica subida de los precios de la energía, dijo el Gobierno ayer.
El Producto Interno Bruto (PIB) de los Estados Unidos, una medida del total de la producción dentro de las fronteras de la nación, creció a un modesto ritmo del tres por ciento anual en el periodo abril-junio, después de una rectificación al alza de 4.5 por ciento en el comienzo del año, dijo el Departamento de Comercio.
Los economistas de Wall Street esperaban que el PIB creciera a un ritmo menos débil, de 3.6 por ciento, después del avance informado previamente de 3.9 por ciento para el primer trimestre y dijeron que estaban sorprendidos por la gran restricción en el gasto de consumo.
El dólar cayó frente al euro, mientras los precios de los bonos de los Estados Unidos se movieron al alza después de la publicación de las cifras, debido a que los inversionistas ahora apuestan a que la Reserva Federal elevará las tasas de interés a un ritmo más lento.
"Estamos viendo una caída de la actividad económica más pronunciada de lo esperado, en mayor parte debido al escandalosamente bajo incremento del gasto de consumidor", dijo el economista jefe de Moody's Investors Service, John Lonski.
Mientras el último trimestre demostró más debilidad de la esperada, algunas señales recientes sugieren que el ritmo de la economía ya se está agilizando.
Sin embargo, las débiles cifras del segundo trimestre no le hacen un favor al presidente George W. Bush, a quien le gustaría ver una fuerte expansión debido a la cercanía de las elecciones presidenciales de noviembre.
El gasto del consumidor creció a una tasa de apenas del uno por ciento en el segundo trimestre, una mera sombra del robusto 4.1 por ciento registrado en el primer trimestre y el menor incremento desde el 2001, cuando la economía estaba en recesión.
Las grandes alzas en los precios de la energía fueron uno de los factores que los analistas señalaron para explicar por qué el gasto de consumo se retrajo en la primavera.
Las cifras del viernes mostraron que la inflación -según la medición favorita de los funcionarios de la Reserva Federal (Fed) - creció a un ritmo relativamente alto de 3.3 por ciento en el segundo trimestre, igualando el ritmo del primer trimestre.
Sin incluir los volátiles precios de la energía y los alimentos, la medida, el índice de precios para el gasto de consumo, escaló a sólo una tasa de 1.8 por ciento, una disminución respecto del incremento de 2.1 por ciento en el primer trimestre.
Los funcionarios de la Fed han expresado sus preocupaciones acerca del alcance de la subida de los precios de este año, pero dijeron que ellos deberían ser capaces de mover al alza los costos de los préstamos a un "ritmo mesurado", en parte porque la tasa de desempleo sigue siendo relativamente alta.
Los economistas dijeron que la lentitud del avance de la denominada inflación estructural refuerza la posición de incrementos graduales en las tasas de interés.
"Lo que vemos en estas cifras es que la Fed permanecerá fiel a su ritmo mesurado o tal vez lo ralentizará un poco más", dijo Kevin Logan, economista de Dresdner Kleinwort Wasserstein, en Nueva York.
El presidente de la Fed, Alan Greenspan, dijo al Congreso la semana pasada que el período de debilidad de junio en la economía demostraría ser temporal. "No hay evidencia real subyacente de una debilidad acumulativa aquí", dijo.
El informe del PIB mostró que el crecimiento de las inversiones en los negocios avanzó a un sólido ritmo de 8.9 por ciento, más del doble de la subida del periodo enero-marzo. Las empresas continuaron acumulando inventarios, pero la cantidad de las existencias fue apenas un poco más alta que durante el primer trimestre, y ofreció apenas un ligero impulso al crecimiento del segundo trimestre.
"La fuerza en el gasto en inversión es especialmente reconfortante y sugiere que mientras que el consumidor recupere su ritmo de gasto este verano, la economía estaría en muy buena forma", dijo Steve Stanley, principal economista de RBS Greenwich Capital.
Un índice que muestra la percepción del consumidor mejoró un poco este mes lo que sugiere que el gasto podría fortalecerse. La lectura final de julio del índice de confianza del consumidor, divulgado por la Universidad de Michigan, subió a 96.7 desde 95.6 el mes pasado, según fuentes que vieron el informe, al que sólo tienen acceso los suscriptores.
Otro informe mostró que la actividad económica aumentó en la zona central de los Estados Unidos. El barómetro de la actividad de las empresas de la Asociación Nacional de Agentes de Compra de Chicago subió a 64.7 en julio desde 56.4 en junio, lo que sugiere que una recuperación de las fábricas está cobrando fuerza.