Como si se tratara del Día de la Virgen, cientos de comerciantes de distintas organizaciones, foráneos y locales, llegan a la explanada cada domingo para hacer negocio; ahí se puede encontrar de todo, incluso comercio ilícito como la ?piratería? y venta de artículos de dudosa procedencia.
Palas oxidadas, herramienta, fierro viejo y hasta aparatos electrónicos inservibles, entre otros, son algunos artículos que se pueden encontrar en el mercado sobre ruedas ubicado en la Explanada de los Insurgentes, afuera del Santuario de Guadalupe durante cada domingo, con muchas similitudes a la vendimia de Tepito o La Lagunilla.
Con el paso del tiempo, el número de comerciantes se ha incrementado, contabilizándose más de mil en total entre el mercado sobre ruedas, dentro del perímetro de las vías del tren hasta el monumento conocido como el ?libro?, los tianguistas adheridos al sindicato de la CROC y posteriormente el Tianguis La Fama.
En un recorrido de El Siglo de Durango, se pudo constatar que los propios comerciantes se han abierto camino en las orillas del lugar, hasta donde se ha extendido esta vendimia, provocando desorden entre los transeúntes, además del caos vial que se registra a las afueras de la explanada.
Juan de la Cruz Avitia, coordinador y uno de los fundadores del mercado sobre ruedas, declaró que tiene registrados en el padrón a 138 vendedores, los cuales se desplazan a otros lugares en otros días de la semana para continuar con la vendimia.
Aseguró que este mercado se encuentra inscrito en el Departamento de Municipal de Mercados de la Dirección Municipal de Salud Pública, por lo que realizan sus pagos de impuestos de acuerdo con la normatividad, sin registrarse hasta el momento alguna irregularidad en la coordinación del mismo.
NEGOCIO DE LÍDERES TIANGUISTAS
Contrario a esto, comerciantes del tianguis ubicado después del monumento denunciaron actos de favoritismo y lucrar con las necesidades de los vendedores, inclusive actuar como intermediarios en traspasos de espacios en el lugar por parte de su líder, Lucio Vázquez, ex regidor de la pasada administración municipal.
Los líderes de los tianguis son los que hacen negocio aprovechando la necesidad de trabajo de decenas de familias. Son ellos los que realizan cobros adicionales, castigan retirando a los que no se disciplinan, auspician el influyentismo en unos cuantos y, en sí, hacen negocio con los negociantes, señalaron algunos comerciantes.
Lucio cobra de 20 a 70 pesos de cuota por ocupar un espacio provisionalmente vacío en el tianguis, por lo que representa un buen negocio para él. Además, al hacerse un traspaso de espacios actúa como intermediario, beneficiándose de la transacción, mencionaron.
Este tianguis se encuentra adherido al sindicato de la CROC, por lo que todos los vendedores acuden a una junta mensual; sin embargo, si alguno de los comerciantes no asiste a la cita, el líder les cobra una multa de 50 pesos.
Al respecto, al ser entrevistado Lucio Vázquez, declaró que dentro de este tianguis existe una carta constitutiva con reglamentos internos, por lo que no podrían ser posibles los actos de influyentismo, abusos y lucro que los comerciantes señalan.
Manifestó que actualmente existen 300 vendedores registrados en el padrón, los cuales pagan solamente una cuota de diez pesos mensuales para gastos de limpieza, entre otras cosas, por lo que adujo que los señalamientos no tienen fundamento.
Situaciones como ésta se registran cada fin de semana en este lugar como en otras zonas de la ciudad, ya que debido a la falta de ingresos debido al desempleo que impera en la ciudad, la gente opta por otra alternativa como el comercio informal.
En ese lugar las autoridades podrán hacer intentos para acabar con ilícitos como la ?piratería? y la venta de artículos de dudosa procedencia, pero nunca lo logran. A la siguiente semana la historia se repetirá durante cada día en las diferentes zonas de la ciudad.
HISTORIA
Surge la costumbre
En 1940, en la Ciudad de México, surgió la costumbre entre comerciantes informales de instalarse en las banquetas de las calles para vender sus productos. Veinte años después, ante la proliferación de los vendedores, el Gobierno Federal estableció un mercado en cada colonia popular.
Al resultar esta medida insuficiente, el presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, emitió un decreto presidencial creando el mercado sobre ruedas, apoyado por la Conasupo, en el Distrito Federal, extendiéndose después en todo el país.
En 1970 se fundó el primer mercado sobre ruedas en la ciudad de Durango, auspiciado por la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, ubicándose en distintos lugares de la localidad, hasta que el proyecto fracasó.
Posteriormente, en 1974 el proyecto fue retomado, estableciéndose nuevamente el mercado hasta donde actualmente se encuentra: la Explanada de los Insurgentes.