París, (EFE).- Una mujer del departamento francés de Lot (sur) se ha fugado con sus dos perros, sospechosos de haber sido infectados con la rabia, para evitar que sean sacrificados como exigen las normas sanitarias de la alerta activada en Francia por esta enfermedad desde el pasado verano.
Madeleine Bagnole ha desaparecido de su casa con sus dos perros "Lassie" y "Norton", que se teme que puedan estar contagiados con la rabia, y ha dicho que no volverá hasta que no le garanticen que no se les aplicará la eutanasia como pretendían las autoridades veterinarias, informó su familia.
El hijo de Bagnole, se ha quejado de la actitud de las autoridades, y de momento ha conseguido que le reciba el director departamental de los servicios veterinarios, Jean-Claude Minet, y también probablemente el director de la Asociación Contra el Tráfico de Animales, Henri Barbe.
Un vecino de Burdeos, que introdujo en el país a finales de julio de forma ilegal un perro con rabia que trajo desde Marruecos fue el desencadenante de la alerta sanitaria activada en agosto.
Este hombre, que ya ha sido procesado por ello, había paseado el animal -que falleció el 21 de agosto- durante tres semanas por toda la región de Burdeos, y en ese tiempo estuvo en contacto con otros perros y personas, algunos de los cuales fueron mordidas.
Desde finales de agosto, las autoridades sanitarias francesas se esfuerzan por encontrar a todas las personas y animales que pudieron estar en contacto con el can rabioso para cortar la propagación del virus.
La prefectura de Gironde ha recibido desde entonces miles de llamadas telefónicas; vacunado a más de un centenar de personas; puesto en marcha decenas investigaciones epidemiológicas; prohibido la caza con perro en la zona, y sacrificado a más de un centenar de gatos y decenas de perros vagabundos.