Greenpeace Turquía confirmó el hundimiento de un barco en el golfo de Iskenderun, sur de Turquía con un cargamento cancerígeno, por lo que prohibieron acercarse al lugar.
08 de septiembre 2004.
Berlín, (Notimex).- Un barco con dos mil 200 toneladas de cenizas tóxicas de las centrales térmicas españolas se hundió anoche en el sur de Turquía, cuyas autoridades sospechan que pudo tratarse de un sabotaje pues el buque debía volver a España tras un acuerdo.
La organización ecologista Greenpeace Turquía confirmó este martes que el barco con bandera del Estado de San Vicente (Caribe) se hundió en el golfo de Iskenderun, sur de Turquía, donde se encontraba anclado desde hace cuatro años, amenazando las aguas de la región.
El barco había llegado en febrero de 2000 al puerto de Iskenderun procedente de Argelia, donde las autoridades se negaron a recibirlo a causa de su cargamento potencialmente cancerígeno, según Greenpeace.
Las autoridades turcas prohibieron este martes acercarse al lugar del naufragio a causa de los riesgos para la salud, mientras el centro de situaciones de crisis de Ankara precisó que por el momento se desconoce si se han producido escapes de la carga.
Advirtió que en caso de que se produzca el vertido al mar, por lo menos 308 mil toneladas de agua podrían ser contaminadas por el cromo, un metal pesado sumamente cancerígeno, contenido en las cenizas.
Según científicos, en el barco hay tres mil 800 kilogramos de cromo-plus 6, un material contaminante que se disuelve con facilidad en el agua, puede actuar en un radio de 65 metros alrededor del lugar de su vertido y causa daños irreparables a todo tipo de forma de vida.
El ministro turco de Medio Ambiente y Bosques, Osman Pepe, consideró que la causa del accidente podría haber sido un sabotaje, según reportes de la agencia de noticias Anatolia conocidos en esta capital.
"¿Por qué un barco que estaba en espera desde hace cuatro años se hunde justo en el momento en el que iba a partir hacia España?", se preguntó.
Explicó que la negociación entre Turquía y España para repatriar los desechos tóxicos, conforme a la Convención de Basilea, relativa a los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos, estaba a punto de llegar a un resultado cuando ocurrió el accidente.
Pepe indicó que "la orden de embargo que pesaba sobre el barco había sido levantada gracias a un acuerdo firmado con el gobierno español", por lo que el buque podría volver a España en unos días.
Afirmó que el gobierno español deberá asumir todos los daños causados al medio ambiente por este accidente.
