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BUENOS AIRES, ARGENTINA.- El Gobierno argentino ordenó ayer reducir cinco por ciento la carga de tensión eléctrica en el país para paliar la crisis energética y descartó que los cortes generales de energía vayan a comenzar la próxima semana.
La decisión, adoptada por la Secretaría de Energía, fue comunicada a las empresas que operan en el transporte y distribución de electricidad por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
La dependencia señaló que las empresas distribuidoras de energía eléctrica están obligadas a bajar la tensión del servicio de 220 a 209 voltios, medida cuya vigencia dependerá de la evolución de la situación energética en el país sudamericano.
Agregó que la variación de la tensión eléctrica no generará inconvenientes en los artefactos eléctricos de uso doméstico.
Los problemas de abastecimiento eléctrico en Argentina se recrudecieron hace una semana cuando la generación dejó de atender la totalidad de la demanda, lo que marcó el inicio de una crisis que ha puesto en problemas al Gobierno del presidente Néstor Kirchner.
A esta crisis se llegó porque una menor cantidad de agua redujo el aporte que realizan las centrales hidroeléctricas, mientras que la falta de gas natural impide el funcionamiento a pleno de las usinas térmicas.
Ante este escenario de emergencia, las compañías petroleras que operan en el país analizaron la posibilidad de subsidiar a las empresas generadoras de electricidad a través del suministro de combustibles líquidos a las generadoras térmicas de electricidad.
El gobierno argentino evitaría de esta forma cortar el suministro de gas natural a los clientes regulares y a las estaciones de servicio donde se vende ese hidrocarburo comprimido, el cual es utilizado por un millón de vehículos.
La semana pasada el gobierno dictó una resolución que habilita a las compañías a recortar las exportaciones de gas a Chile, Brasil y Uruguay para poder garantizar el suministro del combustible al mercado interno.
La medida no fue del agrado de los países vecinos, en forma particular de Chile, el cual recibe el 80 por ciento de las exportaciones de gas natural argentino.
La crisis energética de Argentina se originó por el fuerte aumento del consumo, que se elevó ocho por ciento en 2003, en tanto que las inversiones están paralizadas desde 1996.
La crisis derivó en un cruce de acusaciones donde el gobierno culpa a las empresas de no invertir, mientras que éstas cuestionan a las autoridades por impedir un incremento de las tarifas lo cual, aseguran, resolvería gran parte del problema.
Mientras el gobierno intenta atenuar la crisis energética, ésta ya impactó en las metas de crecimiento económico que tenía Argentina para este año ya que se reducirían de 5.0 a 3.0 por ciento para 2004.