Cuzco, (EFE).- El astro rey, el principal protagonista del Inti Raymi o Fiesta del Sol, llegó con retraso a su celebración, la fiesta más grande del Imperio Incaico, actualmente una expresión teatral que se realiza anualmente en la fortaleza de Sacsayhuamán en Cuzco, en el sur del Perú.
El cielo nublado con el que amaneció en la ciudad, conocida como el "ombligo del mundo", hizo presagiar lo peor: el Inti Raymi se conmemoraría sin la divinidad más importante para los antiguos habitantes de Perú, es decir, el Sol.
Desde tempranas horas de la mañana, más de 30 mil personas se caminaron o se trasladaron en coches para llegar a la Fortaleza de Sacsayhuamán (a 3.677 metros de altura) donde se celebró la Fiesta del Sol, que se realiza cada solsticio de invierno cuando el astro rey está más cerca de la Tierra.
Si bien el Inti Raymi es en la actualidad una representación teatral y no la trascendente ceremonia religiosa de antaño, sirve anualmente para que los peruanos recuerden la grandeza de su antiguo imperio, que llegó por el norte hasta Pasto (Colombia) y por el sur hasta el río Maule (Chile).
En el Inti Raymi, el Inca, con la ayuda de los sacerdotes o Willac Umus, pide al dios Inti que les favorezca con su poder divino para fecundar la tierra y procurar el bienestar de los hijos del imperio incaico.
Para que el Dios les entregue prosperidad para el año venidero, los antiguos peruanos le ofrecían la chicha (bebida) sagrada, sacrificaban una llama y le renovaban la promesa de fidelidad.
En esta ocasión, antes de iniciarse la ceremonia, una fuerte lluvia sacudió a los miles de asistentes que no tuvieron otra opción que adquirir los ponchos para lluvia (chubasqueros) que se vendían en los alrededores de la fortaleza a tres soles (O.90 dólares).
Los pututos -conchas que sirven como instrumentos de aire- marcaron el comienzo de la vistosa ceremonia que contrastaba con un cielo tapado por nubes negras.
En el clímax de la fiesta, que lo constituye el sacrificio de una llama (camélido sudamericano) y la posterior oscultación de su corazón para predecir el futuro, apareció el Sol acompañado de un hermoso arco iris que reconfortó a todos los participantes.
Con el Sol en su máximo esplendor, el Inca concluyó la ceremonia, no sin antes invocar a los peruanos que "trabajen con fuerza" y que "sean "una sola voz que llegue a todos los confines del Imperio".
En la Fiesta del Sol participaron cerca de mil personas, entre actores, músicos y bailarines, que representaron con mucha solemnidad al Inca y los pueblos que conformaban su imperio: Chinchaysuyo (Este), Antisuyo (Sur), Contisuyo (Norte) y Collasuyo (Oeste).
El Inti Raymi se inicio este año con retraso porque debido al mal tiempo se tuvieron que reprogramar los vuelos que llegaron a Cuzco y que traían a miles de turistas.
Según portavoces del municipio departamental, cerca de diez mil turistas acudieron al Inti Raymi, entre los que se pudo observar a numerosos japoneses, ingleses, estadounidenses y franceses.
Recorrer a pie los cinco kilómetros que separan Cuzco de la Fortaleza Inca y evitar así el tráfico de automóviles que bloquean casi por entero las vías que van a Sacsayhuamán, siempre vale la pena, aunque requiere un gran esfuerzo.
Las recomendaciones para no sufrir los embates de la altura son tres: no se detenga para que su ritmo cardíaco no sufra sobresaltos, no mire hacia atrás lo recorrido e ingiera durante toda la ruta dulces que contrarresten la bajada repentina del azúcar en su cuerpo.
En el camino, además de un mercado ambulante estará acompañado de turistas y miles de cuzqueños, quienes tienen la opción de celebrar gratis el día su ciudad participando con toda su familia en la más importante fiesta incaica.
Para comer algo al paso se podía escoger entre chicharrón (cerdo frito en sartenes ambulantes), cuy (ratón de campo) relleno con la hierba huacatay, y para los que tenían un presupuesto más ajustado papa nativa con queso o arroz con huevo frito.
