Hace unos días que tomaba café en un restaurante. Cuando por casualidad escuché cómo un grupo de amigas platicaban efusivamente de sus logros profesionales. Una hablaba de la maestría que estaba por terminar, otra del puesto que tenía en una compañía, otra de su propio negocio y así todas fueron hablando de sus ascensos y logros profesionales. Me causó extrañeza ver cómo una de ellas estaba muy seria; de pronto una le preguntó ¿y tú, a qué te dedicas? Ella con un tono de vergüenza respondió. ¿Al hogar? Exclamaron todas. Sí, ella era simplemente una ama de casa... al ver cómo la señora había contestado la pregunta. Me puse a pensar lo siguiente: De veras, ¿qué sería de este mundo si no existieran todas esas valientes mujeres madres de familia?, donde ellas son la presidenta, gerente y operaria: jamás se podría igualar, una madre en el único lugar que estuviera insustituible como lo es su propio hogar. Profesión de una madre: es la constructora de la base de la sociedad, cualquier mujer puede ser sustituida en cualquier cargo laboral, menos en su propio hogar. La sociedad consumida ha hecho que se menosprecie su labor porque aparentemente no produce ingresos a la familia. No hay nada más equivocado, pues una madre es la cabeza de la institución que representa la base de la sociedad. Su sueldo: incansable, de hecho, ella misma no concibe la idea de recibir nada a cambio porque lo hace con amor. Algún día recibe una flor, un dibujo con brillantes crayolas o la estrella en la frente de su hijo, con esto siente que le ha dado el mejor de los ascensos. Pensión o jubilación: Nada de esto recibirá, más bien después de 14 ó 18 años de inalcanzable trabajo será aparentemente despedida sin prestaciones cuando le dicen: ?Por favor mamá, no te metas, es mi vida?. Queda aparentemente despedida porque sólo la presencia de una madre es importante, aunque en esos momentos no se den cuenta. Monumento o diploma: ¿dónde está el monumento o diploma a estas empresarias que no se cansan de ejercer su profesión?
De médico, empresaria, artista, sacerdote, ingeniero, abogada, doctora, licenciada, arquitecto, etc., que entregan sus vidas a otros han salido de empresas llamadas ?familias?. Esos grandes profesionistas son sus logros, honores, trofeos y diplomas. ¡Qué Dios bendiga a todas las ejecutivas del hogar! ?Realidad?. Me platicó un amigo, que cuando era niño, entre las muchas cosas que lo habían deslumbrado había sido un viejo teléfono que estaba pegado a la pared, con un auricular suspendido el cual en su tiempo era una maravilla. Y lo más que le intrigaba era que en su interior vivía un pequeño genio, muy inteligente y amable que sabía todas las cosas: la hora que era, el tiempo que haría al otro día el horario de los trenes, los teléfonos de los amigos de sus padres y la amabilidad para decir todo lo que sus padres deseaban comunicarle. Mi amigo me dijo, que en su niñez él quería conocer el nombre de ese genio chiquitín, así que se ponía a escuchar todo lo que sus padres le decían, hasta cómo lo llamaban ?informe por favor?. Las cosas mágicas siempre tienen nombres largos, como ?abracadabra?. Me dijo también, que siendo pequeño tuvo su primer contacto con ?informe por favor?. Ya que se produjo un día que nunca ha olvidado. Cuando se puso a clavar un madero con el martillo de su padre, sin querer se dio un martillazo en un dedo que éste se le hinchó. Y que no había gritado, ya que ese día no había nadie en casa, que pudiera escucharlo. Entonces... que repentinamente se acordó del genio ?informe por favor? y fue tan rápido como pudo, descolgó el teléfono y le habló: ?Informe por favor?. En efecto, ?él estaba allí?. Y además tenía una suave voz de mujer. Tal vez de un genio era una genia. Dice que cuando le respondieron, y supo que había alguien para escucharlo, se puso a llorar, con todas las ganas, y como pudo contó lo que pasaba. Le dijo que estaba solo en la casa y que se había golpeado un dedo, y que ?informe por favor? le había preguntado que si tenía refrigerador, informándole que sacara los cubos del congelador y los pusiera bajo el chorro de agua para que éstos se aflojaran y tomara uno y lo pusiera sobre su dedo. Diciéndome que eso le hizo mucho bien, por lo que pensó que tal vez ?informe por favor? había hecho un poco de magia para ayudarlo. Dijo también que aún siendo niño, él había llamado a ?informe por favor? para decirle llorando que su canario había muerto y que ?informe por favor? lo había consolado con estas palabras. Eduardo no llores, tu pajarito no está muerto, se fue a otros mundos a donde cantar. Por lo que desde ese día él llamaba en secreto a ?informe por favor? para consultarla en todo. Me dijo también que cuando ya había hablado varias veces, con ?informe por favor? ella le preguntó su nombre y él dijo Eduardo, a la vez que ella le dijo Luzma. Posteriormente Eduardo dijo que unas semanas más tarde, se habían ido a vivir a la ciudad, muy lejos del pueblo de donde telefoneaba a Luzma. En la nueva ciudad, dijo mi amigo que cuando llamaba por teléfono a ?informe por favor? le contestaba alguien que no era Luzma y a Luzma nadie la conocía. Así que tuvo una gran pena. Me siguió contando que cuando creció le enseñaron cómo funcionan los teléfonos, y aprendió que los genios no existen. Por lo que tuvo deseos de conocer a esa segunda mamá que era Luzma. Me dijo que un día, siendo ya un joven tuvo que hacer un viaje a su pueblo natal. Así que al llegar lo primero que hizo, fue al teléfono del tendero, llamó y pidió que le comunicaran con Luzma, y que cuando ella le respondió le preguntó: Luzma, podrías decirme ?¿cómo podrías curar un dedo lastimado??. Por un momento ella dudó, pero le respondió: ?¡Espero que tu dedo ya esté mucho mejor!?. Y entonces los dos estallaron en una carcajada simultánea. Dijo que le contó su nueva vida y agradeció lo que había hecho por él siendo niño. Y lo que ella había significado en su vida. Pero entonces, ella le había dicho, soy yo la que te debe mucho. No puedes imaginarlo: Siempre soñé con tener un hijo, pero no lo tuve y tú llenaste de manera formidable ese vacío. Me siguió contando que cuando se despidieron prometió llamarla cuando volviera, pero seguramente tendría que hacer un viaje similar algunas semanas después y podría ir a conocerla. Pasó un tiempo y el nuevo viaje se produjo, comentó que llamó a la central telefónica y pidió que lo comunicaran por favor con Luzma: ?¿Es usted familiar de Luzma??. Contestó otra telefonista. ?No, pero somos viejos amigos, dígale que soy Eduardo?. ?Señor, le respondió la telefonista, lamento darle una mala noticia, pero Luzma falleció hace ocho días. Últimamente estaba muy enferma y trabajaba sólo medio tiempo, hasta que la perdimos. ¡Todos la extrañamos mucho!... Pero espere un poco, dijo la operadora usted me dijo que se llama Eduardo. Espere, sí aquí está, ella, dijo que cuando llamara usted comprendería, lo que dice la nota: ?Eduardo hay otros mundos a donde ir a cantar?: ¿puede usted comprender esto señor? Sí señorita, sí lo comprendo, muchas gracias y adiós. Eduardo al momento en que colgó el teléfono, sus ojos estaban llenos de lágrimas. ?Reflexión?: Sobre una melodía Cuál de los dos amores sufre más pena, si el que se va o el que se queda. El que se va se va suspirando y el que se queda se queda llorando. ?Seguimos presentes?.