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¿Seguir o no seguir cuando hay una crisis?

EFE

Uno de los problemas que inducen más rupturas son los noviazgos muy largos, de 7 u 8 años o más y que a medida que se alargan son cada vez más difíciles de llevar.

Según la psicóloga Irene Alonso, "para decidir qué hacer con una relación en crisis hay que dejar de ver en el otro lo que queremos ver, y observar si su forma de vida nos hace felices, es decir ver la realidad en lugar de las fantasías".

Una razón determinante para dejarla es una gran discrepancia u oposición en los temas que son importantes para cada uno, como la religión, las opiniones políticas, los valores, las expectativas de futuro o los proyectos, o cualquier otro aspecto de la vida.

Uno de los problemas que inducen más rupturas son los noviazgos muy largos, de 7 u 8 años o más y que a medida que se alargan son cada vez más difíciles de llevar, por lo que llevan a un punto en el que se aumenta el compromiso o se rompe la relación. En ese caso hay que hablar claro con la pareja y decirle lo que se quiere, ya sea casarse o irse a vivir juntos, y preguntarle si opina lo mismo, actuando según su respuesta.

Otro escollo que lleva a cada vez más separaciones, incluso entre personas muy razonadoras, es el reparto de las tareas de la casa, una cuestión que no se habla directamente porque se da por supuesta una división tradicional de los roles, en la que por ejemplo la mujer se dedica a la cocina y el varón a la jardinería.

En este caso también se impone dialogar y llegar a acuerdos satisfactorios para los dos. Se pueden dar las razones de la ruptura, si se desea, y comunicarla sin hostilidad a través de expresiones como "necesito dejarlo" o "sería bueno para los dos".

DESPUÉS DEL ADIÓS

En los primeros 4 ó 5 meses posteriores a la ruptura, conviene alejarse del otro evitando entrar en una relación de amistad que podría funcionar en el futuro, pero que en esta primera etapa puede conducir a no terminar de desengancharse nunca y seguir a medias, lo cual es perjudicial.

Hay que evitar ver al otro, hacer vida por separado, frecuentar situaciones diferentes y no tratar de coincidir. Salvo casos extremos, la ruptura no desemboca en una depresión y puede superarse en unos meses. Para hacerla más llevadera es bueno empezar cosas nuevas, dedicarse a actividades agradables, conocer gente y emprender proyectos, sin encerrarse en casa.

Las rupturas ocurren y son algo normales porque de antemano, no sabemos como funcionará ni evolucionara una pareja. Para afrontar un nuevo vínculo vale lo que para todos: hay que lanzarse a la piscina e involucrarse en una nueva relación.

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