El País
Madrid, España.- La carrera de este joven mexicano se dispara. Con Pedro Almodóvar ha rodado La Mala Educación, donde tiene un complejo triple papel. Con el brasilero Walter Salles, The Motorcycle Diaries, en la que encarna al “Che” Guevara y aunque no hay nada confirmado, podría formar parte de El Capitán Alatriste.
Almodóvar ha concedido al actor mexicano Gael García Bernal (Amores Perros) el papel más complejo y agradecido de su nueva película, La Mala Educación. Un papel complicado, que en realidad son tres -incluido el travestido Zahara-, que son el eje central de esta historia de amores y pasiones entre hombres enamorados y apasionados.
-¿Cuál fue su primera impresión al terminar de leer el guión?
Me impactó lo complejo de la historia, la manera en que va de arriba abajo, llevándote por muchos lados sin obedecer ninguna regla.
-¿Lo siente como el trabajo más arriesgado de su carrera?
No. Cada personaje es un reto, cada película tiene su complejidad y cada historia tiene un tono muy preciso. Ésta es igual de compleja que las demás y, en teoría, lo que te puede complicar más las cosas en la cabeza es que el personaje cambia muchísimo, pero al hacerla todo toma sentido, especialmente porque el guión está tan bien escrito que te da todas las facilidades para hacerlo.
-¿Se sintió cómodo haciendo de Zahara?
Incómodo con el corsé, con el paquete tan enfundado, con los tacones, la peluca y todo eso, pero muy divertido porque fue como un juego. Descubrí el poder tremendo que te da el convertirte en mujer, la gente te mira de manera distinta, te trata de manera distinta.
-Almodóvar dice que cuando le vio vestido de mujer le recordaba a Julia Roberts.
¡Ojalá y esté tan buena como ella! Qué honor; para mí, digo, porque no sé si a ella le parecería tan honorable. Cuando vas disfrazado sigues siendo el mismo, el que cambia es el que te ve.
-Después de El Crimen del Padre Amaro hace ésta, en la que los curas no se comportan a la altura. ¿Es religioso?
Con la religión crecimos todos, viene implícita dentro del contexto social, seas ateo o seas creyente. En México tenemos una cultura católica, si hablamos de la historia de cualquier persona no es sorprendente que involucre a la religión. La religión forma parte del sistema y éstas películas retratan historias particulares, no generalizan.
-¿De no haber rodado Amores Perros su carrera hubiese seguido otro camino?
¡Ah, claro…!, pero es como si no hubiese tomado el camión en un lugar específico en un momento determinado… yo creo en el destino, siempre puede más que las acciones humanas. Con Amores Perros mi vida cambió el mismo día que se estrenó en Cannes. Tuve que comprarme una agenda en el aeropuerto porque ya no podía memorizar los compromisos que tenía.
-¿Sabía que hay una página en Internet en la que, previo pago, puede ver fotos en la que aparece desnudo?
¿Ah sí...? ¡Guau! y ¿qué fotos tienen?
-No sé. No he pagado para verle, pero le tratan de símbolo sexual, ¿eso le molesta?
¡Y yo qué sé...!, la palabra símbolo sexual me repugna, pero ¿qué puede uno hacer al respecto? Cada quien que haga lo que quiera. Más que símbolo sexual lo que soy es un activo en su empresa. Toda esa percepción es ajena a mí, uno es como es.
Se quita un peso de encima
“Tenía que hacer La Mala Educación, tenía que quitármela de encima, antes de que se convirtiera en una obsesión. Había manoseado el guión durante más de diez años y podía seguir así una década más. Por la cantidad de posibles combinaciones, la trama de La Mala Educación sólo se termina de escribir cuando la película ya está rodada, montada y mezclada” dice el directo español Pedro Almodóvar en el sitio oficial de la cinta.
“La Mala Educación es una película muy íntima, pero no exactamente autobiográfica, quiero decir que no cuento mi vida en el colegio ni mi aprendizaje durante los primeros años de la ‘movida’, aunque éstas sean las dos épocas en que se desarrolla la trama (el 64 y el 80, con un intervalo en el 77).
“Por supuesto, mis recuerdos han sido importantes a la hora de escribir el guión, al fin y al cabo he vivido en los escenarios y en las épocas en que transcurre la misma.
“La mala educación no es un ajuste de cuentas con los curas que me maleducaron, ni con el clero en general. Si hubiera necesitado vengarme no habría esperado cuarenta años para hacerlo. La iglesia no me interesa, ni como adversario”.
La película -dice el cineasta- tampoco supone una reflexión sobre la movida madrileña de principios de los ochenta, aunque gran parte transcurra en el Madrid de esa época. Lo que interesa al director de ese momento histórico, según el sitio, es la borrachera de libertad que vivía España, en oposición al oscurantismo y la represión de los años 60. Los primeros ochenta son, por ello, el marco ideal para que los protagonistas, ya adultos, sean dueños de sus destinos, de sus cuerpos y de sus deseos.
“La película no es una comedia, aunque haya humor (todo el personaje de Javier Cámara), ni un musical infantil, aunque haya niños que canten. Es un film noir, o al menos así me gusta considerarlo”, finaliza Almodóvar.