En esta ocasión voy a compartir con ustedes una historia que en lo particular a mí me ha impactado.
Ésta es una situación que está viviendo Óscar, un buen amigo, de ésos que no nos frecuentamos pero cuando llegamos a encontrarnos es con gran afecto, pero sobre todo cuando llegamos a requerir algo uno del otro con confianza nos llamamos y nos apoyamos. Él es un trabajador, un buen trabajador que con esfuerzo ha llevado su familia, pero sobre todo en armonía y comunicación.
Esta vivencia inicia con Fanny, como se le conoce de cariño, de 16 años, estudiante regular de preparatoria, con características físicas que le hacen atractiva, de buenas costumbres y allegada a la familia. Practicante deportiva. No es destacada, pero sí una buena joven.
El pasado viernes cinco de este mes acudió a la escuela normalmente, regresó a su casa a comer y en la tarde acudió a un encuentro deportivo, en el que ella jugaba. Para regresar nuevamente a su casa y salir nuevamente a las 20:30 horas para ir de visita con una tía.
Nunca llegó a donde se dirigía, no regresó a su casa, nadie sabe de ella. No se le ha encontrado en los servicios de urgencia de la ciudad o de aquéllos que nos da miedo visitar por miedo a encontrar allí a un ser querido. Como se dice popularmente, se la tragó la tierra.
Se ha reportado a la policía, pero tampoco se ha tenido nada favorable. Algunos de esos funcionarios alegan que los jóvenes se van con amigos o con el novio. No tenía novio y los muy allegados a ella no creen que sea de hacer algo así. Además, por lo que se le conoce, no tiene motivos para tomar una decisión de esa naturaleza.
A la hora que escribo unas líneas, una semana después, no se sabe nada, en absoluto, nada. Ningún rastro. Me lo acaban de confirmar familiares.
Se ha pensado en un secuestro, pero no se tiene noticias de los que pudieran ser sus raptores. Hipótesis de lo que puede haber pasado hay muchas, tantas como las que usted, lector, puede imaginar, incluso las ya descartadas.
¿Por qué escribo esto?
La razón es muy sencilla, también tengo hijos y espero nunca verme en una situación así, ver desaparecido a mi hijo sin tener rastro o huella alguna.
Y me quedo pensando que si enfrentara algo tan duro, esperaría, primero solucionar esto en forma inmediata, pero también me gustaría encontrar en cada persona un apoyo real. Sin que sea necesario que alguna vez haya cruzado palabra con esa persona.
Hoy les pido, lectores, que me apoyen, yo sufro junto con mi amigo Óscar. Les pido que tengamos el valor de Ser Humano y si sabemos algo de Fanny, lo hagamos saber.
Si no sabemos nada, que dediquemos un minuto en ver los posters que se han pegado por toda la ciudad para conocer la cara de Fanny. Les pido que cuando en la calle nos entreguen un volante no lo rechacemos.
He de comentarles que hay un teléfono para dar a conocer algo que nos haga llegar a encontrar a Fanny. El 720-33-40.
Si no es así no llamen. Cada vez que suena el teléfono, día y noche, es una esperanza, una ilusión.
Cabe mencionar que algunos insensibles, por no poner otras palabras que no me permitirían publicar, han llamado para hacer ?bromas?. Bromas que hieren a más de 100 gentes que están apoyando en la búsqueda de Fanny. Y cuando a esto me refiero es que cerca del 70 por ciento de las llamadas para dar alguna pista son llamadas falsas de jóvenes y que incluso apoyados por sus padres.
¿Por qué apoyar en esto? Simplemente porque Fanny es un Ser Humano.
Mi correo electrónico:
rmercado@avantel.net
