La jarra y el café
Juan Alfredo, un lector de esta columna me ha enviado un correo con esta historia, me pide la comparta con ustedes, mis otros lectores. Dice así:
Cuando los ajetreos de la vida parezcan demasiado para aguantar, cuando 24 horas en un día no son suficientes, recuerda la jarra... y el café.
Un profesor se paró frente a su clase de filosofía y tenía unos artículos frente a él. Cuando comenzó la clase, sin hablar, agarró una jarra bien grande y vacía, y procedió a llenarla de bolas de golf. Luego les preguntó a sus estudiantes si la jarra estaba llena. Ellos contestaron que sí.
Luego el profesor agarró una caja de piedritas y la vertió en la jarra. Agitó la jarra suavemente. Las piedritas rodaron por los espacios abiertos entre medio de las bolas de golf. Luego les preguntó a sus estudiantes nuevamente si la jarra estaba llena. Ellos contestaron que sí.
Luego el profesor agarró una caja de arena y la vertió en la jarra. Claro está, la arena llenó todos los espacios restantes. Le preguntó una vez más si la jarra estaba llena. Los estudiantes respondieron unánimemente que sí.
El profesor luego sacó dos tazas de café de debajo de la mesa y vertió ambas tazas de café en la jarra, efectivamente llenando todo el espacio entre medio de la arena. Los estudiantes se rieron.
“Ahora”, dijo el profesor, cuando las risas se calmaban, “quiero que reconozcan que esta jarra representa sus vidas. Las bolas de golf son las cosas importantes –Dios, la familia, sus hijos, su salud, sus amigos y sus pasiones favoritas- cosas que si pierden todo lo demás y sólo quedan estas cosas, sus vidas todavía estarían llenas. Las piedritas son las otras cosas que importan, como su trabajo, su casa, y su carro. La arena es todo lo demás –las cosas pequeñas.
“Si ponen la arena en la jarra primero”, continuó, “entonces no va a haber espacio para las piedritas ni las bolas de golf. Lo mismo sucede con la vida. Si dedican todo su tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca van a tener espacio para las cosas que son importantes para ustedes. Préstenle atención a las cosas que son críticas para su felicidad. Jueguen con sus hijos. Saquen tiempo para hacerse chequeos médicos. Saquen a sus esposos y esposas a comer. Jueguen otros 18 hoyos de golf. Siempre va a haber tiempo para limpiar la casa y arreglar el triturador.
“Encárguese de las bolas de golf primero, las cosas que realmente importan. Pongan prioridades. El resto es sólo arena”.
Uno de los estudiantes alzó la mano y preguntó qué significaba el café.
El profesor sonrió. “Me alegra que hayas preguntado. Esto te enseña que no importa cuán llena y cargada parezca tu vida, siempre va a haber espacio para una taza de café con un amigo”.
Darnos tiempo para compartir una taza de café y una charla con un amigo es una forma de vivir como Ser Humano.
Después de leer esta historia me acuerdo que debo darme oportunidad de tomar un café, claro que con una amena plática, con Leonel Rodríguez.
