No sé a ustedes, pero a mí me dejó un mal sabor de boca el Cuarto Informe de Gobierno. Por eso, y porque mi espíritu no es de los que calla y llora por los rincones su pena, tengo una serie de peticiones que hacer.
¿Sería mucho pedir, señoras y señores legisladores del Partido de la Revolución Democrática, que estuvieran a la altura del proceso democrático que estamos construyendo? ¿O ésa es la máxima “altura” que pueden alcanzar?
¿Sería mucho pedirles educación, cortesía, decencia y respeto? ¿O esas palabras y su significado están fuera de su diccionario político?
Porque yo pude entender cuando en la década de 1980 Porfirio Muñoz Ledo inauguró la era de las interpelaciones al presidente durante sus informes de Gobierno. Y lo pude entender, porque eran tiempos en los que el autoritarismo prácticamente no dejaba espacios para que se escucharan las voces disidentes. De manera que algunos de manera valiente, sarcástica e incluso grosera, hicieron uso de esos eventos dado el impacto mediático que tenían. Así lo hizo principalmente la izquierda mexicana y así lo hizo también el actual Presidente cuando era gobernador de Guanajuato.
Pero los tiempos han cambiado. Como nunca antes las y los legisladores tienen voz. Como nunca antes los medios de comunicación dan el micrófono a las voces críticas y disidentes. Como nunca antes se puede cuestionar, rebatir y criticar a la autoridad. Por si fuera poco, previo al discurso presidencial los representantes de cada partido político manifiestan en la más alta tribuna del país su posición respecto a la situación del país o respecto a lo que les venga en gana. Y gozan de la atención, como nunca antes, de los medios informativos. Sus intervenciones se transmiten en vivo y sin ediciones por radio y televisión.
¿Por qué, entonces, de todas maneras interrumpir el mensaje presidencial con reclamos, gritos, insultos y groserías? No dejaron hablar al Presidente. Prácticamente no hubo párrafo sin interrupción; y muchas de las interrupciones fueron francamente majaderas e irrespetuosas. ¿Eso es lo que entienden por democracia? ¿Ése es el nivel que piensan darle al debate si logran el poder en 2006?
Hasta hace muy poco tiempo, la ceremonia del informe presidencial consistía en un evento digno de emperadores. Besamanos incluido (aunque se le llamara salutación). Tan fatuo como soporífero y acaso tan costoso como inútil para el país. Servía, sí, para fortalecer el ego del presidente en turno, porque, ante todo, y dijera lo que dijera, informara lo que informara y omitiera lo que omitiera, se trataba de una ceremonia para exaltar la imagen presidencial.
Pero ahora hemos caído en el otro extremo. Ciertamente, ya no es un evento fastuoso y se eliminó la ceremonia del besamanos. Aún no me queda claro si le es útil al país en alguna medida. Pero me queda clarísimo que ahora se utiliza para insultar al Presidente.
Y conste que no estoy diciendo que no se vale cuestionarlo. No. Es más, no sólo debe valerse, sino que es correcto y sano para un país poder hacerlo. Pero existen los canales, los cauces, las maneras, los modos. Y si no atendemos, ya no digamos lo políticamente correcto, sino simplemente reglas de educación y cortesía elemental, corremos el riesgo de convertir el Congreso en una arena de lucha libre (farsa incluida), sin límite de tiempo y sin límite de caídas.
¿Que hay mucho que cuestionarle al Presidente? Sí. ¿Que hay mucho que criticarle? Sí. ¿Que hay mucho que reclamarle? Sí. Pero si aspiramos a consolidar un sistema democrático, tenemos que atenernos a normas mínimas de civilidad y respeto.
En resumen ¿Sería mucho pedirles, señoras y señores legisladores del prd, que, con el sueldazo que les pagamos, tomen algunas clasecitas de elemental educación y cortesía? O ya de plano díganos si con ustedes en el poder así van a estar las cosas. Pregunto, porque habemos ciudadanos y ciudadanas que no pertenecemos a ningún partido político y que llegado el momento reflexionaremos nuestro voto. Entonces, si no es mucho pedir, avísenos, na’más pa’ saber.
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