Agencias
SAN ANTONIO, EU.- El objetivo de los Spurs de San Antonio era claro, tan claro como su tamaño y fuerza dentro de la duela.
Y es que los Lakers de Los Ángeles saben que si quieren vencer a los actuales campeones deben recurrir al jugador más dominante de los últimos años, hacerlo que reciba la pelota debajo del aro y dejar que se encargue de los rebotes. Sin embargo, San Antonio también lo sabe.
Por esta razón, cuando los Lakers trataban de encontrar a Shaquille O’Neal, Tim Duncan y Rasho Nesterovic se encargaron de que esta misión fuera prácticamente imposible.
Apenas tocaba la pelota O’Neal, Nesterovic se le pegaba como estampa y en el supuesto caso de que lograra pasarlo inmediatamente aparecía Duncan, obligando a O’Neal a pasar la pelota y a perder la misma en más de una ocasión.
Las pérdidas de balón llovieron en los Lakers, sobre todo en el último cuarto cuando una desventaja de apenas cinco puntos se convirtió en una aplastante diferencia de 13 unidades, gracias a sus propios errores.
“La historia del juego se resume en que las veces que intentamos ir con O’Neal en el último cuarto, se convirtieron en pérdidas de balón”, comentó el coach de los Lakers, Phil Jackson. “Estábamos en buena posición, hicimos las cosas bien, pero forzamos los pases a Shaq”.
O’Neal estuvo bien con la pelota en las manos, que fue lo que alentó el deseo de hacérsela llegar, ya que el poste se despachó con ocho canastas en sus 14 tiros, además de bajar 13 rebotes y bloquear cinco tiros. Sin embargo, en la recta final el Shaq perdió cinco veces el balón.
“Tratamos de poner la pelota en manos del Shaq cuando no debimos hacerlo”, comentó Gary Payton. “Debimos buscar otra opción”.
Los Lakers perdieron la pelota un total de 21 veces, incluyendo tres violaciones de tres segundos para el Shaq.
“En series como esta no podemos permitirnos errores tan infantiles”, comentó Shaq. “De nada sirve realizar grandes jugadas, cuando se cometen errores tan simples”.
