Por ser una técnica sencilla, el automasaje shiatsu se puede aplicar en la oficina.
El masaje relaja el cuerpo y la mente, se cree que favorece el flujo de endorfinas en el cuerpo, haciendo que aumente nuestro bienestar.
Según la terapia oriental del shiatsu, la energía de la vida, denominada "chi", que fluye a través de nuestro cuerpo a lo largo de unos canales llamados meridianos, es la que mantiene la salud de cada una de las personas.
Al igual que acupuntura y reflexología, el shiatsu es una técnica que sostiene que nuestro cuerpo tiene una serie de "pistas" o meridianos a través de los cuales circulan energías sutiles e invisibles que nos dan vitalidad y adecuado estado de salud, motivo por el que cualquier bloqueo de estas fuerzas se manifestará como dolor muscular y, posteriormente, puede ocasionar enfermedades en distintos órganos.
Cuando el cuerpo padece de estrés o de alguna enfermedad, el "chi" se interrumpe. Para recuperar el flujo y el bienestar hay que presionar firmemente sobre la piel en puntos precisos correspondientes a esos meridianos.
El shiatsu es una terapia manual antigua, desarrollada en Japón, basada en la acupuntura, en el masaje y en la medicina tradicional china.
Shiatsu significa "presión con los dedos" y es un masaje muy placentero que se usa para fomentar el bienestar, mantener una buena salud y tratar enfermedades.
Esta terapia es completamente natural y carece de efectos secundarios.
Origen
Se dice que el creador de esta terapia fue el japonés Tokujiro Namikoshi, quien nació a principios del siglo XX y se dedicó a estudiar Medicina y distintas técnicas de masaje luego de notar que su madre sanaba exitosamente de las múltiples dolencias que sufría en articulaciones (poliartritis reumatoide) gracias a fricciones suaves y presiones que realizaba con las manos.
De esta manera, Namikoshi unió los conocimientos obtenidos de manera empírica con las prácticas milenarias de la Medicina oriental para dar forma a su peculiar técnica de digitopuntura, misma que se encargó de difundir a través del Instituto Shiatsu de Terapia, fundado en 1925. La escuela ganó el reconocimiento del gobierno japonés en 1957, y en la actualidad imparte cursos de dos años para aprender este tipo de masaje.
De acuerdo con su creador, el shiatsu es "una técnica de terapia manual y digital sobre la piel con el fin de prevenir y curar enfermedades, estimulando los poderes naturales de recuperación que posee el cuerpo, eliminando aquellos elementos que producen fatiga y promoviendo una buena salud en general".
Indicaciones y cualidades
Existen características particulares del shiatsu que bien vale conocer si se desea iniciar en este tipo de terapia, y que pueden resumirse en los siguientes puntos:
Diagnóstico y terapia van de la mano, ya que a la vez que el especialista palpa las zonas del cuerpo realiza presiones, de modo que determina el tipo de dolencia y efectúa la curación a la vez.
El tratamiento es estrictamente manual, y no requiere de medicamentos, aparatos mecánicos o estimulación eléctrica.
No presenta efectos secundarios ni dolor muscular posterior a la sesión.
Aunque el problema se encuentre localizado en un órgano, el tratamiento se puede realizar en distintas partes del cuerpo para ayudar a la circulación energética en todo un meridiano.
Puede aplicarse a cualquier edad, desde niños hasta ancianos.
Se dice que el shiatsu practicado con regularidad ayuda a la prevención de enfermedades, y que las posibilidades de curación son elevadas cuando se da un vínculo de confianza entre terapeuta y paciente; por ello, no debe continuarse una terapia de este tipo si hay incomodidad en alguna de las partes.
Aunque cada seguidor del shiatsu aporta sus conocimientos particulares a la técnica, cada padecimiento obliga a la realización de digitopresión en una zona corporal determinada, por ejemplo:
Cabeza. Es útil para tratar migraña, insomnio, alopecia y neuralgias (dolores continuos a lo largo de los nervios).
Cara. Se aplica en casos de hipermetropía (dificultad para ver objetos cercanos), estrabismo (debilidad del músculo del ojo que provoca desviación de los ejes oculares), sinusitis (inflamación de los senos paranasales), dolor de muelas y algunas neuralgias.
Espalda alta (entre los omóplatos). Se aconseja en caso de asma, enfermedades respiratorias, trastornos de hígado y corazón.
Debajo de los omóplatos. Adecuada para diabetes, afecciones de los riñones, estreñimiento, diarrea, lumbago (dolor en la parte baja de la espalda), hernia discal e incontinencia urinaria nocturna.
Borde superior del hueso ilíaco (pelvis). Ideal en caso de estreñimiento, desórdenes intestinales y lumbago.
Glúteos. Para atender ciática, enfriamiento, hemorroides y frigidez (ausencia de apetito sexual).
Piernas. Ayuda en problemas de ciática, cansancio de las piernas, dolor de rodillas, acumulación de líquidos en miembros inferiores, calambres, reumatismo y deformaciones de los pies.
Brazos. Es usual en afecciones cardiacas, algunos padecimientos reumáticos y problemas en nervios de brazos, manos y rostro.
Región del pecho. Ofrece mejoría en casos de asma bronquial y afecciones cardíacas, además de que estimula la producción de leche al lactar.
Región abdominal. Resulta adecuada en casos de pérdida de apetito, bostezos, trastornos hepáticos, hipertensión e hipotensión, gastritis, obesidad y disfunción eréctil (impotencia sexual).
Asimismo, se debe mencionar que esta terapia no es efectiva en enfermedades contagiosas, inflamación de las membranas que cubren pulmones y caja torácica (pleuresía) o vísceras abdominales (peritonitis), ulceraciones del sistema digestivo (pépticas o duodenales) y cirrosis hepática.
Tampoco se indica en caso de leucemia, cáncer, retortijones en el estómago, obstrucción intestinal, extrema debilidad física, infecciones de la piel, inflamación en apéndice o páncreas y fiebre elevada después de una intervención quirúrgica.
