La historia de Raúl, refleja el sufrimiento de las víctimas del VIH que requieren apoyo y comprensión
Raúl llegó a Durango hace casi una década. Nacido en el estado de Veracruz, el hombre que actualmente tiene 33 años ha atravesado múltiples pruebas a lo largo de su vida; sin embargo, se enfrenta con calma y resignación a los golpes de su destino.
Cuenta que quedó huérfano cuando era un niño, primero falleció su madre y en un periodo aproximado de tres años también su padre murió. De esta forma se quedó bajo la custodia de unos familiares cercanos. Señala que su infancia fue muy triste, así que prefiere no ahondar mucho en el tema, sobre todo porque serían largas horas de plática.
No concluyó su educación secundaria y a los 13 años de edad optó por salirse de su casa, emigró a México, pero eso fue sólo el inicio de su éxodo. Ciudad Juárez y Torreón fueron otras entidades en las que se buscó el pan diario y forjó su carácter en situaciones complicadas.
Acepta que en su estancia en la ciudad fronteriza de Chihuahua fue adicto a la cocaína, pero afirma que nunca se inyectó sustancia alguna. También asegura que al momento de tener relaciones sexuales tomó las precauciones debidas.
En el 2003, cuando trabajaba en una construcción, se cayó de un andamio de varios metros de altura. Sufrió lesiones severas y fue internado en el Hospital General de la capital del estado. El diagnóstico fue desalentador: los galenos aseguraron que no volvería a caminar. Pero además de ese duro trance, recibió otra noticia por demás dolorosa: tenía Sida.
SUSTENTO
Sin familiares que lo apoyaran, Raúl se sintió en algún momento desalentado pero pronto llegó el auxilio anhelado. La asociación Rhiguel de personas afectadas por lupus eritematoso, VIH Sida y enfermedades auto inmunes se acercó a él.
?Me fue muy difícil; desafortunadamente yo estaba solo pero poco a poco he salido adelante?, cuenta. La asociación le ayuda con una casa y cubre sus gastos. Él, pese al diagnóstico médico, ha logrado avances importantes; de estar en una silla de ruedas ya puede caminar con ayuda de su bastón.
?He conocido mucha gente que no tiene coraje por la vida; hay gente que no tiene sus dos piernas o sus brazos y siguen adelante?, manifiesta con una fe en el Todopoderoso que, dice, lo ayuda a continuar su camino en esta tierra de la mejor manera.
?Estoy agradecido con Dios; él sabe cuando nos necesita. Dios me da fortaleza para no pensar en la enfermedad?, dice para después comentar que a pesar del trance de aceptar la enfermedad no ha requerido ayuda psicológica y aunque conoce a varios tanatólogos, no se ha acercado a ellos.
A raíz de su accidente se vio imposibilitado para trabajar, así que desde el hogar que le proporcionó la asociación Rhiguel elabora artesanías, oficio que aprendió cuando estuvo preso en Nuevo México durante seis meses. Pero en general no tiene ingreso alguno; por eso, en ocasiones hay ciertas dificultades para pagar la luz o el agua. No obstante, asegura que no causa lástimas.
Ha sentido en carne viva la discriminación que sufren los enfermos de Sida, pero no le toma demasiado interés. ?No somos ni bichos, ni animales raros para que nos vean de lejos; es que falta mucha información?, reitera. Y aunque su situación física es complicada, este varón tiene una motivación muy especial para no darse por vencido.
Su deseo es encontrar a su hija, a la cual no ve desde hace tres años después de que se divorció. Ése es su motor y, además, pretende poner ?su granito de arena? en las cuestiones de la prevención, sobre todo entre la juventud para que no repitan los mismos errores, añade.
PANORAMA
Hace dos años aproximadamente inició funciones la asociación Rhiguel, encabezada por San Juanita Arroyo Maldonado. La hija de ella estuvo internada por largo tiempo en el Hospital General y fue como tuvo contacto con los enfermos de Sida.
Se dio cuenta de sus carencias, de sus necesidades y, sobre todo, de la falta de apoyo por parte de una sociedad que los discrimina. Unida a otras personas, comenzó las acciones de la organización no gubernamental y atiende a varias personas.
Les ayudan con alimentación, medicamentos adicionales a los que le brinda la Secretaría de Salud (SSA), entre otras cosas.
Arroyo Maldonado observa con tristeza cómo la gente rechaza a los enfermos de Sida; en su caso apoyan a parejas que están infectadas y tienen hijos a los cuales ya no pueden mantener debido a sus padecimientos. Los menores de edad son marginados por compañeros y vecinos a grado tal que han tenido que cambiarse de casa.
Y es que mientras a un enfermo de cáncer, diabetes u otra enfermedad le brindan su comprensión, en el caso de los que tienen Sida son repudiados, cuenta la también madre de familia. Pero no pierden las fuerzas para luchar por su causa, aunque no es tan fácil, ante la falta de voluntarios que quieran apoyar estas causas.
CONMEMORACIÓN
Día Mundial de la Lucha contra el Sida
Desde 1988 en México se ha celebrado cada primero de diciembre.
-La Secretaría de Salud llevó a cabo en los primeros años eventos de índole académica y en lugares cerrados, para posteriormente integrarse organismos no gubernamentales.
- A partir del 2002 el evento oficial para conmemorar esta fecha se empezó a realizar en ciudades del interior del país.
-Este evento se ha realizado ya en Toluca, Veracruz y Mérida, para generar así mayor involucramiento de las autoridades estatales y de otros sectores.
-Hoy la sede de esta celebración oficial es la ciudad de Pachuca, Hidalgo.
-En Durango hoy en punto de las 17:30 horas iniciará una marcha silenciosa por la avenida 20 de Noviembre. Durante el transcurso del día se tendrá un tianguis informativo en la Plaza de Armas.
FUENTE: Secretaría de Salud.