Fracasan los intentos de que México de vergüenza en los Juegos Olímpicos de Atenas.
TORREÓN, COAH.- ¿Qué nos pasó?, es la pregunta que todos los mexicanos en algún momento se han hecho después de la pobre actuación de los deportistas nacionales en la recién concluida justa olímpica de Atenas.
Ahora ni las veladoras, las plegarias, ni los amuletos para la “buena vibra” ayudaron a nuestros atletas para hacer realidad las esperanzas que se generaron, después de una gran actuación en los Centroamericanos y posteriormente un buen desempeño en Panamericanos.
Sin embargo hay que recordar que en los primeros no asistió Cuba y en las competencias continentales las grandes potencias mandan a su selecciones “B”, en tanto que México manda sus mejores atletas.
Los resultados obtenidos en Atenas serán la carta de los dirigentes del deporte para subrayar, como cada período post-olímpico, los logros realizados por ellos y que son mejores a los hechos en otras ocasiones. Habrá quienes pidan cuentas para saber por qué los deportistas, que en algún momento se les dio el apoyo, no pudieron rendir lo que se esperaba.
Ahora en el tiempo del análisis sobre la actuación mexicana, se tiene que considerar varios temas, entre ellos replantear qué significa el deporte en nuestro país, el porqué la mentalidad de la justificación y el miedo al triunfo se ha instalado entre quienes ganar es lo más importante.
Tragedia griega
Como en el antiguo teatro griego, fuimos testigos los mexicanos de una verdadera tragedia, la cual, a pesar de que sabíamos cuál era el desenlace, nos inquieta sobremanera y nos hace reflexionar.
Grandes expectativas se generaron gracias a que la publicidad encontró en este momento prototipos de esfuerzo y “triunfo”, que aprovechó para vender desde una sencilla pasta hasta los servicios de la banca.
Pero fue triste ver a través de nuestras pantallas la forma en como se fueron despidiendo los atletas, sin el mínimo empuje en algún caso y con más pena que gloria.
También sabíamos el viejo recurso de los jueces, de que al mexicano se le marca de manera diferente, en una suerte de todos contra uno. Pero después de ver la poca entrega de varios deportistas y la mala preparación que mostraron en el escenario, el argumento perdió fuerza y con ello deja al desnudo la mala planeación en nuestro deporte.
Cada día fue algo previsible: “México queda eliminado en esta disciplina...” y con ello poco a poco fue sonando en el ambiente la palabra fracaso.
Pero fue hasta la segunda parte de los Juegos cuando cinco deportistas dieron la cara por el país, obteniendo cuatro medallas de plata y una de bronce, aunque la primera fue ganada por Saúl Mendoza, atleta paralímpico, quien dio un ejemplo de dignidad que necesitaba el grupo de atletas para realizar por lo menos un papel más decoroso.
Después vino Ana Guevara, quien llevaba sobre sus hombros la responsabilidad de obtener una medalla con carácter de urgente, puso todo su esfuerzo y logró colgarse una plata de gran valor.
Luego Belem Guerrero demostró que su camino al triunfo no fue fácil, ya que sin apoyo pudo alcanzar un podio bien merecido. Y finalizaron los hermanos Salazar en tae kwon do, gracias a un trabajo poco visto, ya que su padre es su entrenador, su motivador y su estratega.
Estas medallas son el alivio momentáneo a una participación deslucida, además que no fue la peor en toda la historia. Pero llama la atención que el público mexicano se dio cuenta de que las marcas de nuestro deporte son los últimos sitios en el deporte de alto rendimiento y con amargura ver que los demás países se desarrollan, mientras nosotros no quedamos anquilosados en las memorias de unos cuantos y en un deporte más enfocado al entretenimiento.
“Se hizo lo que se pudo”
La frase más recurrida por nuestros atletas fue una justificación: “se hizo lo que se pudo”, y con ella hacer patente que el deporte de nuestro país no está preparado para pelear por una medalla que llene de orgullo a un pueblo.
Los pocos frutos recogidos de la participación hacen que cada vez seamos espectadores de las grandes hazañas de los rusos, los chinos, los estadounidenses y conformarnos con la emoción del campeón en el torneo de futbol local, los triunfos de un puñado de atletas y creer de nueva cuenta en las próximas olimpiadas que ahora sí nos toca brillar.
Los celos, las envidias, el escándalo extradeportivo, la falta de un plan real y una estructura democrática mueven a la actuación de la búsqueda de una solución de fondo. Sin embargo si hay voluntad para realizar este cambio, podemos tener esperanzas de que el significado de deporte en México trasciende a la identidad nacional.
Pocos frutos
La sensación es que faltaron medallas en la delegación deportiva que participó en los Juegos Olímpicos Atenas 2004, aunque las cuatro que obtuvo, tres de plata y una de bronce, se ajustó al pronóstico efectuado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
Se esperaban mejores resultados en los deportes de boxeo y clavados, donde se había calculado al menos una medalla por cada uno.
La medalla de oro hizo falta, sin duda.
De acuerdo con esa previsión, de entre los 114 deportistas, incluidos los dos equipos de futbol como los únicos representantes en deportes de conjunto, se esperaba que en el atletismo se ganara una o dos preseas a través de Ana Guevara y los marchistas de 20 kilómetros.
Ana llegó al podio; Omar Segura terminó en el puesto 18, Noé Hernández, medalla de plata en Sydney 2000, fue descalificado y Bernardo Segura abandonó la prueba de caminata.
Dentro del pronóstico cumplieron tae kwon do y ciclismo; el boxeo con cinco púgiles tuvo una participación inesperada, pues se pensó que por el cartel de sus representantes México viviría emociones, mas la sorpresa se dio cuando los cinco quedaron eliminados en la primera ronda.
Habrá que esperar el informe oficial de la Conade sobre la actuación del resto de la delegación, ya que se estableció que de los 91 participaciones 70 debieron quedar entre las primeras 24 posiciones; 43 entre los 16 iniciales puestos y 18 entre los finalistas (en Sydney hubo 16 finalistas y se registraron seis medallas).
Este último rubro se cumplió en Atenas en un 38 por ciento por deportistas que fueron superando series eliminatorias hasta llegar a disputar la final por el oro olímpico.
En el caso de las pruebas de ciclismo de pista por puntos damas y las de clavados de sincronizados trampolín tres metros y plataforma diez metros, ambas en la rama femenil, se efectuaron en finales directas.
A partir de que se den a conocer en los próximos días los números finales de la delegación mexicana en los XXVIII Juegos Olímpicos, deberán iniciar los preparativos para el próximo ciclo, el cual arrancará con los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Cartagena, Colombia, en 2006.
Seguirán los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en 2007 y cerrará con los XXIX Juegos Olímpicos Beijing 2008, ojalá para entonces los pronósticos sean mayores para la próxima delegación mexicana y que ésta responda.
Por lo pronto, cada atleta mexicano ganador de una medalla de plata obtendrá 65 mil dólares como premio económico y los de bronce 43 mil 500 dólares. El premio para el oro se estableció en 87 mil dólares, pero esta vez nadie se lo llevó (Notimex).
Cambiar a fondo
“¿Queremos que México salga de la mediocridad deportiva? Hay que hacer cambios, hay que darle la vuelta a los usos y costumbres que ha arrastrado por décadas la administración deportiva en nuestro país, de lo contrario, habrá lamentos dentro de cuatro años”, advirtió el responsable de la política deportiva por parte del gobierno federal, Nelson Vargas.
La postura del director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) es tajante: si el gobierno federal no tiene el control total del único centro de entrenamiento de alto rendimiento con el que cuenta México, el Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), prefiere hacerse a un lado.
Porque tiene muy claro que la culpa de los malos resultados de la delegación mexicana la tiene la mala coordinación entre la Conade y el Comité Olímpico Mexicano (COM), la asociación civil que administra las instalaciones en donde entrenan los atletas mexicanos, con dinero de erario público.
“Si no tengo el control total de las instalaciones, que son la manzana la discordia, el CDOM, no aceptaría seguir al frente del deporte”, señaló Vargas.
Son ya las expresiones máximas de un conflicto iniciado años atrás por el control del deporte entre la Conade y el COM, o mejor dicho entre sus dirigentes, Nelson Vargas y Felipe Muñoz.
La voz del director de Conade realiza un balance general de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004: “Después de lo acontecido en Atenas tiene que haber medidas para un cambio y si queremos retomar el camino, el primer paso es que el Centro Deportivo Olímpico Mexicano sea manejado por el gobierno federal, o sea Conade, porque aquí se evidenció, una vez más, que no se puede trabajar coordinadamente con el Comité Olímpico Mexicano”.
-¿Las oficinas del COM también tendrían que salir del CDOM?
-Estamos hablando de una instalación del gobierno, no es propiedad del COM como asociación civil, que quede claro.
-¿Qué tan importante es tomar el control de esas instalaciones?
-Si queremos estar como en los países avanzados, es imperativa una política de estado coordinando las acciones de las federaciones de una manera controlada, de una forma profesional y no como lo hacemos ahora, que por un lado apretamos y por el otro aflojamos.
-¿Y qué se ganará con el control del CDOM?
-Todo. Nada más digo de antemano que si el CDOM no pasa a ser una instalación controlada por la Conade, no tiene caso seguir haciendo un esfuerzo como dirigente, como gente de deporte de toda la vida. Yo no gano absolutamente nada con seguir haciéndole al cuento sin tener el control total del deporte, porque de otra forma no se puede hacer nada.
-Ya hizo saber al gobierno federal su disposición de no seguir al frente...
-Esta disposición mía de asumir el manejo del CDOM se conoce desde hace cuatro años. Y llegó el momento de actuar.
-¿Considera que podrá tener esas instalaciones para el siguiente ciclo?
-Bueno. Yo creo que si no me dan esa oportunidad a partir de octubre, no tiene ningún caso seguir.
-¿Y qué puede concluir del ciclo olímpico que termina en Atenas?
-Es importante que se analice integralmente todo lo que pasó. En principio hay que tomar en cuenta que los primeros diez días fueron catastróficos para la delegación mexicana y con base en eso, no tan sólo en el medio deportivo, sino también en el medio político en México, magnificaron el fracaso de nuestro país; y lo hicieron a tal grado que trascendió al ambiente político de México, trascendió a la oposición, trascendió a todos los círculos del gobierno e hicieron ver que el resultado en Juegos Olímpicos fue un fracaso total.
-¿Y cuál es la opinión del responsable de Conade?
-Que no debemos espantarnos del resultado, ya que de acuerdo con los parámetros que se dieron se logró el objetivo de ganar entre tres y siete medallas. Además, si se analiza en lo que han sido las 28 ediciones de los Juegos Olímpicos, Atenas es la cuarta mejor actuación de nuestro país, después de México 68, Los Ángeles 84 (a donde no asistió el entonces bloque socialista) y Sydney 2000. No echamos las campanas al vuelo, pero tampoco considero que sea algo catastrófico para el deporte de México.
Un ejemplo
Cuba es un ejemplo de que se puede formar a deportistas de alto rendimiento, empleando bien los recursos:
La formación de un deportista en Cuba es todo obra del gobierno.
Todos los gastos de formación y educación desde que son niños corren por el gobierno, incluso hasta que son atletas de alto rendimiento y mientras son atletas de alto rendimiento.
El estado paga sus hospedajes, viajes, ropas y entrenamientos.
Los talentos según el deporte que sea son captados desde la base, dentro de la población, desde que son niños y prosiguen su formación entonces en escuelas especializadas para su deporte que pueden ser Eides (Escuela de Iniciación Deportiva) de ahí pasan a la Espa (Escuela de Perfeccionamiento Atlético) y de ahí a los equipos nacionales juveniles.
Si son ya figuras de talentos y posibilidades, continúan su desarrollo pasando entonces a los equipos nacionales donde terminan su formación.
En Cuba el deporte es practicado por todos y los niños desde que están en sus primeros años de estudios en las escuelas tienen una asignatura que se llama Educación Física que es impartida por un licenciado en Deportes, ahí diariamente practican diversos deportes con ánimos recreativos pero que incentiva al muchacho a hacer deportes y si tiene buenas cualidades pues puede ser reportado o captado por el Ministerio del Deporte para encaminarlo a la disciplina en la cual se destaca.
El atleta cubano estudia durante toda su formación como atleta y si no obtiene calificaciones buenas o pases de grado también se retrasa en la práctica del deporte, si no estudia no hay deporte, estudios gratis y todo va por el Estado.
Incluso puede estar estudiando una carrera universitaria y ser deportista de alto rendimiento y recibe facilidades por parte del estado para que pueda estudiar al unísono del deporte.
Todo es gratis y en Cuba no hay profesionales.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
México tiene 51 medallas en la historia
México alcanzó la cifra de 51 medallas en la historia de los Juegos Olímpicos con las cuatro conquistadas en los pasados Juegos Olímpicos de Atenas.
La historia de las medallas olímpicas de México se remonta a 1932, en los Juegos de Los Ángeles, cuando Francisco Cabañas ganó la medalla de plata y Fidel Ortiz la de bronce, ambas en la disciplina del boxeo.
México ha ganado diez medallas de oro, 18 de plata, con tres de Atenas, y 23 de bronce, gracias a la obtenida por Iridia Salazar.
El máximo medallista de México es el clavadista Joaquín Capilla que ganó cuatro medallas, una de oro, dos de plata y una de bronce en las ediciones de los Juegos de Londres 1948, Helsinki 1952 y Melbourne 1956.
La lista de las medallas de México es la siguiente:
Oros:
1. Humberto Mariles Ecuestre Ind. Londres 1948
2. Equipo masculino Ecuestre equipo Londres 1948
3. Joaquín Capilla Clavados Melbourne 1956
4. Ricardo Delgado Boxeo México 1968
5. Felipe Muñoz Natación México 1968
6. Antonio Roldán Boxeo México 1968
7. Daniel Bautista Caminata 20 km Montreal 1976
8. Raúl González Caminata 50 km Los Ángeles 1984
9. Ernesto Canto Caminata 20 km Los Ángeles 1984
10. Soraya Jiménez Halterofilia Sydney 2000
Platas:
1. Francisco Cabañas Boxeo Los Ángeles 1932
2. Gustavo Huet Tiro Los Ángeles 1932
3. Rubén Iriza Salto individual Londres 1948
4. Joaquín Capilla Clavados Helsinki 1952
5. José Pedraza Caminata 20 km México 1968
6. Álvaro Gaxiola Clavados México 1968
7. Pilar Roldán Esgrima (florete) México 1968
8. Alfonso Zamora Boxeo México 1968
9. Carlos Girón Clavados Moscú 1980
10. Raúl González Marcha 20 km. Los Ángeles 1984
11. Héctor López Boxeo Los Ángeles 1984
12. Daniel Aceves Lucha Los Ángeles 1984
13. Carlos Mercenario Caminata 50 km. Barcelona 1992
14. Noé Hernández Caminata 20 km Sydney 2000
15. Fernando Platas Clavados Sydney 2000
16. Ana Gabriela Guevara Atletismo (400 m) Atenas 2004
17. Belem Guerrero Ciclismo (pista) Atenas 2004
18. Óscar Salazar Taekwondo Atenas 2004
Bronces:
1. Fidel Ortiz Boxeo Berlín 1936
2. Equipo masculino Baloncesto Berlín 1936
3. Equipo masculino Polo Berlín 1936
4. Equipo masculino Ecuestres (3 días) Londres 1948
5. Joaquín Capilla Clavados Londres 1948
6. Joaquín Capilla Clavados Melbourne 1956
7. Juan Botella Clavados Roma 1960
8. Juan Fabila Boxeo Tokio 1964
9. Joaquín Rocha Boxeo México 1968
10. Agustín Zaragoza Boxeo México 1968
11. María Teresa Ramírez Natación México 1968
12. Juan Paredes Boxeo Montreal 1976
13. Joaquín Pérez Ecuestre (salto) Moscú 1980
14. Equipo masculino Ecuestres (3 días) Moscú 1980
15. Equipo masculino Ecuestres (salto) Moscú 1980
16. Manuel Youshimatz Ciclismo Los Ángeles 1984
17. Mario González Boxeo Seúl 1988
18. Jesús Mena Clavados Seúl 1988
19. Bernardo Segura Caminata 20 km. Atlanta 1996
20. Joel Sánchez Caminata 50 km Sydney 2000
21. Cristian Bejarano Boxeo Sydney 2000
22. Víctor Estrada Tae kwon do Sydney 2000
23. Iridia Salazar Tae kwon do Atenas 2004
FUENTE: EFE