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MEXICO, D.F.- Internet aún es tierra de nadie. Controlar el contenido de las páginas web, la proliferación de pornografía online y la información ilícita u ofensiva, aún es casi imposible.
De acuerdo con estimados de Message Labs, quizá 80 por ciento del contenido que circula en Internet está fuera de control. La razón: es demasiado fácil y económico crear una página web -el software para hacerlo oscila en los 400 pesos y en ocasiones se puede descargar gratuitamente-, además de que el anonimato que permite la red evita que pueda responsabilizarse a alguien por lo que ahí se publica.
Por si fuera poco, buena parte de los sitios de Internet son creados por adolescentes, desempleados y bromistas, con fines de total diversión. Incluso, hay quienes cuestionan si algunas noticias periodísticas son inventadas ahí por meros ociosos.
Ante esta situación, prácticamente todos los proveedores de acceso a Internet -en México están Prodigy, Esmas.com, AOL, Terra, entre otros- proporcionan “filtros” especiales que permiten, como en los sistemas de televisión de paga, que los padres de familia restrinjan ciertas páginas para no ser vistas por sus hijos.
Estos también pueden adquirirse de manera independiente en cualquier tienda departamental o especializada, a precios no mayores de 500 pesos y son tan fáciles de instalar como cualquier otro programa de cómputo.
Pero dichos filtros, como es de suponerse, aunque son efectivos, no son perfectos. Funcionan como un software de programación al cual hay que decirle qué es lo que no se quiere ver, a través de palabras clave: se le puede prohibir, por ejemplo, proporcionar sitios que contengan la palabra “sexo”, pero esto no significa que imágenes alusivas o sinónimos de esta palabra puedan filtrarse.
En alguna ocasión Steve Ellwanger, analista de Mediamark Research, afirmó que los filtros web jamás funcionarán, pues el Internet sólo podría ser regulado con ética personal.
Páginas que incentiven la burla, la misoginia, la discriminación o cualquier atentado contra los derechos humanos son prácticamente imposibles de eliminar de los filtros, pues no existen palabras clave que ayuden a bloquearlos.
“Internet es exactamente como la televisión. Los padres de familia deben estar con sus hijos mientras se usa. Deben orientarlos sobre determinados contenidos y explicarles que no todo lo que ahí se contiene es cierto, agradable y sano”, comentó Ellwanger.