A 30 años de su muerte, continúa la polémica por la falta de recursos para preservar su obra
SUN-AEE
BUENOS AIRES, ARG.- El aniversario luctuoso número 30 de David Alfaro Siqueiros, uno de los muralistas mexicanos más importantes del siglo XX, ha revivido la polémica sobre el abandono de su obra.
Especialistas y familiares señalan que son escasos los recursos que se destinan para conservar La Tallera de Cuernavaca, Morelos, en México, que en realidad era el taller donde el muralista trabajaba con su grupo de alumnos; así como los murales Cuauhtémoc contra el Mito y La Marcha de la Humanidad, éste último en el Polyforum Cultural Siqueiros, en la capital mexicana.
Otro de los murales que durante años ha permanecido en medio de un pleito legal es el que Siqueiros realizó en 1933, durante su exilio en Argentina: Ejercicio Plástico, una pieza bastante dañada que, dicen especialistas, tardará algún tiempo para que pueda ser exhibida al público.
?Con la historia de este mural se podría hacer una excelente novela policial?. Esta sentencia parte de boca de una de las pocas personas que en los últimos tiempos pudo ver las piezas, maltratadas, en contenedores, de Ejercicio Plástico.
Magdalena Faillace, subsecretaria de Cultura del gobierno de Néstor Kirchner, no lo duda: El derrotero de ?Ejercicio? es tan rico ?como la obra misma?. Una obra que el 11 de noviembre último, mediante un decreto de Kirchner, se convirtió en patrimonio Histórico Cultural Argentino, una suerte de eufemismo burocrático porque tanto la funcionaria, en su entrevista, como Kirchner cuando estampó la rúbrica en el decreto, dijeron algo más: ?Esta obra es símbolo y patrimonio del arte latinoamericano?.
En 1933, Siqueiros estaba alojado en la finca Los Granados de Natalio Botana, un empresario periodístico de ideas progresistas, dueño del célebre matutino Crítica, donde abrevaron Jorge Luis Borges y Roberto Arlt, entre otros renombrados escritores. Había cedido su finca para alojar al artista mexicano, luego de ser liberado en México tras participar de las huelgas ferroviarias. Había accedido por recomendación de los miembros del Partido Comunista Argentino, encargados de la protección no sólo de Siqueiros.
Por esos años también en Buenos Aires, fue protegido el escritor brasileño Jorge Amado, perseguido por su militancia en el Partidao (como se conoce en Brasil al PC).
Siqueiros decidió matar el tiempo y el hastío pintando el sótano de la finca donde vivía. También decidió romper con su temática habitual y abrirse a la sensualidad en la obra. Tuvo a una modelo de lujo, Blanca Luz Brum, una escritora uruguaya.
Pero tanta sensualidad y tanto desnudo llevaron a los capitostes del PC argentino a cuestionarle al plástico chihuahuense una posible ?desviación ideológica?, que ?no existió?, según Gregorio Levenson, un octogenario ex militante y testigo de aquel intento de reprimenda.
Historia de un mural
En el sótano de la finca Los Granados, donde el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros estaba alojado en 1933, el mural Ejercicio Plástico semejaba una caja, ya que incluía hasta el piso, trabajado en una técnica poco convencional: Con aerógrafo en vez de pincel, con fotografía reemplazando al boceto y resinas sintéticas en vez de óleo.
Junto a Siqueiros trabajaron Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo y Juan B. Castagnino.
Allí quedó en la finca a pesar del traspaso de dueños, hasta que la esposa de uno de los tantos propietarios de aquellas 18 hectáreas, donde en el año 2000 permanecería preso el ex presidente Carlos Menem, se mostró horrorizada por las figuras desnudas y mandó taparlo con cal. Fue Héctor Mendizábal, quien al descubrir un Siqueiros auténtico se interesó sólo en el sótano y hasta exportó restauradores mexicanos como Manuel Serrano para recuperar la obra. Con ella pensaba hacer una gira itinerante y hasta llegó a invertir más de un millón de dólares a fines de los 80, cuando la mansión fue derribada.
A Mendizábal no le fue mejor que a muchos hombres de negocios argentinos por aquellos años. Con un sinnúmero de deudas vendió el mural a la empresa Seville, que a su vez se la traspasó a Dencanor, propietaria actualmente de cuatro de los cinco contenedores donde aún ?duerme? el mural. El quinto, con el piso de la obra, es propiedad de la firma Fines Arts. A partir de entonces, intereses de todo tipo comenzaron a pesar sobre la obra.
Las empresas iniciaron un litigio interminable, gracias a los acreedores de Mendizábal que reclamaban las piezas para cobrarse las deudas. Así la opinión pública pudo conocer que aquel mural aún andaba por los alrededores de Buenos Aires.
Efectivamente, en una playa de cargas en San Justo, provincia de Buenos Aires, se encontraban -y aún se encuentran- desde hace años los pedazos del mural. La justicia en lo Penal Comercial comenzó a intervenir ante una denuncia y tanto el gobierno mexicano como el argentino empezaron a moverse al son de Siqueiros. Algunos para no perderlo y recuperarlo, otros para hacer uno de los tantos negocios que se hicieron en la era menemista en este país.
En 2002, la denuncia de un funcionario de la Secretaría de Cultura, Rodrigo Cañete, dejó mal parado a Rubén Stella, entonces secretario de Gobierno de Eduardo Duhalde.
El entonces presidente interino había vetado el primer proyecto de ley del Congreso para declararlo Patrimonio Cultural.
Stella había decidido que la obra se restaurase en Houston, pero presuntamente sin retorno a la Argentina. Algunas ?manos anónimas? ya lo tenían apalabrado, según versiones, en varias decenas de millones de dólares. Lo mismo intentaron hacer los empresarios que se disputaban el mural, años atrás, pero ?Ejercicio? parece resistirse y seguir intentando dejar la huella del paso de su autor en Argentina.
Todo indica que ahora la obra comenzó a transitar el camino de la recuperación, según el testimonio de Magdalena Faillace, quien no exagera cuando dice que con su historia podría realizarse una excelente pieza de literatura negra.
?En noviembre el presidente firmó el decreto y ahora acabamos de firmar un convenio con la empresa Dencanor, que tiene el aval de la justicia, para que nos permitan abrir los contenedores, restaurarlo y exponerlo en algún lugar público para que se cumpla el deseo de Siqueiros: Que todo el público, incluso los de menos recursos, puedan verlo?.
-¿En dónde y cuándo piensan exponerlo?
-Tenemos pensado exponerlo en el hall del palacio de Correos, un edificio construido por el arquitecto francés (Michelle) Maillard. Creemos que si todo cierra bien, podríamos mostrarlo para fines de año.
Cuando a mediados de 2003 Faillace, junto con funcionarios mexicanos y autoridades judiciales, visitaron el predio donde se encuentra el mural comprobaron su deterioro y coincidieron en que es necesario restaurarlo. ?Lo hará el personal del Museo de Bellas Artes, aunque sus daños no son irreversibles debe ser celosamente piloteado?, aclara.
-Sin embargo, la embajadora Rosario Green siempre declaró que el gobierno mexicano y la Fundación Siqueiros prestaban colaboración en el trabajo de restauración.
-Sí tenemos todo el apoyo de la embajadora y del Gobierno mexicano, pero la fundación no se ha puesto en contacto con nosotros. Ojalá lo hagan porque aquí tenemos que sumar esfuerzos para que esa obra, patrimonio de todos los latinoamericanos, sea rescatada.
-Pero, por lo que usted explica, el mural no será exhibido en México.
-No, el mural se queda en Argentina. Eso no quiere decir que pueda ser cedido para que algún día se pueda exponer en México. Tenemos excelentes relaciones con México y nuestro presidente tiene una enorme vocación latinoamericanista como quedó de manifiesto en estos meses de gobierno. Así que no veo inconvenientes para que el mural pueda visitar México algún día.
Ahora sólo resta que la Secretaría de Cultura firme un acuerdo con Fines Arts, para que ceda el quinto contenedor con el piso.
?Eso será el martes y luego deberá avalarlo también la justicia?, explica Faillace. Recién después podrá comenzar a proyectarse la restauración y esperar para que Ejercicio Plástico, el único mural que Siqueiros realizó en su exilio porteño, pueda ser exhibido. Siempre y cuando la longeva historia de ostracismo del propio mural, esté viviendo su último capítulo.
