Los integrantes de la llamada economía informal apenas recogen lo que pueden de basura tirada en la banqueta, la amontonan y se van.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los vendedores ambulantes se apoderan de las calles. Con rejas, “diablitos”, cajas y botes de basura, ocupan uno o hasta dos lugares cuando sus instalaciones las extienden debajo de las banquetas.
A estos comerciantes parece no importarles que personal del Departamento de Ingresos de la Tesorería Municipal, realice actualmente el rayado de los cajones donde se instalarán los parquímetros y por medio de los cuales se cobrará a los automovilistas cuatro pesos, por cada hora que permanezcan estacionados en la vía pública.
Los integrantes de la llamada economía informal apenas acaban sus tareas diarias, recogen lo que pueden de basura tirada en la banqueta o fuera de ella, la amontonan en cajas y se van.
Nadie les revisa que aseen su lugar de trabajo ni que hagan un buen manejo y depósito adecuado de los desechos, en su mayoría cáscaras de fruta y restos de alimentos como nachos, elotes, gorditas de trigo o hot dogs.
Todos los días es lo mismo. Alrededor de las nueve de la mañana llegan en camionetas o carros grandes de ésos de cajuelas amplias. Los menos llegan en triciclos donde transportan lo que venderán ese día y son particularmente los fruteros.
Entre que barren la banqueta y abren su negocio avanza la mañana, los primeros clientes empiezan a llegar. A un lado de los puestos y colocados con toda la decisión permanecen los vehículos.
Las rejas con basura se apoyan en los hidrantes, que supuestamente ocupan áreas exclusivas.
Es necesario pedirles permiso para estacionar el vehículo. Si los vendedores están de buenas, aceptan y dan “chanza” por un rato, pues son horas para ellos de carga y descarga.
Cuando no hay la misma suerte y el dueño del puesto está de mal humor, advierte al conductor para que no se estacione en ese espacio, ya que asegura que “le pueden quitar la placa de su automóvil”.
Unos vendedores ocupan el arroyo en forma horizontal, otros se atraviesan casi en la esquina, en plena orilla, apenas dejando libre el paso a los peatones.
Ya de por sí con sus tenderetes, sombras y tarimas, abarcan prácticamente la mitad de las banquetas y ahora su objetivo es hacia los lados y de ser posible, abajo. Pero no hay sanciones, no hay ni siquiera llamadas de atención.
Reconocen descontrol
El titular de Plazas y Mercados, Jesús María Hernández Molina, reconoce que el orden y control de los ambulantes se ha “relajado”.
Admite también que son pocos los estacionamientos que hay en la zona centro de la ciudad para los automovilistas en general, como para que aquéllos que integran el comercio informal se apropien indebidamente de un espacio por el que no pagan.
Por ese motivo indica que se harán operativos para obligar a quienes ejercen el comercio en la vía pública a que no ocupen más allá de las áreas autorizadas.
Asegura que el número de comerciantes ambulantes, tanto en lo que respecta a fijos como semifijos, particularmente en las avenidas Hidalgo y Juárez, sigue siendo el mismo, excepto dos que año con año, para estas fechas de septiembre, piden permisos especiales.
Según el padrón oficial que maneja Hernández Molina, sólo son 200 los vendedores autorizados para esa vialidad y cada uno de ellos debe ajustarse a las especificaciones de giro comercial y las dimensiones aprobadas.
De manera frecuente se hacen recorridos por la avenida Juárez, la avenida Hidalgo, el sector Alianza, con el objeto de revisarles el pago puntual de sus “plazas” y de paso, que no incrementen sus espacios.
Sin embargo, indica Hernández Molina que de la noche a la mañana empiezan a extenderse sobre las banquetas o bien lo hacen apoderándose del arroyo.
Se les sanciona, se corrigen un tiempo y después vuelven a lo mismo.
Los vendedores ambulantes no tienen permiso para colocar debajo de las banquetas sus triciclos, ni cajas o piedras para hacerse sus propios estacionamientos exclusivos.
Asegura Hernández Molina que se hará un “peinado” por las avenidas Hidalgo y Juárez para apercibir a los vendedores a que dejen libres los cajones de estacionamiento y que además aseen su lugar de trabajo al retirarse, de lo contrario se les aplicarán multas.
