TORREÓN, COAH.- La séptima jornada del Torneo Apertura 2004 significó un cambio en la suerte de algunos equipos y el mal de ojo para otros.
De manera especial para Cruz Azul y Luis Fernando Tena fue como sacarse la lotería, ya que vencer a Pumas en su cancha de la manera como lo hicieron, le da un breve respiro para su próximo compromiso ante el Atlante, donde tratará de salir de los últimos lugares.
A quienes parece que se los está chupando la bruja es a Hugo Sánchez y sus galácticos del Pedregal, al perder su cuarto encuentro en casa, cosa que más allá de una campeonitis tardía prende los focos rojos entre los felinos.
Cuauhtémoc Blanco se encuentra como pez en el agua en Veracruz, le cambió la fisonomía a un equipo de media tabla y lo ha llevado hasta la cumbre del campeonato. Los Tiburones obtienen tres puntos en el Huracán de Hidalgo ante el Pachuca.
Los Tuzos son candil de la calle, oscuridad de su estadio. Los dirigidos por Romano deben mejorar ya que su próximo compromiso en casa será ante un Cruz Azul muy confiado.
Buen fin de semana para los equipos regios. Los Tigres enderezan su rumbo, al igual que al auto de Silvera, y vencen al Atlante en el Azteca; mientras los Rayados se llevan el triunfo casi al final del partido ante un Santos que no aprovecharon la ventaja de un hombre más en la cancha.
El América tuvo una noche de pesadilla en Aguascalientes, donde Necaxa le dio la bienvenida al “bombero” Mario Carrillo, quien ahora tiene la misión de hacer que las Águilas funcionen.
El Clásico Tapatío fue para el Atlas, bajo un diluvio. En Toluca no se hicieron daño Diablos y Tecos en una alberca verde. Morelia consiguió su primera victoria ante los Dorados, donde Borgetti anotó. La polémica se desató en el Puebla contra Chiapas, tanto en la cancha como en las tribunas.