El País
Madrid, España.- Desde que hacía gorgoritos en la cuna ha vivido rodeado de gente del showbiz. Fanático del trabajo, guionista, director y sobre todo actor, en estos días estrena en España no una, sino tres películas.
A la cartelera llegan Duplex, al lado de Drew Barrymore; Mi Novia Polly, junto a Jennifer Aniston, y Starsky & Hutch, con su buen colega Owen Wilson, en los papeles que originalmente interpretaron David Soul y Paul Michael Glaser. Aunque el reto parecía imposible, Stiller y Wilson han resucitado con un gran humor a la popular pareja de policías que hizo historia en la televisión de la década de los setenta.
“Yo tenía diez años cuando comenzó la serie y la recuerdo con mucho cariño. Me parecían unos tipos muy cool, luciendo chaquetas de piel, con un pelo muy molón, siempre codeándose con tipos duros y mujeres estupendas. Eran polis, pero no eran imbéciles”, comenta Stiller, que en el filme interpreta a Dave Starsky.
“Había una persecución automovilística en cada episodio y un tiroteo, pero también un sentimiento de amistad y camaradería muy importante”, afirma el actor neoyorquino, que considera lógico el auge actual del cine retro. “Los que éramos niños cuando se emitió la serie estamos haciendo películas ahora, es una cuestión generacional el volver la mirada sobre los años setenta. Es, además, una época algo especial. Había pocos inventos tecnológicos y eran mucho más políticamente incorrectos que hoy, lo que hace las películas más divertidas”, señala durante la entrevista celebrada en Londres, donde asistió junto a Wilson al estreno del filme en el Reino Unido.
Perfeccionista y meticuloso, Stiller se preparó concienzudamente para el papel de Starsky viendo una y otra vez los 92 capítulos de la serie. No muy alto, con el pelo negro salpicado de canas y vestido sin la menor pretensión, el hombre que dio el salto a la fama con Algo pasa con Mary y agrandó espectacularmente su popularidad con Los padres de ella, parece haber superado la depresión que amargó su juventud, aunque aún visita semanalmente a un terapeuta.
“La neurosis es algo con lo que siempre me he identificado. Tengo tendencia a la obsesión, el sentido de la culpabilidad y la soledad”, ha declarado el actor, que se casó en el año 2000 con la también actriz Christine Taylor, con la que tiene un hijo.
Con Wilson, al que siempre le ha unido una química especial, ha trabajado en seis ocasiones, incluidas Zoolander, Los Tenenbaums y Los padres de ella. “Tenemos el mismo sentido del humor, nos divierten las mismas bromas y es alguien con mucho talento, muy inteligente, que se prepara mucho. Por ejemplo, se lee el guión (risas). Somos como una vieja pareja casada hace tiempo (risas)”, comenta Stiller, mientras Wilson, que interpreta a Ken Hutchinson, afirma que “la parte más difícil han sido las escenas con el coche, porque Ben no es muy buen conductor”.
El nostálgico Ford Torentino de 1974 blanco y rojo, con el que los dos polis persiguen en carreras enloquecidas a los delincuentes, es una de las estrellas indiscutibles del filme. “El coche es un icono”, señala Stiller.
La crítica ha alabado la actuación de la pareja como la mejor, posiblemente, que han realizado juntos hasta ahora. En la pantalla ambos dan la impresión de estar disfrutando con sus personajes y ninguno puede imaginarse la película sin el otro, aunque hubo rumores de que el papel de Hutch se lo ofrecieron a Brad Pitt.
“Wilson era la elección más lógica”, afirma, “porque somos amigos y el punto básico de la relación entre Starsky y Hutch era la amistad y la confianza”. Ambos niegan, sin demasiado énfasis, alusiones o guiños del guión a la homosexualidad latente entre los dos policías.
“No me he dado cuenta de que había muchas bromas gays”, responde sonriendo el rubio tejano, que en una de las escenas, para obtener información confidencial, debe acceder a la fantasía sexual de un delincuente gay entre rejas. “Debo decir que hay una línea muy tenue entre el macho y la gente del village”, replica con una carcajada Wilson.
Para Still, su próximo proyecto será la segunda parte de Los padres de ella, junto Robert De Niro, uno de sus mitos. “Cuando era pequeño mis héroes eran De Niro y Al Pacino”, comenta, y confiesa que siempre quiso ser el tipo serio y no el chico divertido de la película.
